Las fiestas dominicales volvían a la Plaza Mayor del Poble Espanyol tras el evento en el Parc del Fòrum con un nuevo sold-out días antes. El line-up lucía sus mejores galas, con Robert Hood como principal reclamo y la holandesa Steffi como punto de encuentro para todos los amantes de la selección musical curada y detallista.
Desde primera hora, Barcelona se coronaba con uno de aquellos domingos que incitan a salir a la calle nada más levantarse. Un sol radiante, una temperatura de más de 25ºC y un cielo azul y despejado nos hacían vaticinar un Brunch para el recuerdo. Y así fue. Tras tres primeras horas de actividades infantiles, juegos, comidas y risas, a las cuatro de la tarde, la parisina Molly tomaba las riendas de la situación. La residente del mítico Rex Club de París (hogar de un tal Laurent Garnier) hizo gala de su dominio del lo-fi house. Durante dos horas, estuvo tirando vinilos de refinada selección con detalles dub y acordes cercanos al micro. Música pausada, a la vez que suculenta e incisiva y a una velocidad aproximada de 126bpm.
Paralelamente, la acogedora Upload Room se ponía en manos de las deejays locales Lumière e ISAbella, que también estuvieron durante toda su actuación pinchando únicamente a vinilos. Las vertientes deep y micro del house también jugaban un papel protagonista en la oscura sala complementaria.
Siempre que Steffi ha actuado en Barcelona, ha gozado de unas primeras filas entregadas a su carisma. La holandesa es residente del Panorama Bar (sala complementaria del mítico Berghain de Berlín), detalle que ya deja por todo lo alto su reputación como selectora. Ya en formato digital, el house dejó paso al género electrónica, que muy pronto desembocó en compases techno muy madrugadores. Pasaban pocos minutos de las siete cuando una Plaza Mayor ya casi abarrotada se encontraba, casi sin darse cuenta, moviéndose a 128bpm y a base de bombo, hi-hat y harmonías medias mucho más contundentes. Desconocemos si Steffi había avisado a Robert Hood de sus intenciones, pero el listón quedó bien alto con varios momentos heroicos, como aquellos en los que pudimos degustar exquisitas apuestas como el V.H.S.S. de Compassion Crew remezclado por Redshape o el Highest Sense de Stranger.
La gran incógnita era si Robert Hood iba a ser Robert Hood o Floorplan (alias bajo el que ampara su faceta mucho más amigable y alegre, centrada en el house). Tras el recital de Steffi, al de Detroit no le quedaba mucha alternativa. Techno o techno. Y a una velocidad exigente. No tuvo problema. Contamos hasta 129bpm. Ahí es nada. No olvidemos que hablamos de un domingo por la tarde al aire libre. No parecía importarle. Sin embargo, uno de los aspectos que caracterizan a Hood es su asombrosa capacidad para transitar entre dos géneros tan distintos como el techno y el house sin que esos cambios desentonen.
Brunch había estado quemando zapatilla durante las dos horas anteriores con Steffi y Robert Hood, pero, casi sin darse cuenta, estaba brazos en alto cantando al son de archiconocidas vocales como las del I Feel Love de Donna Summer o el Work It Out de Karizma. A medio camino entre ambas joyas del house cayó Chained To A Dead Camel de Clouds, lo que ejemplifica con totalidad lo que aquí contamos y, sin duda, justifica nuestro titular: constante diversidad estilística. Barcelona lo disfrutó y lo exprimió al máximo.