Pau Roca es uno de los chicos del año. Instigador de fiestas de calidad en la ciudad condal como Shake o Líbido, responsable del lavado de cara de la programación de BeCool -aunque sus labores en la programación de la sala ya han finalizado-, DJ asiduo a las cabinas catalanas que, en unos días, consumará ese rito de paso que es pinchar en Sónar. Y, por si fuera poco, co-responable de Bons Records, una aventura editorial enfocada al house delicatessen que, en estos días, pone su segunda referencia en la calle, Homely Drums, parida entre cuatro nombres estatales que dignifican -más todavía- el estado de la música de baile en España.
No es tarea fácil robarle tiempo al responsable de este Beatcast. Compagina sus diversas labores musicales con los estudios de Periodismo, que acabará este mismo verano. Sin embargo, Pau Roca ha sacado unos minutos para que le preguntemos sobre el futuro de su etiqueta Bons Records, su posicionamiento en la yihad del formato -vinilo vs. digital- o su poliédrico y sincero punto de vista en cuanto a la efervescencia electrónica de Barcelona y el daño que está haciendo la etiqueta escena a sus protagonistas. Tanto y tan interesante nos ha hablado Roca que se nos pasó preguntarle por el contenido del Beatcast. Como ya lo hemos catado, ahí va una pista: no pone los pelos de punta; los pone afro.
– Primero de todo Pau, enhorabuena por todo; cada vez te vemos pinchando con más frecuencia y en más sitios y las críticas siempre son buenas. Además, la primera referencia de Bons Records ha tenido muy buena acogida, ¿no es así?
Sí, ha ido de puta madre, ¡ya se ha vendido toda! Lo hablaba el otro día con Gon, mi socio en Líbido y en Bons, que mola mucho porque la gente se ha involucrado mucho. Pregunté en Paradiso y me dijeron que se ha vendido no solo a colegas, sino a gente que venía preguntando explícitamente por la referencia. Y la segunda referencia, por lo que veo, también está teniendo buen feedback. Así que… no me quejo.
-Y de colofón, este año pinchas en sónar. ¿Cómo lo estás llevando?
Pues no sé, de momento no estoy nervioso. Creo que también todo ha sido tan progresivo y tan escalonado que eso también te beneficia para que no te pegues la hostia en caso de que salga mal o que no te motives de más. Pincho a las 22.00 horas del sábado, abro el escenario SonarLab, así que no voy a estar condicionado por el DJ de antes ni nada. Puedo hacer mi discurso con libertad.
-¿Sabes ya más o menos lo que vas a pinchar? ¿Eres de los que planea las sesiones, se hace listas en el bloc de notas con los temas o prefieres hacerte la maleta el mismo día dejándote llevar por el momento?
Normalmente no me preparo las sesiones nunca. La maleta, sí; dependiendo del rato que pinches y el público que vayas a tener puedes imaginar un poco por dónde van a ir los tiros. Pero para Sónar la verdad es que no he pensado nada. Y, quizás sí que me la preparo. Porque, como decía antes, no me condiciona un DJ antes, no creo que haya mucha gente y me apetece que sea un set redondo para poder grabarlo, así que ya veré… Pero normalmente, no me los preparo con antelación.
-Volvamos a Bons Records. Después de ejercer como promotor, programador y DJ, ¿Cómo llevas la experiencia en el mundo editorial? ¿Te ves desenvuelto?
Muy bien. Creo que cada etapa tiene su momento; hace seis o siete años, no me hubiese planteado empezar con un sello, hice lo que apetece en el momento: montar fiestas –como las Libido y las Shake-, pinchar… Pasarlo bien y traer a gente que te gusta. Después vas madurando y te van apeteciendo otras cosas. Y es el caso un poco del sello, te apetece crear algo y empezar desde cero con un proyecto para verlo crecer. Además, creo que Gon y yo hacemos muy buena pareja: él se encarga de temas más administrativos –me saca muchísima faena- y yo llevo comunicación y A&R. De momento, el equipo funciona y lo hacemos sin ningún tipo de objetivo económico, simplemente porque nos apetece poner en la calle música que nos gusta.
Está muy bien porque con el sello creas un vínculo con el artista muy diferente del que se crea cuando eres promotor. Con Bons queremos que los artistas confíen, estén a gusto y sientan el proyecto; que nos guste también a nosotros su manera de ser. Si contactamos con alguien que nos gusta mucho lo que hace y, a la primera de cambio, ya nos pregunta por pasta o por venir a pinchar, queda descartado, por ejemplo. No sé, creo que Bons estamos creando una especie de familia alrededor.
-Dices que, a largo plazo, tenéis claro que no le queréis sacar rendimiento económico al sello. A nivel estilístico, ¿tenéis las cosas igual de claras? A corto y a medio plazo, ¿vais a seguir por la línea del house o pensáis meteros en otras tierras?
No, vamos a seguir por la senda del house porque es lo que nos fascina a Gon y a mí. Es lo que nos mueve, lo que nos gusta, lo que a veces incluso intentamos hacer nosotros mismos, lo que pinchamos desde hace años y lo que queremos sacar en el sello. La primera referencia fue más funk y disco, la segunda ha sido 100% house. Para la tercera volverá la inspiración más disco… Pero que toda la música tenga la misma raíz, que es la música negra, house y funk. No creo que nos vayamos a mover de ahí, pero tampoco tenemos nada fijo en cuanto a estilos ni buscamos que haya un sonido de Bons.
-Vosotros sacáis en vinilo y en digital, ¿no?
No, las referencias están únicamente en vinilo.
-¡Ah! Cierto… Son los edits los que están en descarga gratuita en Soundcloud.
Exacto, los edits sí que están como descarga gratuita porque son cosas, como se puede ver, pues que nos mandan colegas o que hacemos nosotros, nos los enseñan, se los pedimos… Es una manera también de crear un poco esa familia Bons Records con gente que comparte intereses y gustos, que es uno de los objetivos del sello.
En cuanto a lo del vinilo y al tema de la pasta a largo plazo, ahora estamos haciendo 300 copias, una cifra con la que no puedes sacar pasta; y de ahí no creo que subamos. Pero no sé, creo que hay gente que saca el sello solo en digital para sacar pasta. Yo creo que es ahí cuando se prostituye un poco el tema. Por eso, ni nos planteamos sacar en digital, ni queremos hablarlo siquiera.
-Si los extremistas del vinilo fueran la extrema izquierda y los extremistas del digital fueran la extrema derecha, ¿tú en qué punto de esa escala de grises te encontrarías?
Aunque sea un topicazo, yo creo que los extremos siempre acaban perjudicándote. Yo siempre he coleccionado discos y creo que siempre lo haré. Pero es que creo que cerrarse solo a un formato es tirarse piedras a tu propio tejado. Al final de todo, lo que importa es la música y lo que transmite.
-Eres de las pocas personas que puede aportar una opinión sobre el mundo de la electrónica, del clubbing, de la música, desde cuatro prismas diferentes: el de DJ, el de promotor y booker, el de jefe de sello y el de “casi” periodista (Roca se licenciará este verano en Periodismo). ¿Puedes decirnos cómo ves tú a nivel global todo el conjunto?
Creo que hay un paralelismo entre el mundo del DJ y el de la comunicación. Hemos vivido mucho tiempo utilizando un modelo –el vinilo por un lado, los medios de comunicación tradicionales, por otro- y ahora estamos en un momento de expectación, como esperando a ver qué pasa, qué posición toma la gente, ver cómo avanza la tecnología. No sé decirte muy bien hacia dónde va, lo que está claro es que hay posibilidades para beneficiarse un poco de todo. La sobre-explotación digital de la música y la inmensidad de internet han hecho que nos lleguen cosas que antes era prácticamente imposible conocer. Pero la sobre-información también es contraproducente si no sabes cómo gestionarla. Y con la música ocurre; tanto avasallamiento en redes sociales, bombardeo por todos los canales hacen que solo tengas ganas de apagar el ordenador y volver a buscar en las cubetas.
-Y, otra vez, desde tus múltiples puntos de vista, ¿cómo ves o vives tú este runrún de la escena barcelonesa? ¿Existe? ¿Es bueno que exista pero es malo que se reivindique? Como promotor y Dj, ¿se están haciendo las cosas bien? ¿Qué se podría mejorar?
Lo primero, no hay que preguntarse si hay escena ni intentar definirla porque te estás poniendo piedras en el camino. ¿Para qué definirla si luego, al cabo del tiempo, evolucionará en otra cosa y tendrás que redefinirla? Hay que dejar de preguntarse si hay escena y cuán relevante es o va a ser. Lo que sí está claro es que hay más música que nunca; hay buena música y buenos DJs en Barcelona pero también tiene que existir un elemento de unión de todo. No sé qué… Un poco lo que significa el Moog para la escena de clubes y local en Barcelona, en el que se apuesta por escena local, pero siempre de calidad. Y en el cual hay un poco de sinergias entre todos los implicados: DJs, público, trabajadores.
Creo que también falta un poco de apoyo por parte del público. Veo que hay mucho apoyo en las redes sociales o que queda muy bien decir que apoyas la escena local pero luego el mismo público no ejerce un apoyo real.
-¿Quieres decir que luego las sesiones están vacías?
Sí. Y quiero decir que programas un festival con lo mejor de los artistas locales y acabas teniendo pérdidas, te encuentras con falta de apoyo a todos los niveles, ni de instituciones públicas, ni medios, ni público. Si todo el mundo es consciente de que estamos en un buen momento –que lo estamos- cada uno debe plantearse qué papel tiene para apoyar esto.
-¿No puede ser también en parte a causa de la crisis? A título personal, mi poder adquisitivo es mucho más bajo que hace 5 años. Y, quizás, estos festivales no tendrían pérdidas si tuvieran una subvención…
Exacto, pero tampoco es normal que las instituciones tiren abajo proyectos o denieguen ayudas a unos y a otros no. Ahí hay algo que falla. En cuanto a lo del poder adquisitivo, Nitsa vale 20 euros y sigue llenando. ¿Hay menos poder adquisitivo? Sí. Pero la gente sigue saliendo…
No sé qué decirte en cuanto a algo que una todo lo bueno que está pasando en Barcelona, pero también he de decirte que hay gente que se está aprovechando del buzz de la escena local para decir que crean festivales que apoyan la escena y luego a los artistas les pagan 4 duros y una palmadita en la espalda. O sea, que es la escena local la que te está apoyando a ti yendo a tocar casi gratis para que tengas un poco más de repercusión y tú lo estás vendiendo al revés. Por eso, hay veces que dudo de si todos queremos que de aquí salga algo importante.
-O si todo esto de la escena solo sirve para que cuatro se quieran hacer importantes a costa de vender que hay una escena y así se la cargarán o no irá más allá.
Exacto.
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Entrevista por Mónica Franco