
Este EP se inspira en el regreso de KUKII a El Cairo, un punto de inflexión que marcó el inicio de su nueva identidad artística y personal.
Esculpida por la artista musical anteriormente conocida como Lafawndah, la esencia de KUKII cristalizó en el regreso de Lafawndah a su Cairo natal, donde descubrió un alma gemela en su familia y ascendencia recientemente descubiertas. Es el alma viviente de una tía egipcia convertida en icono: una pionera que redescubre sus raíces y las transforma sin complejos.
Imagina a KUKII como la hija de una fusión explosiva: MIA, Sherine y Siouxsie Sioux chocando en la parte trasera de un Chrysler LeBaron malva, recorriendo El Cairo a toda velocidad con Mahraganat a todo volumen, mientras Pharrell capta la escena en un semáforo en rojo. Es la feroz culminación de la reinvención de la banda sonora de AKIRA por parte de Meredith Monk y Janet Jackson. KUKII encarna a Genesis P-Orridge y Gwen Stefani abrazándose en la cima de las montañas de Alborz (Irán), inmersas en los sonidos del qawwali.

KUKII encarna un nuevo proyecto pop, audaz y electrizante. Criada entre Francia y Teherán, y profundamente arraigada en las tradiciones de Oriente Medio, este EP se inspira en su regreso a El Cairo, un punto de inflexión que marcó el inicio de su nueva identidad artística y personal. Tras rastrear sus orígenes y ahora asentada allí, El Cairo no es solo un escenario; es la chispa que lo impulsó todo.
A lo largo de los seis temas del EP, que ella describe como “himnos de colegialas”, KUKII reconecta con los sonidos grunge y pop de su adolescencia, creando un sonido que trasciende fronteras geográficas, fusionando libremente el pop, la música electrónica, las influencias de Oriente Medio y el punk. Redefine la visión occidental de la música pop, forjando su propio “pop diaspórico”. Dejando de lado el lirismo que la llevó a la fama, KUKII adopta el autotune, no como una herramienta de corrección vocal, sino en sintonía con las escenas musicales vanguardistas de Oriente Medio y el Norte de África, donde ha sido un elemento básico de la música popular desde hace mucho tiempo. El EP rezuma ecos de Björk, toques de Smashing Pumpkins y la audacia de Missy Elliott.