JGR: Blurry Trip EP (Rotten City Files)

El EP editado en el sello madrileño muestra a JGR en un momento de claridad creativa con el foco puesto cada vez más en el groove, la progresión y una identidad sonora cada vez más reconocible y definida.

Hay EPs que funcionan como una transición y otros que operan directamente como una toma de posición. Blurry Trip pertenece claramente a este segundo grupo. Bajo el alias JGR, el productor chileno Julián García Reyes —afincado en Madrid desde hace años— afila aquí su discurso y se desplaza hacia un terreno más ácido, más decidido y, sobre todo, más consciente de sí mismo, donde cada pista parece empujar a la siguiente sin permitir pausas ni dispersiones innecesarias.

El núcleo del EP lo forman Blurry Night y Flaming Trip, dos cortes que se entienden mejor como partes de un mismo recorrido que como piezas independientes, y que construyen una progresión sostenida en la que el groove gana peso, las melodías se comprimen y la energía se va definiendo con una claridad casi quirúrgica. No hay aquí explosiones gratuitas ni giros efectistas: todo avanza con una lógica interna sólida, apoyada en una producción contenida pero precisa, que refuerza la sensación de coherencia y de identidad sonora compacta.

Las remezclas no rompen ese equilibrio, sino que lo expanden. Thomass Jackson toma Blurry Night y la arrastra hacia su cara más oscura y ambigua, envolviéndola en una atmósfera densa y ligeramente psicotrópica. Close Proximity, por su parte, opta por una relectura más abierta de Flaming Trip, apoyándose en códigos trance y progressive para dotarla de un empuje más grueso y expansivo, casi épico, que amplifica el alcance del original.

En conjunto, Blurry Trip no busca el golpe inmediato ni el aplauso fácil. Al contrario, es un EP que apuesta por la continuidad, por la construcción de un lenguaje propio y por una narrativa que avanza con paso firme, dejando claro que el artista chileno no está interesado en seguir tendencias, sino en consolidar un sonido que, sin levantar la voz, pasito a pasito, resulta cada vez más difícil de ignorar. Y lo celebramos, claro.