El pasado día 10 de agosto pusimos rumbo al Levante para acudir al festival Medusa. En nuestra primera toma de contacto, tuvimos la suerte de disfrutar de la calurosa bienvenida que nos ofrecieron los promotores de Circoloco, la fiesta de moda los lunes en la isla de Ibiza. Sin lugar a dudas fue una gozada estar presentes en las actuaciones de The Martinez Brothers, siempre frescos, divertidos y con un gran manejo de la pista, techno tribal con alguna pincelada de estilo Detroit y sonidos Chicago. A continuación, Ben Klock, el alemán estandarte de Berghain, fue uno de nuestros artistas que más nos gustó, supo hilar una sesión de auténtico techno que retumbó de principio a fin, mezclas perfectas sin fallo alguno y midiendo al detalle la intensidad que el público solicitaba, compacto, sin perder la conexión con el respetable.
Poniendo el punto y aparte a esta primera jornada, David Squillace y Jackmaster fueron los encargados de cerrar este primer día de festival, un b2b un tanto atípico, pero que sorprendió muy gratamente. Mezclando Detroit techno con vocales más houseros que hicieron bailar a un público que aún estaba por crecer en los dos días siguientes. Se estiraron de lo lindo, en más de media hora del horario oficial de cierre. Fueron tres veces los parones que hicieron pensar que la función había terminado. Una sensación de éxtasis se reflejaba en los rostros de los asistentes, cuando esos parones se convertían en pequeñas pausas para continuar bailando. Sencillamente increíble.
El escenario Resonance ofrecía en el segundo día techno en sus diversas formas y colores. Quizá el que pudo salirse un poco del guion establecido fue el capo de Hot Creations, Jamie Jones, quien su ultima hora de sesión contuvo más parones que nos hicieron perder un poco el hilo de su set, siendo el mas housero de todos los artistas anteriormente mencionados.
El cambio de Jamie a Jeff Mills fue sin duda un poco extraño, aunque rápidamente nos pusimos a las órdenes del alienígena. Un set de concentración con una técnica de alto nivel, para el que hizo uso de un set up compuesto por 4 cdj, su inseparable 909 y la mesa Vestax PMC 500 que controló con precisión y donde el himno The bells puso los gritos en lo más alto. El cambio a Óscar Mulero fue con más sentido. Observamos como Óscar se acercó a saludar a Jeff cuando éste estaba en los últimos compases de su actuación y también el respeto que ambos se profesan. El madrileño con 2h de techno de atmósferas humeantes y platillos afilados estuvo muy mental, como suele ser habitual en él, con mezclas de largo recorrido donde cada track completa una pieza de un inmenso rompecabezas y donde no sabes donde entra uno y sale otro.
A partir de ahí todo fue en crescendo hacia el cierre brutal de Ben Sims que marco su actuación con una velocidad frenética de principio a fin. Jugueteando con los fader de la Pioneer, el británico puso patas arriba una pista que sudaba con alegría la salida del sol.
Para la última jornada en la que estuvimos presentes, observamos que siendo sábado fue el día más multitudinario donde salir del centro de pista era una tarea complicada. Tras dos días de sol secando el terreno el polvo se adueñó del escenario y vimos como muchos de los asistentes iban bien equipados con mascarillas o pañuelos para no tragar tanto polvo, un completo acierto. Para el tercer día el line up venia marcado por las actuaciones de Matthias Tanzmann. El alemán mantuvo una línea compacta desde el min 0 de su set, pegando tema tras tema sin dejar huecos sin golpe de bombo, se le vio enchufado y disfrutando y haciendo disfrutar. Su última media hora tornó a un techno más industrial perfecto warm up para Len Faki. El compatriota fue fiel a su estilo, recogiendo el concepto de Matthias, el señor Faki continúo el trabajo realizado, seco, duro y por momentos más profundo que nos recordó mucho al estilo del sello Drumcode.
El siguiente en aparecer fue Paul Kalkbrenner, que con un poco más de 20 minutos de retraso puso a muchos el grito en el cielo. Quizá fue el artista que menos nos gustó… demasiadas largas sus transiciones y con estilo más trancero, rompiendo la línea a la que tan gustosamente estábamos enganchados. Penúltimo en nuestra experiencia, contamos con la figura italiana de Joseph Capriati, quien tras una intro suculenta, bombardeó el escenario Resonance con un techno elegante y perfectamente ecualizado, que sin llegar a ser tan frenético como el de Ben Sims fue sin duda una exquisitez. Bombos duros y dulces con gran profundidad sirvieron como antesala del gran cierre de Nic Fanciulli. Amaneciendo y las emociones propias de un cierre con los primeros rayos de sol, un escenario completamente abarrotado sirvió como colofón a nuestro viaje por tierras valencianas, su propia producción Everything in its right place más el clásico The age of love puso la piel de gallina a más de uno.