Llevamos tiempo notando/insistiendo en el nivel tan sobrado que lucen los artistas de la escena nacional en los escenarios festivaleros. Hace algunas semanas, en Sónar, los directos de Headbirds y Cauto, LCC, Niño, Skygaze, Colectivo+0, Niño de Elche vs los Volubles… dejaban pasmados a locales y visitantes. Como ejemplo de este bonito momento electrónico, Electrosplash ha configurado un cartel con mucha presencia nacional. No vamos a hacer parada en todos y cada uno de los nombres, pero sí un pequeño recorrido que unirá dos puntos clave de la historia de la música popular urbana: la movida valenciana y la corriente footwork.
Fran Lenaers fue uno de los miembros del grupo Megabeat; y Megabeat, para quienes no lo sepan, representa hoy un punto clave en la llegada de la música electrónica a nuestro país y el surgimiento de lo que ahora conocemos como “sonido Valencia”. Lenaers fue residente de uno de los puntos calientes de la Ruta: la discoteca ACTV. Antes, su residencia estuvo en uno de los clubs más míticos de la movida valenciana, Spook Factory; a esta etapa pertenece esta sesión (muy digna de escucharse) del año 1988: un viaje que parte del rock gótico y continúa por senderos techno, EBM, eurotrance… Y todo rodeado por un halo de nostalgia que muy probablemente se instalará esta tarde en el Freestyle Area del festival.
Sin movernos de esa línea de nombres de gran calado en el clubbing de una ciudad -en este caso de Barcelona- llegamos a Marc Piñol. Su carrera detrás de los platos narra toda una época de uno de los clubs más importantes de la Ciudad Condal: Nitsa, donde fue residente desde 1999 hasta 2013. Sus sesiones pueden recorrer infinidad de estilos musicales, del acid más retorcido al techno más contundente, siempre con un objetivo descarado: que la pista de baile emane sudor fiestero. Ahora, como activo dentro de Hivern Discs, el sello de John Talabot, factura piezas como “Proceso” junto a su compañero Hugo Capablanca (con quien forma C.P.I):
Sobre las cabinas de los clubs más actuales sabe mucho-mucho Pau Roca. Convertido ya en gran referente del circuito barcelonés, y quien -precisamente hace algunos meses- compartía EP con Marc Piñol: “Ferrusola EP”, primera referencia del nuevo sello catalán “Black Money”, en el que cada uno de ellos firmba uno de los cortes. El exquisito gusto musical de Pau Roca queda claro desde que arranca el primer tema de cada una de sus sesiones, las cuales -y ya por norma- suelen ir impregnadas de una atmósfera peculiar que va trazando a base de house añejo, melodías disco o voces sensuales. Todo ello sin perder de vista el techno más refinado.
Reykjavik 606 son Kino Internacional y Borja Piñeiro. Sus lives, a base de un buen despliegue de maquinaria analógica, suponen un agite de sentimientos en toda regla. Idm paisajística e hipnótica que a veces se puede ver atravesada por un ritmo roto, pero que nunca pierde de vista el verbo “emocionar” (sólo el que se escribe con mayúsculas). En términos de periodismo musical, abusamos tanto de la palabra “magia” que al final pierde sentido. Con Reykjavik 606 no, con ellos no puede perderlo porque lo lleva innato. Sólo hay que escuchar su “The Eleven E.P” para comprobarlo en pequeña escala antes de asistir a uno de sus directos y gozarlo en términos más amplios.
Cerramos este pequeño recorrido con los malagueños BSN Posse, representación por antonomasia del sonido footwork en la escena nacional. La dupla formada por Stay Puft y Broken Lip llega a Electrosplash con público y prensa todavía asimilando/aplaudiendo/elogiando sin reparos su reciente trabajo “Forever”. Si se trata de terminar este paseo electrónico volviendo al punto del que hemos partido, es decir, Fran Lenaers y la Ruta, lo tenemos fácil. El footwork como una de las últimas corrientes de baile, en el caso de BSN Posse, no deja de separarse de los tintes más raveros que envuelven sus producciones, sobre todo las más cercanas al jungle o incluso al hardtrance (como ocurría con aquel bravísimo “90’s kids EP” que se marcaron el año pasado junto a Alex Chi).