Entrevista: UNER

Evoto

Entrevistamos a uno de los DJs y productores españoles más interesantes de la escena electrónica

UNER, uno de los nombres más respetados de la escena electrónica española, ha vuelto con Continicium, un álbum que representa una evolución personal y sonora. Con una trayectoria marcada por la innovación y la emotividad en sus producciones, el artista catalán nos invita a sumergirnos en una obra que trasciende la pista de baile, explorando paisajes sonoros más introspectivos y cinematográficos. En esta entrevista, hablamos con él sobre su regreso bajo su proyecto más conocido, el proceso creativo detrás del disco y la búsqueda de un sonido que mira hacia dentro sin perder el pulso del presente.

Después de cinco años de silencio como UNER, ¿qué te impulsó a volver ahora?  ¿Qué hizo que este fuera el momento adecuado para reaparecer con tu proyecto más conocido?

Volver como UNER no ha sido una decisión repentina, sino el resultado de un proceso profundo, interno y necesario. Durante estos cinco años sentí que necesitaba alejarme del ritmo de la industria, del piloto automático al que a veces te empuja este oficio, para reencontrarme con la esencia de por qué hago música. Y ese silencio no fue una pausa creativa, sino una transformación. NIN3S nació en ese tiempo como un espacio de exploración artística y emocional que me permitió ir a lugares que antes no me había permitido.

Pero con el tiempo, también fui sintiendo la llamada de algo que había dejado en pausa: la conexión con el público desde un lugar más físico, más inmediato y más visceral. UNER siempre fue eso. Y ahora, después de ese recorrido hacia adentro, sentí que era el momento de volver con una propuesta más madura y consciente. CONTICINIUM es, en ese sentido, una respuesta natural a una necesidad real de reconectar. De volver, sí… pero desde otro sitio.

Tu nuevo álbum se titula Continicium, una palabra que evoca continuidad y evolución. ¿Qué significa ese título para ti y cómo se relaciona con tu trayectoria?

CONTICINIUM es una palabra poco común que hace referencia al momento de la noche en el que todo queda en silencio. Ese instante en el que parece que el mundo se detiene y uno puede escucharse con más claridad. Ese concepto me atravesó, porque resume muy bien lo que ha sido este tiempo para mí: un espacio de escucha y de pausa, y de dejar que las cosas maduren sin forzar.

Pero además hay una doble lectura. CONTICINIUM no es ruptura, es continuidad. Es mi manera de decir que lo que fui no ha desaparecido, solo se ha transformado (de ahí el primer track del álbum, llamado Chrysalis). No es un regreso para repetir fórmulas, sino para mostrar una evolución natural de todo lo vivido. Es un disco que recoge la herencia de mi carrera como UNER, pero desde una nueva perspectiva más enfocada en el relato, en la emoción y en el impacto duradero más allá de la pista.

Durante tu retiro de las cabinas desarrollaste el proyecto NIN3S ¿Cómo te ha retroalimentado en tú música como UNER?

NIN3S ha sido una escuela en sí misma. Me permitió explorar otros lenguajes musicales, colaborar con artistas fuera del circuito electrónico (y aprender muchísimo de ellos), y sobre todo, reconectar con la composición desde un lugar mucho más emocional. En NIN3S no había reglas, ni géneros, ni expectativas. Solo la música como medio para contar algo sincero. Y ese aprendizaje, esa libertad y, por supuesto, es algo que inevitablemente ha permeado en la nueva etapa de UNER. Al final, destras de ambos nombres hay una persona.

Además, NIN3S me ayudó a romper con ciertas limitaciones autoimpuestas. Me permitió ver que hay un público muy abierto más allá del club, que la electrónica puede tener una gran voz propia incluso en contextos más cercanos al cine, al jazz, o a lo sinfónico. Esa apertura me ha dado una paleta mucho más rica que he podido trasladar a CONTICINIUM. Hoy UNER tiene más herramientas, más conciencia y, sobre todo, más propósito.

¿En qué se diferencia el UNER de Continicium del que conocimos hace más de una década con álbumes como Tune 432 o tus trabajos en Diynamic y Cadenza?

El UNER de entonces estaba muy enfocado en la pista, en la energía del momento, en hacer bailar (aunque en la última etapa ya había momentos…). Era una etapa donde me estaba abriendo paso en la escena internacional y cada track era, en cierta forma, una carta de presentación. Todo iba muy rápido, y aunque había mucha pasión, también había una necesidad de cumplir con lo que se esperaba de mí.

Hoy, después del tiempo vivido y los proyectos paralelos, siento que ya no necesito demostrar nada. CONTICINIUM es un álbum más introspectivo y  narrativo, pero sobre todo más libre. No reniega de la pista (eso se nota claramente), pero no se subordina a ella. Es un disco para escuchar con atención, con tiempo y con pausa. Siempre he tenido el foco en la emoción, pero ahora lo tengo más que nunca. La electrónica sigue ahí, pero al servicio de algo más grande: la historia que quiero contar.

El álbum mezcla ambient, techno melódico y texturas cinematográficas. ¿Cómo fue el proceso de composición y qué buscabas transmitir con este enfoque más introspectivo?

El proceso fue muy orgánico, sin presión ni deadlines, pero realmente muy rápido. Tenía claro que no quería hacer un disco funcional, de esos que piensan en la pista antes que en la historia. Quería construir un viaje. Por eso muchos de los tracks nacieron primero como paisajes sonoros y como texturas. Y a partir de ahí fui incorporando elementos rítmicos que no rompieran ese clima, sino que lo expandieran.

Mi idea era crear algo que acompañara, que envolviera, y que invitara a la reflexión. Cada track tiene una intención emocional concreta. Por eso no son canciones sueltas, sino piezas de un relato que se despliega poco a poco. CONTICINIUM busca transmitir calma y profundidad, pero también una cierta tensión latente (hay temas que la tensión no se llega a liberar). Como ese silencio cargado de significado antes de que algo importante ocurra.

¿Qué papel ha jugado la tecnología —hardware, software, inteligencia artificial, etc.— en la producción de Continicium? ¿Ha cambiado tu forma de trabajar en estos años?

La tecnología siempre ha sido una aliada, pero en este disco me he enfocado más en cómo usarla de forma sensible. He vuelto a trabajar con sintetizadores analógicos pero hay mucho trabajo “in the box”. Lo que mas he hecho es enfocarme en herramientas que me permiten ensuciar, deformar y humanizar el sonido. La máquina sugiere, pero el criterio siempre es humano. Y sí ha cambiado mi manera de trabajar, sobre todo en el ritmo y la intención.

Antes buscaba la inmediatez, ahora busco el detalle. Me permito estar mucho más tiempo puliendo una textura si siento que lo necesita. La tecnología te permite ir rápido, pero también profundizar. Y en CONTICINIUM elegí lo segundo. Es un disco que no podría haber hecho hace diez años, no por falta de recursos, sino por falta de enfoque.

Evoto

¿Cómo ha sido reconectar con la escena electrónica actual tras estos años de pausa? ¿Notas un cambio en el público, en la industria o en la cultura del clubbing?

Sí, noto muchos cambios. El público es más diverso, más abierto, pero también más exigente emocionalmente. Ya no basta con hacer bailar, hay que conectar mucho más allá. La gente busca experiencias con sentido, y eso me parece un reto hermoso. También ha cambiado la forma de consumir música: ahora todo es inmediato y fragmentado. Por eso me apetecía tanto hacer un disco que pidiera tiempo y que desafiara esa inmediatez.

En cuanto a la industria, veo una dualidad: por un lado, una profesionalización muy positiva, y por otro, una cierta homogeneización estética que a veces frena el riesgo. Pero también hay espacios donde la creatividad sigue respirando con fuerza (y cada vez habrá más). Yo vuelvo con muchas ganas de aportar desde ese lugar. No para encajar, sino para sumar nuevas perspectivas. Siempre intenté arriesgar pero desde el punto de vista actual, aún tenía un miedo latente. Ahora no. No tengo nada que perder y eso me ha liberado al 100%.

¿Qué emociones o pensamientos esperas que despierte Continicium en quienes lo escuchen por primera vez?

Espero que genere una pausa. Que invite a respirar y a sentir sin prisa. No quiero imponer emociones concretas, pero sí crear un espacio seguro donde cada uno pueda proyectar lo suyo. CONTICINIUM es un disco que se deja habitar, que no grita y que te susurra. Y en ese susurro hay mucha potencia si se le presta atención.

Me encantaría que quien lo escuche sienta que ha recorrido un trayecto, aunque no sepa explicarlo del todo. Que le deje preguntas más que respuestas. Y que, ojalá, conecte con alguna parte de sí que tenía en silencio. Porque al final, este disco también es eso: una conversación con lo que solemos callar.

¿Tienes planes de llevar el álbum al directo con una nueva propuesta escénica? ¿Podemos esperar un live show, sesiones híbridas o algo diferente?

Sí, y me hace mucha ilusión. Como ya conté, a parte de volver de nuevo a girar haciendo DjSets, UNER se unirá a NIN3S en el Teatro Apolo el 24 de agosto para un show conjunto. Ese directo será un punto de encuentro entre dos mundos que conviven dentro de mí. Y será uno de los pocos conciertos en formato live que haga con este proyecto, al menos por ahora. Será un show muy cuidado, pensado para generar una atmósfera emocional más que un impacto visual. Queremos tocar algo más profundo.

No descarto hacer una gira con un formato híbrido o incluso una instalación sonora en algún espacio museístico o alternativo, pero por ahora no hay una imagen clara sobre eso, aún. No quiero que CONTICINIUM se quede solo en el álbum. Quiero explorar cómo puede expandirse en otros formatos, siempre que mantenga la coherencia emocional y conceptual que le dio origen.

Evoto

Mirando hacia adelante, ¿este regreso con Continicium es el inicio de una nueva etapa prolongada como UNER, o lo ves como un capítulo puntual dentro de tu evolución artística?

Diría que es el inicio de una nueva etapa, pero con otra energía. No quiero volver a la repetición de fórmulas, a veces sin sentido, ni a perder el control de mis decisiones. Sí, UNER vuelve y sigue TOTALMENTE (de hecho nunca se fue, solo descansaba), pero desde este lugar: el de la consciencia, la intención y la autenticidad. CONTICINIUM es una declaración de principios. No es solo un regreso sino una nueva forma de estar presente.

Al mismo tiempo, no me gusta encasillarme. Lo que venga dependerá de lo que tenga necesidad de expresar. Quizás UNER siga independientemente de NIN3S, quizás se fusionen, o nazca otra cosa. Lo importante es que ahora tengo claro que la música es mi vehículo, no mi destino. Y mientras haya algo que contar, estaré contándolo.