Tres emplazamientos totalmente distintos, showcases muy diferentes entre sí y más de 20 artistas son los que nos han hecho vibrar a lo largo de la pasada Off Week. Así fue la ruta que nos marcamos por algunos de los eventos más aclamados de la semana grande de la electrónica en España.
Barcelona gozaba de un clima espléndido. La atmósfera en las calles más ligadas al centro era de puro jolgorio, pero a su vez y como una diáspora derivada del Sónar Festival, cada zona de la metrópoli acogió una vitalidad sin precedentes. El urbanismo social con el que se viste la ciudad de normal, se acrecentó sobremanera con la llegada de una de las semanas más importantes de la electrónica, tanto a nivel nacional como internacional.
Un sinfín de locales, promotores y artistas en general, se dan cita a lo largo de siete días para conmemorar tanto la existencia de sus proyectos, como el alcance de su música. Diversos estilos y géneros encuentran su sitio para florecer, y con ello mantener a la gente en un sentimiento placentero, prácticamente incomparable. Y es que, durante algo más de un año somos muchos los que habíamos esperado esta semana como agua de mayo. Los reencuentros con los amigos, aquellos incluso que conociste durante este período en el que te vuelves uno con la música. El cansancio que parece no conseguir abrirse paso, porque estás alimentándote de una suma de sensaciones que alejan de ti, la posibilidad de no aprovechar cada segundo en bailar, conversar o reír con quienes parecen distintos, pero con los que te une la pasión y el gusto por la electrónica.
Es por ello que decidimos organizarnos y marcarnos la que, a nuestro parecer, era la ruta más sugerente y estimulante para dar rienda suelta a nuestro cuerpo de manera ciertamente progresiva. Comenzando con la oscuridad propia de un club, así como unos bpms de alto voltaje, idóneos para la contundencia con la que uno enfrenta la primera jornada, y finalizando al aire libre, fundiéndonos en el amor que profesan ciertos clásicos del house. Así fue el recorrido que nos marcamos y los artistas que más nos conquistaron de la pasada Off Week. ¿Nos acompañas de ruta?
Jueves 18 – Nitsa Club: Numbers y Odd Fantastic x Futura
Nuestro periplo dio comienzo a eso de las 12 de la noche, cuando nos acercamos a la mítica Sala Apolo para disfrutar del showcase del sello escocés Numbers, pero también de la unión entre las agencias Odd Fantastic y Futura. Por ambas salas iban a estar congregados varios de los nombres más sonados del panorama, tanto de los sonidos más beligerantes, como de aquellos tildados de un color más llamativo.
Sin embargo, según entramos, lo que nuestro cuerpo nos pedía era guerra, y ya subiendo las escaleras que conducen a Nitsa, un bombo vigoroso nos cautivaba, era el Black Chrome de Pi & Tom Spi. Como movidos por inercia nos dejamos llevar de manera alocada en la pista. Una pista que tristemente no le hacía justicia al americano de Lsdxoxo, quien estaba poniendo toda la carne en el asador, impasible ante el hecho de que casi no hubiese gente, ya que apenas levantaba la cabeza de la mesa, pero agradeciendo la potencia con la que, los que estábamos, dejábamos llevar libremente nuestras extremidades a través de una intensidad de bpms sin parangón.
Ofrecía cada tanto tema una tregua, que de igual modo y siendo tan sensual, continuaba invitando a desfogarse como el Rave Tape de Airod, un track con destellos tranceros, para más tarde mezclarlos con tracks de un techno más industrial, rápido y de corte berlinés como el 000000007 de 999999999. Se marcó un set de lo más característico, que paulatinamente fue reuniendo a más gente, movida por esos breaks que acababan en bombos capaces de transpirar por la piel, para más tarde convertirse en un sudor propio de quien lo ha dado todo.
Le tomaron el relevo el dúo británico formado por Robin Stewart y Harry Wright aka Giant Swan, los hijos pródigos del sonido más agresivo y categórico, pura influencia de su Bristol natal y que demostraron como su live está a otro nivel. Hipnótico y lisérgico, ataviados en sus máquinas para mostrarnos su visión retorcida del techno-not-techno. Experimental, orgánico, pero de igual modo industrial y férreo, su puesta en escena es toda una oda a la descarga de adrenalina, amasada por unos beats acompañados por el desgarramiento vocal de uno de sus componentes. Algunos de sus temas más sonados terminaron de poner la sala patas arriba. Sin duda, una de las actuaciones que más disfrutamos.
Aunque disfrutamos mucho con los sets tanto de Violet como de Josey Rebelle, que fue quien cerró, la siguiente de las actuaciones que más nos encandiló fue la de la asturiana Jasss. Quien nos hizo bailar como si el mundo fuese a acabarse, acercando desde que tomó los mandos de la cabina, el sentimiento rave a aquellas cuatro paredes, que parecían seguir pidiendo a gritos experiencias de alto riesgo. Comenzando con ritmos rotos, breaks rápidos con destellos embaucadores y melodías urbanas, para mutar en un techno acidorro y trancero como el Joy de Endora o quizá el que es ya uno de los lanzamientos de este año, el Sky Dreams de Kasper Marott. El cual lanzó en uno de los momentos álgidos de la noche. Su sesión denotó el gusto tan variopinto y ecléctico que tienen las mezclas dinámicas de nuestra compatriota. Perfecta para acabar teniendo el pie lleno de ampollas, pero sabiendo cuantísimo mereció la pena la aparición de las mismas.
Viernes 19 – Vila Habana: Secretsundaze Day & Night Party
Tras haber descansado los suficiente, así como haber repuesto energías con un almuerzo contundente, nos pusimos en marcha para tomar el tren en Sants que nos dejaba en el paraíso terrenal también conocido como Vila Habana, ubicado en Castellbisbal. Alejado del bullicio de la ciudad y en una ubicación de fácil acceso a través del transporte público –lo cual es de agradecer- el emplazamiento de corte colonial y exótico cuenta con un extenso jardín y una sincera paz, emanada esta de uno de los showcases más exitosos durante tan frenética semana en la Ciudad Condal. El cual contó con un puesto de comida, y varios sitios dispersos para tomar los respiros, a veces, sumamente necesarios. Decorado con globos amarillos con el logo del sello, así como diversas bolas de discoteca por ambos escenarios, amén de más ornamentos, denotaban el espíritu festivo e incorruptible que siempre han abanderado.
Los británicos de Secretsundaze saldaron el evento con un sold out más que merecido, ya que desde que pusimos un pie en el recinto, la buena vibra se abalanzó sobre nosotros, como también lo hizo el Only Human, otro de los tracks más sonados de este año, esta vez a cargo de Carista, que decidió deleitarnos con un set de lo más fresco y bailongo en el escenario de los palés y llamado en esta ocasión, Favela Stage. Al acabar marchamos a ver a Tama Sumo al Pergola, quien mezcló un house más melancólico y dulce con tracks llenos de vocales deseando conquistarnos el alma.
Lo cierto es que, era imposible no hacer propio el sentimiento familiar, sin elitismos y cercano que pululaba en el ambiente. Un ambiente de hilaridad sin aditivos, sembrado en un entorno natural y extraordinario. Como lo fue la sesión con la que nos mantuvo vibrantes Shanti Celeste, gran parte de la misma a vinilo. A nuestro parecer, una de las mejores de la noche, ya que su set nos sostuvo en el estado perfecto, a caballo entre un techno de fácil digestión como el Untitled 3 de Grain o el Falling Up de Carl Craig. Atravesando un micro de lo más sensual con pinceladas más dub, para, incluso, ofrecernos temas inesperados como el de Bodak Yellow de Cardi B envuelto en una melodía instrumental y funky. O fundirnos en un house made in chicago perfecto para celebrar la vida como el Bounce Your Body To The Box de Reese & Santonio. Elocuente, pasional, agradable y, sin duda, una selectora nata digna de estar en los mejores line-ups. Su conexión con el público fue inmediata, es por ello que desde el minuto 0 se le vio muy a gusto, intercambiando incluso los temas con el público.
A quien también se le vio sumamente a gusto fue a Marcellus Pittman. Y es que el de Detroit es todo un experto en hacer que no paremos quietos un instante, portando una eufórica sonrisa, y bailando de un lado para otro mientras va soltando clásico tras clásico con una soltura propia de una leyenda viva, y que, desde luego, nos hizo renacer. Aunque Jeremy Underground le había dejado el listón alto y prácticamente a punto para hacer magia, Pittman supo bien por donde guiarnos. Comenzando con un acid chicago patente en temas como el Only Wanted To Be de Jack Rabbit hasta llegar a ponerse nostálgico, mientras rebuscaba en sus vinilos el track perfecto para tan especial ocasión. En esas situaciones donde uno se siente como en casa da lo mejor de sí, y por ello no dudó en poner uno de los temas estrella en sus sesiones, el Where’s Jason K de Syclops. Del que cuando escuchamos los primeros acordes enloquecimos. Le costó cerrar, pero lo que está claro es que se llevó el cariño y el respeto de todos los allí presentes consigo.
Algo que también sucedió, como no iba a ser menos, con los anfitriones: Giles Smith y James Priestley aka Secretsundaze. Los ingleses nos condujeron por un viaje, un viaje hacia el edén sónico. Narrado este con esa esencia tan personal de la que se visten sus sesiones y en las que prima el amor por la música en todas sus vertientes. Desde funky a house pasando un boogie o unos tracks más instrumentales y jazzys a verdaderas joyas por las que el tiempo no pasa. Contaban con todos los ingredientes necesarios, y, sobre todo, con un público entregado que aún gozaba de energía para clausurar como era debido aquella jornada de idiosincrasia hippie y de la que aún resuena en nuestra cabeza el Underwater Mix de Scube del Wake Up de Maximun Style y JB Rose, o el We Are The Young de Dan Hartman, con el que cerraron alzándonos a una jovialidad que no compra el dinero.
Música apagada, una ovación tremenda, todos esbozando una imbatible sonrisa y un sentimiento de morriña que nos acompañó de vuelta a casa. Así concluyo nuestra excursión, suerte que aún quedaba una parada más en nuestra intensa ruta, para así gastar todos los cartuchos de los que aún dispusiésemos. Por ello y sin más dilación nos fuimos a dormir para acopiar las energías que requiere un evento como el de Innervisions.
Sábado 20 – Poble Espanyol: Innervisions Showcase
Es quizá la joya de la corona de los eventos programados por Off Sónar, pues es el único que se apodera de los tres stages dispersos por el Poble Espanyol, lo cual te posibilita disfrutar de las calles de este museo al aire libre, repleto de balcones al más puro estilo payés, copados de plantas vistosas que resaltan con esas paredes blancas, mientras la gente que viene a visitarlo como tal se sorprende de la que hay montada. No es para menos, los de Innervisions han vuelto a demostrar que se hallan en la localización idónea y de ensueño -desde la que hay unas vistas a Barcelona envidiables- para seguir dando rienda suelta a eventos que son un festival en sí mismo, pues reúnen a artistas muy diferentes entre sí, pero con una calidad y talento incuestionables. De los cuales hubo tres que nos conquistaron por encima del resto, aunque como decimos el nivel estaba muy alto.
La primera fue Courtesy, quien hizo que el sol justiciero que reinaba no fuese un problema. Consiguió aminorar las altas temperaturas con un set de lo más lisérgico en el que no faltó el trance característico al que nos tiene acostumbrados, mezclado con electro pero también con un breakbeat potente y enérgico. Algo similar al de Avalon Emerson, quien siempre es un acierto seguro. De ahí pues que lo tuviésemos tan claro, además de por el cansancio que ya manejábamos y el cual nos impedía estar deambulando de aquí para allá. De todos modos, lo dicho, suerte que estaba Avalon manteniendo prendida nuestra ánima con tracks como el Baptism de Crystal Castles. Y es que su gusto como sus mezclas son tan extravagantes que hubo tiempo para un tema de las Destiny Childs. Da igual qué, la americana consigue que todo encaje.
Y por último, aunque nos costó decidirnos por el cierre, ya que se preveía que Marcel Dettmann tras cómo le había dejado de caliente la pista Avalon, aprovechase para sacar sus joyitas de house e italo. Lo cierto es que nos sorprendió con ritmos de lo más tropicales, luminosos y expresivos. Sin embargo, preferimos ir a lo seguro, acercarnos al escenario Monasterio, que, a pesar de estar en cuesta, nos resulta el que más encanto guarece. Allí estaba Motor City Drum Ensamble haciendo ya de las suyas deambulando en temas que te tocan el alma, muy en la línea de Tama Sumo en Vila Habana, pero también dando espacio para el respeto que profesa, por ejemplo, por la música del mundo como el tema de Kumeona perteneciente al último álbum de Mim Suleiman o el Club Dz de Acid Arab. Depositó a su vez gran peso en los temas cargados de instrumentos, sobre todo de viento y percusión, muy en la línea del jazz.
Se notaba que para muchos era la última fiesta, el último set antes de poner rumbo a la vida real, por ello se puso aún más melancólico que de costumbre, cautivándonos con el You’re Gonna Need Me de Dionne Warwick. Como avisándonos de lo duro que iba a ser el final de su set, y del cual nos costó decir adiós. A él también, por eso todos pedíamos un último tema que, tristemente, fue denegado por la organización, aunque entendemos que hay ciertas cosas que se escapan del alcance de los artistas. Lo que está claro es que nos llevamos un recuerdo más que grato, sublime e inolvidable de tres días vehementes hasta decir basta. Nuevamente, iniciamos una nueva cuenta atrás, ávidos de recrear nuevas anécdotas y seguir entregándonos por completo a la electrónica más exquisita en la semana santa de los beats.