Algunos piensan que el arte es verdadero arte cuando tiene un proceso detrás y puedes sentirlo al ver la obra. Walter Benjamin habló de la era de la reproductibilidad y cómo esta le quitaba “el alma” a las cosas al multiplicarlas.
Ahora, imaginemos una chica con un montón de influencias a su alcance y la necesidad de llegar a la perfección en su propia interpretación, con todo este material en frente. El proceso duró dos años y para llegar al resultado tuvo que multiplicar por 100. Así llegaron las 100 mujeres, y de todas esas sólo podemos escuchar 7.
Volvamos a imaginar: Zora Jones durante dos años tratando de llegar a su máxima de footwork con la producción de Sinjin Hawke, y su propia manera de enfrentar el arte. Horas y horas en su estudio, tratando de pulir sus tracks como si de mujeres se tratara. Podríamos pensar en un cuerpo para cada una pero hecho de sonidos.
Dos años para darle forma a un EP, que sería la muestra de su perfección. Su debut. Aunque cabe destacar que la técnica la lleva puliendo en sus presentaciones o en las colaboraciones audiovisuales en su sello Fractal Fantasy. Pensemos en 100 Ladies entonces como un nuevo desafío.
100 mujeres de cristal que nos miran y que sólo podemos oír a 7. Así comienza con “Oh Boy”, que muestra en un primer guiño a lo que transmite todo su recorrido. Sonidos sólidos y quebrados que invitan a perderse sin aditivos en las melodías que se deshacen. Se puede decir que la máxima expresión de estas mujeres llega en “Zui”, pero en todas las podemos vivir y sentir.
“La práctica hace al maestro”, dicen. Y Zora lo logró. Muchas horas, mucho empeño sistemático para lanzar, al fin, su debut.