La comunidad científica se encuentra estos días volcada en encontrar una vacuna o fármaco que pueda combatir con garantías el COVID-19, y en sus investigaciones han planteado enfoques tradicionales y no tradicionales.
Si hace unos días se conoció que un estudio francés sugirió que la nicotina podría proteger contra el coronavirus, ahora la Universidad de Lethbridge, en Canadá, ha presentado un informe que apunta a los ingredientes activos del cannabis como potencial para aumentar la resistencia de las células contra el COVID-19. Se trata, con todo, de un estudio preliminar que debe ser revisado por otros investigadores.
La universidad admite que los resultados provienen de estudios sobre la artritis, la enfermedad de Crohn, el cáncer y otros. Sus investigadores asumen que algunas sustancias del cannabis podrían reducir la capacidad del virus de entrar en las células del pulmón, donde se asiente, se reproduce y se propaga.
Los investigadores han trabajado con Cannabis sativa por sus altos niveles del antiinflamatorio cannabinoide cannabidiol (CBD). Así, desarrollaron más de 800 nuevas variantes e identificado 13 extractos que, según dicen, regulan el “acceso” al cuerpo humano.
Como decíamos, el estudio aún están en fases preliminares y no debe tomarse como un método clínico probado. “La investigación en Canadá acaba de descubrir un posible ‘mecanismo de acción’ terapéutico, pero que tendría que ser validado y probado en ensayos clínicos bien diseñados y sólidos, antes de que se puedan sacar conclusiones clínicas significativas”, afirma Chris Albertyn, experto en cannabinoides y demencia.
La propia universidad admite que necesitan una validación a gran escala, y añade que el cannabidiol podría ser un “suplemento seguro” para el tratamiento de COVID-19. Es decir, en conjunto con otros tratamientos.