Entrevista David Mallada

Charlamos con este DJ asturiano sobre su nuevo proyecto, sobre su carrera y sobre la situación actual de la escena

Primero, quiero agradecerte por esta entrevista. ¿Cómo te encuentras y cómo está yendo el 2025 para ti?

Gracias a vosotros. Justamente este año 2025 me están llegando muy buenos recuerdos de 1995, cuando realicé mi primera sesión como DJ en un local de Pola de Lena (Asturias). Eso te hace pensar que ya llevas 30 años expresándote musicalmente con la pista de baile… y me da todavía más ganas de seguir aprendiendo, de pinchar con nuev@s artistas, descubrir nuevas salas y seguir sacando producciones.

¿Cuándo y cómo tuviste tu primer contacto con la música electrónica?

Mis primeros contactos con la música electrónica fueron viendo en televisión a Grandmaster Flash haciendo técnicas de scratch… ¡en una cocina!

Mi hermana, que es unos años mayor que yo, tenía cintas de cassette del novio de una amiga que pinchaba trance, y yo se las quitaba y nunca se las devolvía.

Recuerdo también que, sobre 1989, cuando tenía unos 8 años, mi hermana compraba revistas tipo Super Pop que regalaban cintas de Acid House — todas acababan en mis manos, claro.

Con 2 años ya me gustaban los casetes antiguos: mi madre me los dejaba en el corralito y decía que así no había niño por un buen rato. A los 8 ya les quitaba las tapas para manipular la cinta con los dedos y poder mezclar lo que grababa, usando los volúmenes izquierdo y derecho como si fueran un mixer. En 1990, con 9 años, le regalé a mi hermana el disco de Technotronic (porque me gustaba a mí… y, por supuesto, me lo quedé). Ahí descubrí las cadenas modulares con tocadiscos y escuché por primera vez Billie Jean de Michael Jackson en vinilo.

¿Cómo era la escena electrónica en tu ciudad cuando eras un chaval?

Tuve la suerte de que estaba la discoteca FM, una de las pioneras de la ruta asturiana en los 90. Era muy pequeño para entrar, pero al poco tiempo empecé a descubrir en bares de la zona sonidos como el synth pop, post punk, new wave o dark wave. Era música con sintetizadores, guitarras y cajas de ritmo, que le daban ese “groove” tan especial al pop de aquella época. Me crié escuchando a Kraftwerk, Depeche Mode, Peter Murphy o Joy Division (ahora New Order). A eso en Asturias lo llamaban “feeling”, que venía a significar “sentimiento”.

¿Cuáles fueron tus referentes y las personas que te ayudaron a convertirte en DJ?

En 1995 mi padrino me llevó una noche de San Juan a Mieres, a la sala Baby’s.

Pinchaba un DJ de Madrid llamado Óscar Mulero, y mis amigos mayores me decían que era el mejor. De repente lo vi bajar las escaleras con una chaqueta negra larga, una maleta de vinilos, una linterna para el mixer, y una melena lisa negra… Mezclaba dos discos de Surgeon iguales, haciendo cortes con el fader. En ese momento dije: “Yo quiero hacer eso”.

A partir de ahí lo seguí durante años, en La Real (Oviedo) o viajando más de 1000 km solo para escuchar sus sets. Como anécdota: si buscáis en YouTube un set de Óscar en el Rocamar de Gijón, salgo yo con 18 años en primera fila, pegado a la cabina, mirando cómo mezclaba y los títulos de los discos. 

¿Cuándo y dónde te subiste a una cabina por primera vez?

Fue en El Olimpo, en Pola de Lena — y no con música electrónica. Venía de Mieres, de pasar la tarde con amigos en las discotecas de la zona, y paré a tomar un café. Siempre me apoyaba en la cabina viendo cómo pinchaban pop o rock, y un DJ local me dejó hacer una mezcla una vez, entre risas, porque no sabía cómo pasar de una canción a otra.

Un día, el dueño me dijo que el DJ no había llegado y me pidió que pusiera algo de música que no fuera “bakalao” (así llamaba él a la electrónica). Me subí, puse Always de Bon Jovi y escuché a un amigo gritar desde la barra: “¡Ese Mallada!”. Me gustó cómo sonaba mi apellido en ese contexto… y así empezó todo. 

¿Cómo definirías tu estilo?

Siempre me gustó escuchar y pinchar varios estilos. Sigo a muchos artistas diferentes, y poco a poco fui creando un estilo propio, que no se centra en un solo sonido. Me gusta la fusión, la libertad de combinar elementos que encajen emocionalmente, no por etiqueta.

¿Cómo eres en el estudio?

Curioso y meticuloso. Me gusta exprimir cada máquina, conocerla a fondo, igual que hago con los reproductores de DJ (CDJ o Technics). No son solo herramientas para reproducir, también son instrumentos creativos.

La evolución del equipo para DJs nos da cada vez más posibilidades — loops, efectos, capas — y me gusta aprovecharlas todas.

Por eso sigo aprendiendo, haciendo cursos, y absorbiendo conocimiento.

Una vez, un productor español muy reconocido me dijo una frase que no olvido: “David, yo siempre estoy aprendiendo.”

Agradezco mucho la influencia y los consejos de Carlos Koschitzky, Promt y Joton.

¿Cómo ha sido el proceso creativo de este nuevo trabajo?

Tenía varios tracks creados hace años, sin saber qué hacer con ellos. El otro día uno de esos temas lo descargó Dave Clarke, y me impresionó — ¡tanto tiempo parado en casa!

Otros temas recibieron feedback de artistas como Marcel Dettmann, Richie Hawtin, Dax J, Tasha Safari, Drop-E, Ricky Cross, Allan Gallego, Chusso, Orde Meikle, Sandersweer, A Thousand Details, Andromeda, Takaaki Itoh, Allpa Puruma, Lukas Stern, Pre Silent, Alex Vigo, Luca La Rocca, Delgado, Ctrls, Joseph Capriati, David Meiser, Paula Cazenave, ØLMØ, Drucal, I+D Musik, Alessandro (Tapefeed) y Rob Zile, entre otros.

Reuní esos temas que llevaba tiempo creando junto a otros nuevos inspirados en Gozón, el municipio donde viví estos años con mi familia. El entorno me inspiró profundamente, y ese vínculo con el paisaje se refleja en cada track.

¿Cómo lo definirías musicalmente?

La forma de contar mi vida a través del techno.

¿Cuáles son tus próximos lanzamientos?

Tengo un remix que sale el 14 de noviembre en la referencia 018 de Not Play Records. En ella se estrena K. Martin con dos tracks que me encantaron, y también participa la artista argentina Pert, que aporta un gran remix. Estoy muy contento con cómo está evolucionando el sello.

¿En qué eventos y clubs podremos disfrutar de tu música próximamente?

Este fin de semana estaré en el Teatro Albéniz junto a Rødhåd, Regal y Beste Hira.

El 1 de noviembre en la Sala Infinity (Palencia) con Joton. Y pronto en Cáceres, Zaragoza, Baqueira, Vitoria, Madrid, Oviedo, entre otros.

¿Qué análisis haces del panorama actual de la música electrónica?

Estamos viviendo el paso a una nueva generación, con una escena de BPMs más altos y una cultura que aún necesita tiempo para madurar. Creo que con el tiempo escucharán más música fuera de lo que marcan las redes.

El techno y el house siempre estarán ahí, y yo puedo adaptarme, pero siempre desde mi estilo. Parte de lo que suena ahora me recuerda al trance que pinchaba en los 90. No tengo nada en contra de esos sonidos, pero mi camino sigue estando en otro punto: en el techno profundo y emocional que sigue saliendo, y que está mejor que nunca.

Para David Mallada, la música electrónica es…

Mi vida.