Los 10 mejores clubs de la historia de la electrónica

Muchos de ellos ya no están, pero todos son cruciales para entender el desarrollo de la cultura de clubs en las últimas cinco décadas. Desde garajes abandonados hasta plantas eléctricas en desuso pasando por templos de libertinaje y espacios de culto para el hedonismo, estas son las diez discotecas más importantes de la historia del clubbing.

 

Paradise Garage

A tocar del SoHo neoyorquino, y entre 1977 y 1987, un parking reconvertido fue el escenario de algunas de las noches más salvajes que se recuerdan. Ahí, en el Paradise Garage, también nació la cultura de clubs tal y como la conocemos. Primero fue el bastión del disco underground y, posteriormente, acogió las primeras noches en formato DJ con Larry Levan como legendario residente. Y, el resto, como se suele decir, es historia. La comunidad LGBT le debe la vida.

The Loft

No tanto una discoteca como una fiesta itinerante, privada y underground, The Loft se inauguró en Nueva York en el San Valentín de 1970 con una velada bautizada como Love Saves The Day. Ahí, su alma mater, David Mancuso, pudo desarrollar su propia versión de fiesta no comercial: ahí no se vendía ni alcohol, ni comida, ni bebidas de ningún tipo. Solo se podía asistir por invitación y a ella asistieron celebridades como Frankie KnucklesDavid MoralesFrançois KLarry Levan y más.

The Warehouse

Frankie Knuckles probablemente se llevó lo aprendido de las pioneras mezclas ‘al aire’ de Mancuso para desarrollar su idea de paraíso terrenal como primer director musical de este club de Chicago. Inicialmente, fue un local donde se escuchaba disco, rnb y otras expresiones de la música de baile, pero poco a poco, y gracias al interés de Knuckles por lo que se estaba cociendo en Europa, se empezaron a escuchar aquí las primeras expresiones de lo que hoy entendemos como house.

Studio 54

La cumbre del hedonismo disco se vivió a finales de los 70 con el Studio 54, un club en el que era habitual ver celebridades como Andy Warhol, Michael Jackson, Salvador Dalí o Grace Jones. El ocio nocturno no sería el mismo sin su contribución, tal y como se explica razonablemente bien en la película de 1998. En sus rincones, era habitual presenciar encuentras sexuales y el uso de las drogas se normalizó en sus distintos espacios.

Shoom

La muerte de Andrew Weatherall nos ha servido para, entre otras cosas, recordar el papel que tuvo el club londinense Shoom en el desarrollo de la música de baile en el Reino Unido y, por extensión, el nacimiento de la cultura rave. Fue creación de Danny Rampling, que exportó los Balearic beats y el acid house tras su célebre viaje a Ibiza en 1987 junto con Paul Oakenfold, Johnny Walker y Nicky Holloway para llevarlo a un público masivo.

Haçienda

Un poco más al norte, en Manchester, un antiguo cine de Bollywood se convirtió en la meca del movimiento llamado Madchester. Fac 51 Haçienda fue el epicentro de la escena acid house entre finales de los 80 y principios de los 90. Siempre atravesó penurias económicas, pero nunca consiguió palidecer el poder de influencia de un club que incluso ha sido sujeto de un filme tan legendario como 24 Hour Party People.

Ministry of Sound

Ministry Of Sound abrió en Londres en 1991 y anticipó las tendencias de consumo en la electrónica (de masas). Paulatinamente más conocido por la marca que generó y no tanto por el club en sí, MoS acabó convirtiéndose en un santo y seña de la noche londinense gracias a su soundsystem estratosférico y a su licencia inicial que permitía abrir las 24 horas del día. Tú, que seguro que tienes uno de sus recopilatorios en casa, le debes mucho en tanto que educación sentimental clubber.

Berghain

Uno de los pocos clubs en el mundo donde sabes cuándo entras pero no cuándo sales. Berghain es el templo del libertinaje techno, el considerado año tras año mejor club en la materia, un espacio sacrosanto en el que aún se puede disfrutar de la música electrónica a la vieja usanza. Si alguna vez has podido franquear la puerta salvaguardada por el cancerbero Sven Marquardt, sabes de lo que estamos hablando.

Tresor

Otro de los templos techno por excelencia en Berlín es Tresor que, como probablemente sabrás, es la palabra alemana para ‘caja fuerte’. Dentro de ella se guarda la esencia misma del género desde 1991. Tresor, el club, ha sobrevivido a diversas encarnaciones, la última en el barrio de Mitte, donde ocupa una central eléctrica abandonada en una parcela de 22.000 metros cuadrados. Si te gusta el techno duro, el industrial y la música acid, este es tu lugar.

Space Ibiza

Aunque ahora sea muy difícil olvidar la masificación turística que se vive en las Islas y el rampante comercialismo que se ha cargado su esencia, lo cierto es que Ibiza tuvo un papel protagonista en el desarrollo de la música de baile y la cultura de clubs desde finales de los setenta. Space acabó cerrando en 2016, pero en lo que a terrazas al aire libre se refiere, hay pocos open airs que puedan rivalizar con ella.