Burberry es una de esas firmas de moda solo aptas para bolsillos repletos que ha visto como sus creaciones son apropiadas por la calle. La estétiva chav adoptó hace tiempo su clásico estampado de cuadros, algo con lo que la marca no se encontraba demasiado cómoda. Ahora, bajo la dirección creativa de Ricardo Tisci, Burberry está reinterpretando algunos de sus clásicos añadiéndoles una capa de grafiti.
Los cuadros Burberry en camisas, carteras, chaquetas, cinturones y riñoneras aparecen ahora cubiertos por pintadas. Los precios, eso sí, no se adaptan a la calle: la riñonera asciende a 958 dólares.