Muchos de los artistas que aparecieron en el cambio de década y se asociaron a esa etiqueta que fugazmente fue muy popular, el chillwave, ahora mismo o son irrelevantes o practican una música muy distinta. Gold Panda no figura en ninguno de los dos apartados, acaso porque realmente ese subgénero no encajó mucho con su propuesta, sino más bien era el nombre que se tenía más a mano para describir esa música ensoñadora y planeadora que practicaba, siempre de vocación optimista y con la mirada puesta en los meses cálidos del año. En su álbum de debut, el genial Lucky Shiner, confluían estilos como el ambient, el techno, el glitch y la folktrónica. Aunque con su segundo disco, que compuso durante su estancia en Berlín, se acercó más explícitamente a las pistas de baile, el británico siempre ha optado por una electrónica emocional en la que la exaltación de sentimientos como la nostalgia, el sobrecogimiento o la evasión son predominantes. Y este tercer álbum, Good Luck And Do Your Best, es un retorno a los orígenes, un viaje cíclico si se quiere.
El trabajo dice nutrirse de unos viajes que realizó a Japón en 2014, una afirmación que puede llevar a equívocos. Si bien es cierto que hay toques orientales en su sonido (siempre los ha habido, él mismo admite que le fascina la cultura nipona desde la primera vez que vio Akira) no cae aquí en los clichés que cabría esperar. En cambio, el británico se sirve de las sensaciones que transmite un país de contrastes como este para buscar algo a medio camino entre la urgencia de una metrópolis como Tokio y la calma y quietud de sus paisajes rurales. Hay, como era de esperar, muchas campanillas y un buen despliegue de cuerdas (aquí emplea una constante en su obra que es el uso de samples para incorporar un koto, instrumento tradicional japonés) que dan al LP un toque cinematográfico. La idea era realizar una suerte de álbum-documental a partir de la colecta de sonidos encontrados, pero el enfoque cambió radicalmente cuando un taxista se despidió con la frase que da nombre al LP. Fue el punto de partida para reorganizar sus ideas y, una vez de vuelta a casa de su abuela en Inglaterra, dar forma a este tercer largo.
En el videoclip del sencillo de adelanto y probablemente lo mejor que haya hecho desde You o Marriage, Time Eater, se ve metraje de ciudades de todo el mundo, reflejando ese carácter viajero que es intrínseco del productor pero que también le viene dado por su trabajo, que le permite recorrer de punta a punta el planeta. Y esa sensación de asombro al descubrir nuevos parajes inspiradores es lo que te llevas al escuchar estas canciones de carácter balsámico y propiedades cálidas. Quizá no existe aquí la sorpresa que nos llevamos al escuchar Lucky Shiner por primera vez y hasta habrá quien esté cansado de esta música ligeramente introspectiva y pensativa que ya tiene algo de desfasado, pero Derwin siempre consigue dar con sonidos estimulantes que a menudo surgen de la mezcla entre las propiedades más ambient y downtempo y unos ritmos más dinámicos y urgentes. Se puede tener la sensación de que estos cortes son relajados, pero siempre sucede algo nuevo, aparecen nuevos elementos o se transforman, dando como resultado un exuberante tapiz de sonidos en el que hasta en el inquieto cierre irrumpen unos inesperados vientos.
Un equilibrio que le es muy útil a su agencia de booking para colocarle en cualquier sitio. En los últimos años ha estado en un festival indie (Primavera Sound), en el hall de un museo (CaixaFòrum) y, próximamente, en una de las fiestas paralelas del Sónar en el Fòrum entre nombres estrictamente clubbers. Él, de hecho, no lo es, como nos confesó en la entrevista que publicaremos en los próximos días, pero sí sumamente polifacético e inteligente. Good Luck And Do Your Best encaja perfectamente en toda clase de espacios: en largos viajes transcontinentales, en paseos solitarios por el parque y, por supuesto, en la pista de baile. Gold Panda hace tiempo que encontró su sonido y la idea detrás de la cual articular su música, ahora simplemente se ha limitado a pulir aristas y perfeccionar la técnica.