Gaister: Gaister (AD 93)

El disco captura la materialización de un encuentro, un momento de la relación continua del trío (Olivia Salvadori, Akihide Monna y Coby Seycomo) artistas que se comunican entre sí a través del sonido, la voz y la música.

Después de orbitar en los mismos círculos en los espectáculos de cada uno alrededor de 2016 en Londres, Sey y Salvadori finalmente se cruzaron. En 2017, Sey se unió al colectivo artístico de Salvadori, Tutto Questo Sentire, en una residencia en Capalbio, la parte más al sur de la Toscana, Italia, y comenzaron a trabajar juntos. Más adelante, la pareja terminó uniéndose a Akihide Monna (de Bo Ningen), actuando juntos en 2019 en el Camden Art Centre en Cork Street en Londres.

Cuando el trío se reúne, se crea algo nuevo, que surge después de permanecer inactivo, como un géiser islandés. El entorno de este encuentro particular entre el trío es esencial en la paleta sonora, el proceso y la emoción del álbum. El álbum fue grabado en Islandia en Greenhouse Studios, donde el trío formalizó un conjunto de intuiciones; Cómo la naturaleza puede servir de guía en la elección de los instrumentos, sus materiales y los ritmos asociados; reflexiones sobre la voz como elemento escultórico, puro sonido y palabra.

Como ha dicho Akihide sobre la experiencia durante su breve e intenso periodo de grabación: “El sonido surgió espontáneamente como si estuviéramos tirando de los corazones y las mentes del otro con una extraña conexión y sensación interna. Algo puro surgió”.

“Gaister” es una palabra inventada, que proviene del alemán “Geist” y significa “espíritu”, y que se ha convertido en un sonido propio. El trío extrae pureza, espíritu y esencia, a pesar de sus diferentes lenguas maternas (italiano, japonés e inglés), géneros musicales e identidades, para crear algo nuevo. La voz operística de Olivia Salvadori fluye libremente y se mueve en sinergia con la batería rítmica de Monna. Sey canta libremente con Salvadori, sus voces se entrelazan como una cascada.

Esta naturaleza fluida se refleja en el álbum en sí, sus marcas de tiempo y partituras están marcadas por encuentros en lugar de pistas en sí mismas. Este álbum puede considerarse como una pieza constante y un viaje propio que no está cerrado, en consonancia con el espíritu de la banda de
conversación y colaboración constantes. Así habla Sey de la relación del trío: “Olivia, Akihide y yo ya habíamos actuado juntos en directo una vez, varios años antes de que saliera este álbum… y, sin embargo, confiamos plenamente en la intuición del otro a la hora de tocar y crear música juntos debido a nuestra creencia unificada en la capacidad del sonido y la música para comunicarse y conectar”.