01 New Year’s Day: el día que Richie Hawtin (por fin) volvió a brillar en Madrid

Las cosas como son: el día de Año Nuevo en el Madrid electrónico se vive de forma un poco distinta al resto de España. Y no, el día 2 de enero no es fiesta local ni mucho menos, pero desde tiempos inmemoriales en la capital se siente como si tal. Para quien no lo sepa, se trata de una herencia directamente recuperada de los dos mil, época en la que muchas de las fiestas míticas de por aquel entonces —como Space o Goa— firmaban algunos de los mejores carteles del año en aquella señalada tarde de «los unos de enero». Fue entonces cuando los madrileños comenzaron a aguardar aquel día con más ansias que la Navidad, la Nochevieja e incluso que a los Reyes Magos. El día 1 en Madrid se sale y el apabullante sold out anunciado por 01 New Year’s Day desde días antes de su realización lo volvió a probar. Hasta por 120 euros vimos que se cotizaba la entrada al festival en la animada reventa que muchos habían improvisado en las inmediaciones de la Feria de Madrid, IFEMA, reconvertida en punto de unión de gran parte del clubbing capitalino ansioso por celebrar la llegada del nuevo año. El reseteo. El baile para celebrar lo nuevo y olvidar lo antiguo.

Con esta fórmula 01 New Year’s Day consiguió unir a clásicos de la escena y a nuevas generaciones de clubbers que se agruparon indistintamente en el IFEMA, un espacio antiguo, pero a la vez novedoso para las masas. Un recinto que francamente Madrid necesitaba para acoger eventos de grandes magnitudes como el que reseñamos y del que hasta hace poco carecía. En él la organización se lució con una producción casi brillante en la que destacaron unas visuales que recordaremos durante mucho tiempo y una más que holgada existencia de barras y servicios, algo que hace mucho que no veíamos en un festival de esta envergadura. El hecho de que el evento estuviera en riguroso aforo y se pudiera bailar más que cómodamente desde casi cualquier lugar del recinto también sumó muchos puntos en comodidad y buena organización.

Musicalmente, la noche se desarrolló con sesiones en general para todos los gustos. Nosotros comenzamos la noche con el b2b de Luciano y Loco Dice, una sesión apropiada para aquella hora de la noche, para todos los gustos, que fusionó en gran medida el estilo de ambos artistas y que gustó bastante a los que disfrutaron de las tres horas de los dos amigos ofrecieron entre sonidos de corte house y tech house. Buena sincronía entre ambos DJs, que actualmente ya no suelen aceptar realizar muchos b2bs, por lo que intuimos que para ellos una actuación conjunta es algo especial.

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Le siguió la sesión de Richie Hawtin, una de las grandes sorpresas de la noche, pues esperábamos que el genio canadiense se decantara por sonidos más lineales acompañados de sus ya clásicos y siempre reconocibles loops, en la línea de lo que suele ofrecer cuando se enfrenta a grandes multitudes como solía hacer en ENTER o como hace en las multitudinarias fiestas gratuitas pre Sónar. Pero no: el Richie que vimos estuvo inesperadamente mucho más cerca del estilo que le identifica como Plastikman. Aunque si bien es cierto que desde la publicación de su último LP hace unos años, From my Mind to Yours, el canadiense ha ido retomando paulatinamente un estilo más afín a lo que hacía desde Plus8 y alejándose del minimalismo y los sonidos burbujeantes marca de la casa Minus, no esperábamos que adoptara esta tesitura en un evento de grandes dimensiones. Su identificación con la era Plastikman en gran parte de su actuación se advirtió además de en su selección musical gracias a las visuales que le acompañaron en las que el icono del alterego de plástico de Hawtin se derretía y reconstruía entre bombos y BPM’s más oscuros. Porque sí, la sesión de Hawtin en esta ocasión tuvo muchos sonidos oscuros y bombos desgarrados en algunos momentos aunque también tracks minimalistas y burbujeantes marca de la casa Minus en otros. Nos gustó ver a este Richie, que además fue ovacionado por el público en varias ocasiones y que consiguió que, incluso, su sesión se nos hiciera un poco corta.

Marco Carola tomó las riendas de la cabina tras el canadiense con fuerza, apoyándose en los primeros acordes de un track clásico bien amado por prácticamente todo el mundo: I Can’t Kick This Feeling When It Hits mezclado con bastante pericia con uno de los tracks fetiche del último año del napolitano y que ha sonado este verano en Music On a destajo: Get Back To The Funk de Gianluca Rattalino. Las horas siguientes se desarrollaron, como era previsible y como gran parte del público deseaba, muy en la línea de lo que el napolitano suele ofrecer en las multitudinarias Music On, con algún track sorpresa fuera de su línea mucho más minimalista y apetecible con el que nos consiguió sacar una sonrisa. Siempre serio y concentrado, las pantallas laterales al escenario principal nos enseñaban a un Marco siempre absorto en la sesión, mezclando con una mano, como a él le gusta y preservando durante todo su set el groove que le caracteriza.

Pero hacia el final de su sesión nosotros ya teníamos bastantes ganas de ver a uno de los artistas que, de antemano, sabíamos que iban a dar más juego. Porque si algo es seña y santo del artista nacional más conocido, el idolatrado Paco Osuna, es su habilidad por conducir las sesiones de grandes masas. Por su garra ante los festivales y por saber leer a las multitudes. Y así fue nuevamente en 01 New Year’s Day. Aunque no vimos la versión más oscura que el catalán suele mostrar en sus visitas a la capital, sino una mucho más groovy y percusiva que igualmente nos gustó. Al igual que a sus numerosos fans, que en primera fila le esperaban con pancartas como casi siempre que actúa en nuestro país, y que vimos bailar de lo más animados durante todo el tiempo que duró este set.

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Las últimas horas se sucedieron con rapidez. El set del portugués Gonçalo fue el perfecto nexo entre los sonidos oscuros de Paco Osuna y el techno de Amelie Lens que coronó la noche. La selección del luso fue correcta, navegando entre clásicos del techno como The Bells de Jeff Mills (que encendieron al público) y tracks recientes como el hit de los últimos años de Drumcode firmado por Enrico Sangiuliano: Astral Projection (que también puso al público a bailar apurando sus últimas fuerzas). Nos gustó ese deje elegante e inesperado que tuvo dejando su track final sin romper y despidiéndose del escenario para dar paso a una de las artistas que más está dando de qué hablar en la escena techno internacional: Amelie Lens. Quizás fuera porque ya estábamos cansados, pero el set de la belga —a la que hemos visto varias veces y que nos ha parecido brillante en otras ocasiones— nos dejó un poco indiferentes. Su ejecución y selección fue correcta, sí, pero no tuvo la magia que ha desprendido en grandes citas como por ejemplo, en el Awakenings de este año.

Nos despedimos así de un ‘01 New Years Day’ que nos dejó con buen sabor de boca y que —como comentábamos al principio de esta crónica— ha vuelto a demostrar que en Madrid el día 1 de enero es electrónico; una jornada que se consagra y que seguro, se continuará consagrando al baile.