El trío de improvisación compuesto por Jeff Mills, Jean Philippe Dary y Prabhu Edouard inauguró el festival internacional de Jazz de Madrid y te lo contamos aquí.
Siempre es una alegría cuando abres tu buzón de correo y te encuentras con una invitación personal de Jeff Mills para asistir a su concierto. La situación era algo agridulce debido a la recentísima catástrofe valenciana y la verdad es que las ganas estaban bastante mermadas para celebraciones y eventos por mi parte, pero cosas como estas no visitan tu ciudad todos los días y había que armarse de outfit y maquillaje y pasarse por el evento.
La cosa comenzaba bastante temprano paro lo que la gente ibérica tiene por costumbre y a las 20:30 ya estaban sonando las primeras notas del que sería un extenso concierto. Apuntar que el lugar escogido para el evento no era el más propicio para la escucha atenta, ni tampoco el sonido de la sala era el apropiado para la experiencia. Se trata de un club, no de una sala de conciertos, y los constantes acoples mermaron mucho la experiencia auditiva la verdad.
Pero aún así, las tablas de los tres participantes salvaron honrosamente la actuación a mi parecer. Faltaba un saxofonista que se ha sumado al trío y que por problemas logísticos no pudo comparecer, según me explicó la organizadora del evento.
Sobre el escenario, geográficamente. de izquierda a derecha, Jean Philippe a los teclados, de espaldas al público, en posición poco ergonómica, tanto para él como para los asistentes, el el centro el percusionista y ‘vocalista’ Edouard y a la derecha Mills, armado de unas percusiones orgánicas, su tradicional 909 y algunos instrumentos electrónicos más.
Durante el primer tramo del concierto los teclados estaban a un volumen ínfimo y no se percibían casi, una pena, las percusiones tomaron el protagonismo durante ese tramo y fue casi 20 minutos después de empezar, cuando un muy comunicativo Jeff Mills tiró de micro para explicar a la parroquia charlante de qué iba la cosa. Parece ser que en ese interludio lo de los teclados se solventó en parte y digamos que a partir de este momento el asunto despegó convenientemente.
El público madrileño, hace ya mucho que tiene la costumbre de hablar a voces durante los conciertos y en esta ocasión no fue una excepción, la parroquia parecía una tertulia de micro grupos de cuñados que no prestaban atención en absoluto a lo que estaba aconteciendo en su mayoría y sólo reaccionaba ante los bombos ocasionales y la bronca percusiva y demás improvisaciones vocales del percusionista, quien se lanzó a jugarr con su voz en lo más celebrado del evento. tuve que llamar la atención a muchos berreantes durante la noche, algunos de los cuales reaccionaron violentamente a mis requerimientos.
Cuando el follón era ya insoportable por parte del público, decidí pasarme por el puesto de merchandising a ver si me llevaba un souvenir, los vinilos dobles firmados a 35€ me llamaron la atención y me hice con uno, pregunté por las sudaderas con capucha, negras con el logo del grupo y al ser respondida con el precio de 70 € se me quitó la idea de la cabeza.
Pero por encima de todo esto, la actuación fue brillante, la coordinación entre los componentes del trío fue total y para aquellos que prestamos atención, se percibió mucho jazz y mucha música. Nunca antes ví a Jeff Mills tan comunicativo con el público, dirigiéndose al mismo con gran cariño en varias ocasiones, uno de los puntos a favor en esta noche tan agridulce por diversos motivos internos y externos al evento.
Si os quedásteis con ganas y queréis ver al trío en su máximo esplendor este vídeo sí hace justicia a la experiencia: