Future Brown es el ambicioso grupo de producción formad por Fatima Al-Qadiri, J-Cush (fundador de Lit City Trax) y Asma Maroof y Daniel Pineda, del dúo angelino Nguzunguzu. En los cerca de dos años que llevan en activo como colectivo, han dado muestras de un sonido ecléctico, que bebe de distintas fuentes de los movimientos urban: rap, R&B, bop, drill, grime, reggaetón y dancehall. Todo ello lo despliegan en su álbum de debut homónimo para Warp, vendido como la gran esperanza del mestizaje electrónico y que se queda un poco a medias.
Cuesta encontrar un hilo conductor a este disco, posiblemente, ni siquiera lo tenga, y casi podríamos hablar de que estamos ante una mixtape que de un álbum propiamente dicho. Porque por aquí, además de los cuatro productores arriba mencionados, pasan hasta 17 vocalistas, algunos más conocidos como Kelela, Tink y Maluca, y otros nuevos para nuestros oídos. Lo cierto es que entre las colaboraciones hay donde rascar. Tink se erige aquí como una gran cantante y tenemos que dar la razón a su padrino, Timbaland, la chica, si se lo curra, bien podría ser la nueva Aalilyah. La aportación de Timberlee, que honestamente desconocíamos hasta ahora, también es sustancial. Su rapeo aporta un punto de tensión a la pieza.
Pero claro, tocando tantos palos, también hay tropiezos. Ya saben, quien mucho abarca, poco aprieta. Y aunque “Future Brown” es un trabajo indiscutiblemente interesante y hasta necesario por aquello de que nunca está de más una pizca de experimentación y riesgo en una escena algo inmovilista a ratos, llega quizá algo tarde como para sorprendernos. En otras palabras, no es una obra que vaya a marcar un antes y un después. Hay quien hasta fruncirá el ceño con sus canciones. Aquí hay mucho discurso, mucha estética (esto de presentar un tema en el Art Basel ya es pasarse), pero pocas ideas refrescantes.