Reseñamos la última referencia del productor para el sello catalán Sin Hilo. Una fantasía onírica de downtempo, percepciones distorsionadas y cadencias misteriosas a la par que reconfortantes.
El proyecto musical de Sergio Mesa, lleva ya algo más de una década en desarrollo. Con una influencia íntima y algo retirada, Nev.Era propone un ambiente musical que bebe de la intimidad de su autor, para extender su sonido hacia el de artistas internacionales de gran reconocimiento; de las cavernas del downtempo a un sonido VHS y algo retro; pasado por un filtro de color algo gastado… Así llega “Signo” a Sin Hilo, un trabajo particularmente personal, plagado de ritmos pesados e hipnóticos, distorsiones y melodías melancólicas… Y un ambiente y producción flotantes, reconfortantes aunque algo extraterrestres.
Al escuchar “Signo” nuestro poder metonímico corre rápidamente hacia una referencia: Boards of Canada. La paleta sonora de estos diez tracks recuerda enormemente a la del dúo, pero no de una manera genérica o plagiaria, sino que remite más concretamente a un mood determinado: “Tomorrow’s Harvest”. El último LP de BOC y el de Nev.Era comparten ese estado algo indolente, distante o disociado, que sin embargo sigue clamando irreverentemente a las emociones del oyente a través de hermosas o melancólicas melodías e inquietantes samples. Desde la obertura “Re_Inicio” esos sintes propios de una enorme planitud de terreno establecen el tono general del disco, con un sutil ruido propio de unos pedales de ruido, que parece filtrarse y extenderse por el espacio sonoro.
Esa nube que parece cubrir las partes bajas del álbum y no nos permite ver demasiado lejos, está formada por pequeños loops de teclados y alguna que otra distorsión propia de un novísimo shoegazing. En esa especie de ínsula sonora, temas como “Eterna”, “Señales” o “Anverso”, destacan con esos ritmos oníricos y holgados, que avanzan con pesar y misterio dando forma al que es seguramente el LP más redondo y coherente de Nev.Era hasta la fecha. “Signo” es, igualmente, uno de los trabajos más congruentes del repertorio del sello barcelonés Sin Hilo, que de a pocos y como Mesa, va creando un catálogo atractivo y diverso, capaz de remitir tanto a lo más interesante de la escena nacional como a lo más reconocido de la global.