Hace 30 años, cuando esto de la música electrónica era todavía el proyecto de unos cuantos chavales en sus estudios caseros, el auténtico sueño era ser interpretado por una orquesta. Hoy en día, solo los más intrépidos y geniales han podido ver sus composiciones tocadas en clave clásica, por las filas de músicos profesionales que componen una orquesta. Y menos aún han conseguido darle la vuelta a la tortilla, fusionando la electrónica con lo clásico para crear un auténtico conjunto orquestal a base de sintetizadores, drum machines y máquinas que encajarían más en un estudio que en una filarmónica.
Uno de esos pocos es Carl Craig. El de Detroit – genio salido de la segunda oleada de pioneros del techno que ha parido la Motor City – ha sido uno de esos pocos privilegiados capaces de transformar sus composiciones electrónicas en música clásica y, este año, fusionar ambos mundos creando su Versus Synthesizer Ensemble, una agrupación en la que – con la ayuda de Francesco Tristano – ha convertido sus piezas clásicas en auténticas bestias de la pista de baile. Tras su paso por festivales como Movement Detroit, Sónar Barcelona y más recientemente el Amsterdam Dance Event, nos hemos sentado con Carl para que nos cuente los entresijos de su Ensemble y nos destripe parte del pasado y futuro de su ciudad, Detroit.
Este jueves actúa en Club4 y aún puedes hacerte con tu entrada siguiendo el enlace.
¡Muy buenas, Carl! ¡Gracias por tu tiempo! ¿Dónde te pillamos ahora?
Ahora mismo me pilláis en casa, en Detroit…
Este año ha sido uno de los más movidos para ti en los últimos tiempos, con la presentación y desarrollo de varios de tus proyectos… Empecemos hablando de Detroit Love: has llevado la fiesta por Barcelona (Off Week), Portugal (BPM) y ahora llegará a Holanda para el ADE… ¿Ha sido difícil afianzarla desde sus comienzos hasta ahora?
Bueno, no ha sido tan difícil. La clave ha sido tener a la gente correcta en el equipo… también acertar con la gente involucrada en cada una de las ciudades a las que hemos ido. Todo lo que intentamos hacer es traer a los artistas que nos gustan, para que formen parte de este proyecto, que ha sido uno de los más exitosos y consistentes que hemos hecho hasta el momento. Creo que, en gran medida, el éxito ha sido gracias a Hagi… Ella, al no ser de Detroit, le ha dado una perspectiva completamente diferente a la idea. Si eres de Detroit y vives en Detroit, llevar a cabo el concepto de esta fiesta quizá sea algo demasiado personal. Hagi, aunque vive en Detroit, nació en Europa y su visión es diferente, y ha sido ella quien ha reclutado al equipo, ha decidido con qué promotores debíamos trabajar y ha llevado la fiesta a lo que es hoy.
Es genial poder hacer algo que tenga ese éxito y a la vez poder llevar a mis chicos de Detroit por el mundo, gente como Derrick May, Stacey Pullen, Kevin Saunderson, ya sabes, las leyendas de la ciudad, además de las nuevas generaciones: Kyle Hall, Jay Daniel… que han tocado en las fiestas de todo el mundo y que le han dado una gran dinámica… Eso sin contar a la gente que ha venido por puro respeto a Detroit, que siempre han sido fans del sonido de la ciudad, como Kirk Degiorgio, DJ Deep, Yaya y gente de ese estilo. Es una mezcla de la gente de Detroit y gente que ama la ciudad.
Además, tiene su propia línea de ropa, con diseños simples pero elegantes, ¿cuánta mano tienes en los diseños?
Sí que estoy metido en ello, pero no los hago yo. Tenemos a gente muy buena trabajando en ese aspecto y que son excelentes diseñadores, que es lo que realmente importa.
A principios de este año, lanzabas un álbum que giraba en torno a tu directo de 2008, en el que se tocaba tu catálogo de éxitos con arreglos orquestales. ¿Cómo ha funcionado?
Ha funcionado genial. La realidad del proyecto, al mismo tiempo, es que como ya hiciese Jeff Mills en su oportunidad, nosotros queríamos que músicos de Detroit sacaran música basada en torno a una orquesta. Al final, tomó mucho más tiempo a mi proyecto hacerse realidad de lo que tardó el de Jeff, pero ambos resultados han sido geniales y creo que son un testimonio perfecto de lo que hemos hecho en el pasado y de lo que estamos haciendo ahora.
¿Por qué lo lanzasteis en InFiné y no en tu propio sello?
En verdad es una colaboración entre Planet-E e InFiné y desde el principio se planteó de esa forma. Ya hicimos el espectáculo Versus de forma conjunta en 2008 y esto simplemente ha sido la evolución natural a partir de eso.
Tras esto, lo que más ocupado te ha tenido este año ha sido, sin duda, la presentación de tu proyecto Versus Synthesizer Ensemble… ¿En qué consiste la idea?
El Synthesizer Ensemble es la evolución de la idea que tuvimos de tener una orquesta de sintetizadores, que intentase imitar la música salida de una orquesta, pero en lugar de tener a violinistas y violonchelistas, hay músicos tocando máquinas.
Cuando tienes una orquesta en la que tocan lo que podríamos considerar ‘músicos tradicionales’, estos tocan en base a una partitura, y eso es lo mismo que buscamos con el Synthesizer Ensemble: que los músicos lean la música de la misma forma que lo harían si estuviesen tocando en una orquesta tradicional, solo que usamos sintetizadores…
Entiendo que tomasteis las grabaciones de tus temas y las adaptasteis para ser tocadas en clave electrónica, creando así el Ensemble… ¿Cómo te vino la idea? ¿Han tenido algo que ver los trabajos en clave clásica de otros músicos de Detroit?
Nada de esto ha sido inspirado por el trabajo de otros músicos de la ciudad… Simplemente se trata de otra forma de presentar mí música y la de Francesco Tristano en el escenario, eso es lo más importante. La influencia de otros músicos de Detroit es algo que obviamente ha estado allí desde el principio de mi carrera, pero el resultado de este álbum tiene solo que ver conmigo y con Francesco.
Hablaremos sobre Francesco un poco más adelante… Sin embargo, no es la primera vez que trabajas con arreglos clásicos. Hablamos de tu release ‘Recomposed’, junto a Moritz von Oswald, que tiene inspiración en piezas de compositores de la talla de Ravel o Mussorgsky… ¿De dónde sale tu gusto por la música clásica y estos arreglos?
La mayor parte de este gusto viene de cuando era pequeño, cuando escuchaba este tipo de música. Hice algunos estudios formales de música, en torno a conciertos, cuando estaba en el instituto, pero nada en profundidad. Crecí escuchando lo que había en la radio, en la televisión… No tenía por qué ser electrónica, o rock… En esa época había mucha diversidad en la música, por lo que podías escuchar lo que sea y que eso te influyese, y así fue. Me influyó el funk, la música de Kraftwerk, jazz, soul… pero también lo que salía de Musak, que muchos llamaron la elevator music (música de ascensor), oí esa música y me fascinaba. Y en esa época, la cúspide de la carrera de cualquiera era que tu música fuera tocada por una orquesta, así que poder oír versiones de orquesta de ‘Eleanor Rigby’, de The Beatles, o temas de Dionne Warwick, Ramsey Lewis, cosas realmente hermosas que forman parte de mis influencias, fue un auténtico privilegio.
Imagino que toda esa parte más funky y jazz vino gracias a Electrifiying Mojo y la radio, ¿no?
Ciertamente, Mojo fue una gran influencia para mí, creo que fue mi mayor influencia en Detroit. Pero Mojo no ponía mucho jazz en esa época. Lo que sí ponía eran algunas piezas clásicas, especialmente de bandas sonoras…
Con esto queda claro que la distancia que separa lo clásico y lo electrónico se ha venido desdibujando desde hace mucho tiempo. Actualmente quizá lo hemos visto más con montajes como el tuyo, el de (Jeff) Mills con la Filarmónica de Montpellier, Derrick (May) con la de Macedonia o la sociedad entre Pete Tong y la Heritage Orchestra, por ejemplo. El público, ¿tiene sed de nuevas experiencias?
Definitivamente, el público tiene ansias de ver cosas nuevas. Pero en verdad no creo que se trate de algo nuevo, porque ya venía con el trabajo de Wendy Carlos con piezas barrocas y de Bethoven, Mozart, o su laureado ‘Switched-On Bach’, que es el primer hibrido musical de música clásica realizada con medios electrónicos. Nosotros solo estamos siguiendo una tradición que ya estaba allí. El hecho de haber empezado en nuestros estudios caseros y vernos ahora tocando con una orquesta nos hace sentir como superhéroes, pero todo es gracias al trabajo que ya había hecho Wendy Carlos en su momento, que fue algo realmente revolucionario.
Volviendo a tu caso particular, en Versus trabajaste con Francesco Tristano, que ha sido el hombre detrás de la orquestación de los arreglos. ¿Cómo ha sido trabajar con él? ¿Cómo es vuestra relación?
Trabajar con Francesco es fantástico. Es un pianista increíble, es un gran fan de la música, lo que es un hecho realmente importante. Cuando la música se hacía antes de que llegase la grabación multi-pista, las empresas que publicaban la música contrataban a arreglistas musicales todo el tiempo, para que hicieran los arreglos antes de grabar. En mi caso, yo nunca llegué a experimentar eso y tener a Francesco en este proyecto, con su pasión, creo que fue algo realmente positivo para todo el resultado porque él conoce la música y su intención; en contraste con un músico clásico genérico contratado, que no tenga relación con lo que queríamos hacer y que no entienda la dinámica de lo que tenemos y como añadirle cosas para mejorar el resultado final. Francesco compuso partes del arreglo que hicieron que todo fuera más divertido para los músicos a la hora de tocarlo. Como cuando pinchas, lo que uno busca, aparte de tocar, es divertirse haciéndolo. Lo mismo pasa con todos los músicos, sean violinistas, violonchelistas o baterías, todos quieren sentir la emoción tocando. Y al mismo tiempo el conductor de la orquesta tiene que ayudarles a emocionarse, porque el conductor tiene que tener mucha pasión por la música que se está tocando y creo que Francesco consiguió el objetivo con creces a nivel musical.
Tristano también trabajó, recientemente, con uno de tus mentores, Derrick May, en su último disco ‘Surface Tension’… ¿Lo has oído?
¿El que salió en Transmat? ¡Claro! Francesco, como te comentaba, es un gran fan de la música electrónica y su proceso es tremendamente meticuloso. Hace unos años ya hizo un álbum en InFiné, que produjo aquí en Detroit, y creo que su álbum en Transmat fue una continuación natural de lo que ya hizo y produjo hace ocho años aquí, en Detroit.
En el Versus Ensemble, trabajas con otros cuatro músicos… ¿Quiénes son? ¿Por qué decidiste trabajar con ellos?
Bueno, van variando, pero básicamente son Kelvin Scholar, que es el director musical y le conozco desde hace mucho tiempo, es una excelente persona y es una pasada trabajar con él, es un visionario y le pone mucha alma a todo lo que hace. Gracias a él están muchos de los otros músicos con los que contamos, como Greg Burk, que es de Detroit; también está Christoph Adams, que es alemán y es un tremendo profesional. También tenemos a Joel Holmes que vive en Berlín, aunque es de Nueva York, y es un músico estupendo y es quien suele sustituir a los músicos que no pueden acompañarnos en alguna ocasión. También tenemos gente que ha trabajado con Model500 o con Underground Resistance, por lo que el line-up es tremendamente profesional.
Recientemente llevaste Versus hasta Australia, junto a la RBMA… ¿Cómo fue el tour?
¡Fue fantástico! El público australiano es genial, estuvimos durante más de una semana y estamos muy contentos con el resultado…
Tienes una gran relación con la Academy, sobre todo en los últimos años, con varios proyectos y ponencias… ¿Qué opinas de las críticas que surgen a veces cuando grandes artistas de corte underground trabajan mano a mano con grandes marcas?
(Risas) Bueno, no se puede contentar a todos. Siempre habrá haters (risas). No puedes complacer a todo el mundo, todo el tiempo. Creo que si ha habido una compañía que ha dado apoyo a la música electrónica de forma consistente esa ha sido Red Bull, poniendo su dinero en el desarrollo de la escena y en mejores posiciones que el resto de empresas. El resto han intentado aprovecharse y capitalizar el éxito cosechado por Red Bull haciendo cosas parecidas, pero no lo han conseguido ni lo conseguirán. RB lleva en esto más de 10 años y creo que es algo importante cuando la Academy llega a tu ciudad, parece que fuesen las olimpiadas, no solo por la repercusión inmediata, sino por las infraestructuras que quedan, como los estudios que se han formado tras el paso de RBMA por las diferentes ciudades del mundo. Eso es importante.
Vienes mucho a nuestro país, sobre todo a Barcelona y, este verano, a Ibiza, a Zoo Project con Detroit Love, Circoloco o Pacha, para Mosaic… ¿Cómo ves el estado de la escena techno en la isla en estos momentos?
Creo que está bien, ojalá estuvieran ocurriendo otras cosas a nivel underground en la isla para equilibrar un poco las cosas. Porque todo el mundo en Ibiza parece estar en torno a lo mismo, que es el dinero. Está bien, si estás por el dinero, pero siempre tiene que haber algo que le ponga un acento más realista a la música, para que todo el mundo pueda disfrutar. Pero vamos, me encanta Ibiza, llevo yendo muchos años y espero poder seguir yendo a construir momentos durante muchos más.
¿No crees que hay demasiada parafernalia VIP en torno a las fiestas?
Si, a veces parece que se está convirtiendo en una especie de Las Vegas y no me gusta. No soy un DJ de VIPs, no es mi movida. Si hay otros DJs que les guste ese rollo, bien, pero que un club intente depender de un público VIP no sé si sea lo mejor, porque al final la música no es la protagonista, y la gente va a venir solo por las playas y las chicas. Hay quien piensa que va a conseguir chicas por estar en una mesa VIP y, ya sabes, la cosa no funciona así. Es algo que nunca me ha atraído.
Hablemos de Detroit… Entiendo que sigues viviendo allí, ¿cómo ves la situación de la ciudad?
Se mueve, está yendo en la dirección correcta. Desafortunadamente los precios están yéndose un poco de mano para la gente, pero somos gente muy ingeniosa y acabaremos sacando provecho de la situación que venga.
¿Cómo valorarías el papel que están jugando las nuevas generaciones de músicos de Detroit? Antes has hablado de Kyle Hall o Jay Daniel, pero también está Moodymann, que, aunque no nació en Detroit vive allí ¿Están haciendo honor al legado?
Definitivamente. Antes no lo he dicho, pero Moodymann es una parte fundamental de Detroit Love… ¿Y sabes qué? Si escuchas cualquier cinta de Moodymann, es como escuchar a una versión moderna del programa de radio de Mojo, creo que su influencia es muy fuerte en los jóvenes de hoy. Pone de igual forma música moderna y música antigua, su música y la de otros, y eso es importante. En el caso de Mojo, oías lo que él ponía y nadie más ponía y se te quedaba grabado. Es increíble.
Hoy hay demasiada música en general entre la que elegir… ¿Cómo haces para conseguir tu música, nuevos artistas y bucear entre tanto email?
De vez en cuando tengo que confiar en otras personas, para que exploren las promos que nos llegan. Aun así, hay demasiadas promos. En mi época salían muchos discos en vinilo y también era difícil, porque tenías que escucharlos todos y te quitaba mucho tiempo. Pero ahora, si algo me suena bien y parece especial, lo pruebo. Y si funciona, genial. Sino, lo tiro e intento buscar algo más. Pero, honestamente, hago muchos edits y los pincho. Si encuentro algo que realmente me gusta, le doy una vuelta y lo pincho como un re-edit.
Finalmente, Carl, ¿cómo crees que han cambiado las cosas para los músicos jóvenes desde que tu empezaste hasta hoy? ¿Carl Craig sería quien es de haberse encontrado la feroz competencia que se ve hoy en día?
Bueno, yo creo que sí que podría conseguirlo, porque lo que siempre he intentado y lo que ha sido mi idea principal ha sido ser diferente a los demás, por lo que no habría parado hasta hacerme un hueco. La razón por la que empecé en esto no fue para hacerme rico, ni me hice DJ para que me dieran bolos. Hice todo lo que hice porque me gusta y por mi pasión por la música, y eso es lo que prevalece. La gente puede darse cuenta cuando tienes pasión y te gusta lo que haces, y eso es lo que te hace trascender.