Este fin de semana tuvimos la oportunidad de asistir al festival madrileño para ver las actuaciones de Vitalic, Amelie Lens, The Martinez Brothers, Paco Osuna, Surgeon & Lady Starlight y más; todos ellos ganadores indiscutibles de una cuarta edición que alcanzó cifras de récord.
El pasado fin de semana pudimos asistir a la cuarta edición de A Summer Story, que se confirmó como la más multitudinaria de su corta historia, con más de 40.000 asistentes por día, convirtiéndose así en una de las grandes citas electrónicas del año a nivel estatal y en el encargado de abrir oficialmente la temporada festivalera en Madrid.
La jornada del viernes nos trasladó al escenario INSIDE. El buque insignia de los 3 escenarios del festival contaba con un equipo de sonido digno de mención: una auténtica bestia, de la cual se jactaba el propio Andrés Campo en su página personal de Facebook: “En unas horas a los mandos de ese monstruo”. A pesar de que el escenario parecía la gran muralla china de los altavoces, el sonido era impecable y muy nítido, sin ninguna clase de interferencia entre las melodías de los distintos escenarios.
El encargado de amenizar las primeras horas de la tarde del viernes fue Manu González. El de Ibiza, residente de Sankeys, hizo bailar a los valientes que se acercaron desde primera hora de la tarde al festival. Su sonido tech house, con matices de funk, hip hop y toques de jazz, no dejo a nadie indiferente. Siguió uno de los platos fuertes de la noche: el live ODC de Vitalic, presentado en 2017 con su último disco, aunque aún no había tenido su puesta de largo en la capital. Lo suyo fue una música electro, con toque de melodías pop, sonidos cercanos al acid, y como él lo denomina, fuzzy disco. Hora y media que se hizo demasiado corta.
Una vez finalizado Vitalic, le tocaba el turno a otro de los pesos pesados españoles, el más que querido por el público madrileño, el residente de Florida135 Andrés Campo. Si bien no es raro verle por la capital, pues son habituales sus visitas a Fabrik, Andrés se ha ganado visita tras visita el amor de incontables fans en toda la capital. Su saber hacer, su selección musical y sobre todo su amor por el techno, sin adulterantes, son los ingredientes de su fórmula del éxito. Otro momento esperado de la noche, el de la nueva reina del techno, Amelie Lens. Su set, estuvo cargado de percusiones duras, de techno sin complejos que elevó los bpms y la temperatura de todos los asistentes al festival. Una sesión exquisita, la cual dejó patente porqué Amelie ha conseguido saltar del anonimato a acumular sold outs en tan solo unos pocos años.
Paradójicamente, a medida que avanzó la noche, los ritmos se fueron suavizando. El techno contundente de la belga dio paso a los norteamericanos The Martinez Brothers. Amantes del house, tech house, y ritmos más gamberros, iniciaron su sesión con ritmos rotos con pinceladas de tech-house. Su sesión fue progresando, y con ella la melodía cambió. Los bpms comenzaron a subir, hasta un cierre con unos pequeños toques de rap, acaso un pequeño guiño a la estrella que les tomaría el relevo, Loco Dice. El tunecino comenzó sonando su mítico Snap Backup. En su selección destacaron matices houseros y ritmos suaves, hasta que la música fue mutando hacia un electro de toques rap con el que se despidió y dio paso a un Paco Osuna.
Siguió con la línea planteada por Loco Dice, pero aumentando los bpms para acercarse, poco a poco, a sonidos más oscuros, siempre con una impecable selección musical que incluyó reivindaciones al acid techno que enloquecieron al público. Ya con el sol asomando tímidamente por el horizonte, el catalán coló en el set unas pinceladas de house con acordes bailongos antes de ceder el turno al plato fuerte de la noche, un precioso B2B entre Kölsch y Joris Voorn. Comenzaron con ritmos duros y más contundencia de la que nos suelen tener acostumbrados, pero poco a poco fueron evolucionando hacia el progressive house y deep house con el que nos comenzaron a trasladar a un mundo mágico, lleno de melodías con toques de electro.
El sábado nos tuvimos que desplazar al escenario Budweiser Town, más pequeño que el principal pero con nada que envidiar: un sonido muy definido, con un bajo muy potente, eran las armas principales de este escenario. Recondite nos transportó ofreció un viaje sensorial a caballo entre el deep house y el techno más espacial. Gran aperitivo para la que sería una de las sesiones más esperadas de la noche, la de Maceo Plex, pura euforia melódica para dar paso a la dupla con denominación de origen PoleGroup formada por Reeko y Lewis Fautzi. La subida de revoluciones sirvió de puerta de entrada a un mundo oscuro para dejar constancia de que el sonido techno sería el rotundo protagonista de aquí al final de la jornada.
Oscar Mulero tomó el mando de la cabina para confirmar que estamos ante uno de los pilares del techno a nivel ya europeo, una autoridad respetable en la materia. Su sesión se caracterizó por los ritmos abstractos, las texturas áridas y su habitual contundencia. Todo perfecto para dejar paso a la dupla formada por Surgeon y Lady Starlight. La técnica de Anthony Child a los platos es más que precisa, como si de un doctor se tratase mima y selecciona al detalle cada herramienta de la operación a realizar. Los dos crearon sinfonías formadas a base de bombos y platillos encargadas de elevarnos lentamente mientras el sol hacia lo propio. El set de Rebekah, por su parte, estuvo cargado de techno rudo y a un ritmo muy elevado que nos llevó a otra dimensión. Este viaje por la oscuridad se alargó hasta las 8 de la mañana, cuando llegó el momento de dar por concluido el festival.