White Pèrill: Gruf Tridimensional (Live set x Beatburguer)

Una de las mentes más brillantes de la electrónica catalana, White Pèrill nos entrega un Live Set en exclusiva para Beatburguer.

Empezaremos por la pregunta más obvia. Quién es White Pèrill y porque un desconocido tendría que pararse a escuchar un Live set tuyo en lugar de tirarse una hora scrolleando en Instagram, por ejemplo?

Bueno, seguramente escucharme sea mejor a la larga para su cerebro y su espíritu. Sin querer sonar pedante, creo que mi música tiene algo de confortable, aunque proviene de un lugar que no lo es tanto. Es esa alquimia que ya viene de cualquier música ancestral que es la de transformar los miedos y el dolor en luz y amor. Creo que por ahí van los tiros. No es un sonido que te enganche a la primera, aunque tampoco sea excesivamente complejo, pero creo que con el tiempo se puede ir convirtiendo en una especie de “casa”, un espacio seguro donde sentirse menos solo, aunque la escucha probablemente sea solitaria.

Eres una de las mentes más brillantes de la electrónica catalana actual: te hemos visto manejarte bien en parámetros ambient como en terroritorios house. Una electrónica muy bien facturada. Encasillarte es difícil. Cuál es tu estilo?

Creo que se basa en algunos elementos que raramente se encuentran mezclados en la eléctronica nacional, por decirlo así. Se pueden notar  mucho las influencias afro-americanas, sobre todo del jazz, del soul y del funk. Pero a la vez tiene un barniz muy “blanco”, puede evocar a Jon Hopkins, Bon Iver e incluso a Radiohead. Y eso se refleja, a veces literalmente, en el uso de los samples. Luego siempre hay un punto de humor (nunca demasiado obvio, a veces casi imperceptible) y una búsqueda de un sonido propio que te lleva a investigar las raíces.

Háblanos de esa “catalanidad”…

En realidad es psicoanálisis musical, y eso puede ser psicológico pero también sociológico. Siempre tengo en cuenta de donde soy: soy catalán, de un país sin estado y con unos referentes propios musicales y culturales que son INEXISTENTES en la música electrónica. Estamos tan colonizados por los USA (para lo bueno y para lo malo) que la costumbre es samplear (sobretodo en el tema voces, discursos y tal) todo en inglés. Y alguna vez en castellano. Hay que samplear a Carles Porta, a Cruyff (?), a Josep Pla, yo que sé: a Montserrat Roig.

¿Crees que la dificultad de encajar en una escena te cierra puertas? El circuito catalán (endogámico) está copado por los mismos 10 nombres desde hace años…

Siempre lo ha hecho y de manera muy específica. En mi anterior proyecto tuve management un solo año y en todas las ferias a las que iban, cuando salia a relucir mi nombre, la mayoría me conocian, pero nadie sabía donde programarme. Parece estúpido pero era así. No tocaba ni en fiestas mayores, ni en circulos indie, ni de modernillos. Tenia que inventarme los bolos. Hice la canción de verano de Icat en 2019, colaboré con Sopa de Cabra, hice videoclips de bastante éxito (¿para mi estatus!) y en 8 años no toqué en Barcelona ni una sola vez con la banda entera. ¿Ni una! Era muy frustrante y tuve que revisitarme como músico y como persona. Ahora el planteamiento es distinto y trabajo solo y voy (aún más) por libre. Una cosa es que no te ganes la vida y la otra es que sea ruinoso y se te quiten las ganas de tocar.

¿Cuáles son tus objetivos en éste 2025?

Tengo una buena sensación que raramente he tenido antes, de que todo el trabajo y bagaje que he estado construyendo éstos últimos años puede dar resultado. Pero tengo que salir de mi entorno habitual, de mi zona de confort. Y si no lo he hecho antes no es por falta de ganas. Creo que si éste año me salen oportunidades me siento preparado para aprovecharlas. En 2019, cuando tuve un (pequeño) boom, lo pasé fatal. Hay que ser idiota. El cerebro a veces es muy cabrón. Empiezas a conseguir cosas que habías soñado y de golpe te asustas, te boicoteas, te escondes. Y ahí fuera a nadie le interesan tus vulnerabilidades a menos que sean monetizables (o algo así). Pero necesito bolos con empaque, no puedes crecer artísticamente si solo tienes oportunidades en las que se te pone a sonar de fondo para la muchedumbre. No lo desprecio, pero la ambición de un músico es ser escuchado con atención, por lo menos lo es para mí. Claro que hubiera sido más fácil en los 2000 y con veinte años pero a tozudo no me gana nadie, aunque a veces parezca que me rompa. ¡Viva Dani Olmo!