Entrevista: Thylacine

Entrevistamos a Thylacine antes de sus shows este mes en España: Barcelona (27) y Madrid (28). Playlist especial con 22 tracks seleccionados por el propio Thylacine.

Cuando la música se convierte en un viaje literal, no basta con cambiar de estudio: hay que cambiar de aire, de paisaje y de ritmo de vida. Así lo entiende Thylacine,  el creador de Roads Vol. 3, un artista que lleva años demostrando que la inspiración no siempre aparece en la ciudad, entre horarios estipulados, reuniones y atascos, sino en el camino a ninguna parte, la desconexión total y en el contacto con lo desconocido. El resultado es un disco que respira libertad, curiosidad y un control muy medido de lo imprevisible, y que presentará en España los próximos 27 de noviembre —Barcelona y 29 de noviembre —Madrid—. A propósito del disco, hemos tenido una agradable charla con él.

¡Hola! ¡Un placer poder hablar contigo y saber más de  ti! Así que, sin más mediación, vamos al lío: ¿Qué buscabas al alejarte de la “civilización” que rodea la creación musical en entornos urbanos?

Me di cuenta bastante pronto de que era mucho más productivo mientras viajaba, y hasta llegué a calcular que después de componer tres temas en el mismo sitio, mi creatividad empezaba a decaer. Por eso viajo: para mantenerme inspirado, evitar repetirme y enfrentarme a nuevos desafíos. Además, siento una curiosidad enorme por otras culturas y por distintas maneras de entender la música, y, al final, lo que busco es un momento de desconexión en el que la creatividad sea mi único objetivo y nada interfiera en el proceso.

En tus discos anteriores, el paisaje ha sido algo más que un simple telón de fondo; ha sido un interlocutor. ¿Qué papel juega el entorno natural en este nuevo trabajo?

La verdad es que no sé muy bien cómo funciona exactamente ni qué forma toma la inspiración. Es algo muy abstracto que me encanta experimentar, aunque no lo controle del todo. Procuro no darle demasiadas vueltas y simplemente dejarme sumergir en el entorno, utilizando los sonidos y elementos que encuentro a mi alrededor y que, por alguna razón, encajan de forma natural en mi cabeza.

Roads Vol. 3 parece construido alrededor del tiempo: tiempo para observar, para detenerse, para no producir inmediatamente. ¿Qué descubriste sobre tu proceso creativo al permitirte esa distancia respecto a las giras y la rutina diaria?

Lo primero que noté fue lo bien que se siente. Creo que es fundamental tener momentos en los que la creatividad guíe tu agenda, en lugar de intentar encajarla en los huecos libres del día. Tener tiempo para experimentar y componer solo por placer, sin plazos ni fechas límite, me recordó por qué hago este trabajo. Además, desconectar de las redes sociales me permitió centrarme más y dejar de compararme con otros artistas y carreras; de repente, todo se volvió mucho más simple y claro.

Trabajar dentro de una caravana convertida en estudio se ha convertido en un símbolo de tu identidad artística. ¿Cómo cambia tu relación con la tecnología cuando estás en movimiento y en medio de la nada?

La caravana me obliga a simplificar. No puedo llevar todos mis sintetizadores ni un set enorme, así que solo me quedo con lo esencial e intento aprovechar lo que hay fuera de ella. Por otro lado, ser autosuficiente —funcionando con paneles solares y grabando en zonas remotas— cambia tu relación con la tecnología; te hace consciente de la cantidad de cosas que necesitas para vivir como lo haces, especialmente agua y electricidad, que solemos dar por sentadas.

Viajaste durante la grabación con la fotógrafa y videógrafa Cécile Chabert. ¿Cómo influyó su mirada visual en la creación del álbum? ¿Piensas en imágenes mientras compones?

El trabajo de Cécile ha sido fundamental en este proyecto. Llevamos años viajando juntos y ella consigue captar lo que yo no puedo expresar con sonido, logrando dar vida a las historias y al contexto detrás de cada tema. Además, manteníamos un intercambio constante: yo le enseñaba un tema nuevo y ella me mostraba material que había grabado ese mismo día, creando un bucle de retroalimentación entre imagen y música.

Tu sonido oscila entre lo melódico y lo atmosférico, entre la emoción y el diseño sonoro. ¿Dónde se sitúa Roads Vol. 3 dentro de ese espectro?

Todavía no tengo suficiente distancia, pero creo que este disco es un buen ejemplo de la convergencia de todos esos aspectos. Cada tema surge como una combinación distinta según el lugar en el que lo compuse, mi estado de ánimo o las personas que conocí. La parte orgánica proviene de grabaciones de campo, voces y percusiones, mientras que la electrónica sirve para unirlo todo. Me gusta especialmente ese aspecto humano e imperfecto de los sonidos orgánicos, mezclado con las posibilidades que ofrece la música electrónica.

Has tocado en España varias veces. ¿Qué recuerdos guardas de esos conciertos y qué esperas del público en Barcelona y Madrid?

El público español es muy cálido y expresivo, y tengo muchas ganas de llevarles conmigo en este nuevo viaje, de ver cómo reaccionan a estas nuevas canciones y cómo se mezcla su energía con la nuestra en directo.

Tus directos combinan música, visuales y narrativa. ¿Qué tipo de viaje quieres que experimente el público esta vez?

Este set incluye muchos temas del nuevo álbum, pero también antiguos, de Transsiberian o de otros destinos como Turquía. Lo que más me gusta en directo es poder saltar de un lugar a otro y mezclar esas distintas inspiraciones para crear un viaje en el que no siempre sabes cuál será el destino final, jajaja.

 Mirando atrás en tu trayectoria, ¿sigues sintiendo que la búsqueda de lugares y movimiento impulsa tu creatividad, o se está volviendo algo más interno?

Sí, sigue siendo un motor fundamental, aunque también me he dado cuenta de que no siempre hace falta ir muy lejos para sentir emoción y descubrimiento. Creo que simplemente soy curioso: me encanta explorar y no quiero hacer la misma música una y otra vez solo con más habilidades de producción.

Aquí tienes una playlist con 22 tracks seleccionados por el propio Thylacine para Beatburguer: