Lo intuíamos cuando se anunció. Nos lo imaginábamos cuando comprobamos de primera mano el éxito de convocatoria de la primera cita hace unas semanas. Pero ahora ya ponemos la mano en el fuego: Brunch -In The Park está causando tanta sensación en las hasta hace no mucho aburrídisimas tardes dominicales en Madrid que el próximo verano (si es que continúa, que sería de locos que no lo hiciese) va a ser el sitio al que ir. Mientras, por supuesto, disfrutamos de este secreto a voces, de este edén electrónico que aún tiene un cierto encanto coqueto pese a reunir unas 3.000 personas en cada una de las citas. La capital pedía a gritos un evento al aire libre y éste ha llegado para quedarse.
El improvisado recinto funciona a pleno rendimiento ya desde que abre a la 1 del mediodía y, mientras esperamos a que la gente llegue (normalmente lo hace a eso de las 6 de la tarde, cuando el sol empieza a bajar y ya no achicharra tanto), podemos disfrutar de una buena oferta enfocada tanto a niños como a padres, con el parque completamente transformado en una zona de juegos, futbolines, castillos hinchables y más zonas de sombra que predominan en este tercer domingo del Brunch madrileño.
Porque sí, Brunch ha subsanado todos esos errores típicos de cuando aún te tienes que familiarizar con un sitio nuevo. En la primera edición la gente reclamaba más barras, mejores accesos y un sistema de sonido más adecuado para el recinto. Ya no se oyeron quejas esta vez.
A Viktor Flores y Sau Poler les tocó desempañar ese papel tan necesario como desagradecido de caldear el ambiente, poner banda sonora a las comilonas en el Parque Enrique Tierno Galván. La oferta parece ser tan variada como lo es en Barcelona gracias a una buena cantidad de foodtrucks de los que destacamos su nutrida oferta vegetariana y las distintas opciones de crêpes revitalizantes para afrontar la jornada electrónica.
Ya entrado el atardecer un parque que era para familias empieza a coger un color que solo Moodymann sabe pintar. El house, soul y el jazz se mezclaron a un tempo ideal. Veníamos con su reciente y excelente DJ-Kicks en los oídos para tener una buena idea de lo que el detroitiano era capaz y, sin duda, no decepcionó. Sus vecinos Lenny y Lawrence, es decir, las dos mitades de Octave One supieron recoger brillantemente el testigo. Empezaron como otro de esos proyectos familiares en los que dejaban actuar a sus otros tres hermanos, pero finalmente se confirmó que esto es cosa de dos músicos de insultante experiencia que saben adaptarse a cualquier contexto y que con un fugaz vistazo saben lo que el público va a pedir.
Jugaron con tracks como el System 7 de Alphawave sin dejar que rompiera hasta que sonó ese clásico que todos los que habían pagado entrada estaban esperando, ese Black Water con aportación vocal de esa leyenda no menos grande que es Ann Saunderon. Sonó a todo volumen en el recinto y sirvió para cerrar una maravillosa jornada que muchos guardaremos en el recuerdo.
En definitiva, Brunch -In The Park es todo lo que muchos madrileños reclamaban: una oferta diurna diferente y enfocada para todo tipo de público, desde el joven clubber hasta un padre que quiere algo más que quedar con el cuñado de turno para que le diga cómo encender una hoguera. Con la experiencia adquirida en Barcelona y Lisboa sumada a las ganas de los capitalinos, todo ha sido más fácil. Y lo mejor es que aún queda una última cita este mismo domingo con Tiga, con nuevo disco bajo el brazo, Damian Lazarus y Javi Redondo. Ahí nos vemos, claro que sí.