Hedonismo, sordidez y humor, un recorrido por los 20 años de Gigolo Records

Año 2002. Una amiga tuya así muy moderna ella te ha convocado en calidad de comparsa a una fiesta Gigolo Records. Haciendo cola en el exterior del local ya reparas en que ellos parecen proxenetas de una exploitation setentas y ellas salidas de un casting para Repo Man o Liquid Sky. Ya dentro constatas que eso en un contubernio para una segunda venida de lo mamarracho. No obstante te pasan botellas de champán y atruena una música que aun sonando a refrito de un millón de cosas funciona, hace que no dejes de pasártelo bien. La gente parece haberse olvidado todo prejuicio en su casa, y terminas por abandonarte a esa misma actitud. Acabas de asistir a tu primera fiesta electroclash. Mañana o pasado fundarás Putilatex o Alma-X. Adaptarás lo que acabas de oír a la idiosincrasia ibérica.

Desvincular Gigolo Records del electroclash es lo mismo que intentar separar binomios indisolubles tales que Tip y Coll o Real Madrid y ayudas arbitrales. El sello que fundase DJ Hell iba para escisión seria de Disko B en sus primeras referencias (maxi de Jeff Mills incluído) pero quiso la secuencia de decisiones editoriales que asumió que al final la historia fuese esta. Y ni tan mal: al margen de la facción estadounidense de Williamsburg, es decir, al margen de esa vertiente pijaza del epicentro de lo hipster, aquello del electroclash fue un festival de aperturismos en la escena electrónica. Mal que les pese a intelectuales como Richie Hawtin era necesario un poco de humor y hedonismo en las discotecas. Y la historia de Gigolo Records entre el noventa y siete y el dos mil seis es DJ Hell decidiendo publicar cosas impensables una detrás de otra; salvando las distancias no difiere mucho lo que decidía planchar que las películas que Dino De Laurentiis decidía financiar en su etapa Tony Montana. Y lo curioso es que decisiones que parecían fruto de una apuesta de mañaneo más que el resultado de una mente en plenitud de facultades luego resultaba que funcionaban comercialmente y abocaban a Helmut a seguir sacando cosas del palo. Y para cuando se quiso dar cuenta ya era dos mil siete y se le acabó esa intuición, pero la ristra de sinsentidos de alucinar que había sacado ningún otro sello lo ha llegado a igualar en número.  

Hagamos un recorrido por Gigolo Records y sus características esenciales a través de diez de sus lanzamientos, no necesariamente los más famosos. Conozcamos mejor las claves del único sello en el mundo que tuvo problemas legales con Arnold Schwarzenegger:

CHRIS KORDA – SAVE THE PLANET KILL YOURSELF

Una labor que a DJ Hell se le daba mejor que a nadie era la de rescatar oro puro de las cunetas de la historia; con el curso del tiempo reeditaría a Gina X, Orlando Voorn, Dominatrix, A Number Of Names y Tuxedomoon, labor a agradecerle siempre. No obstante –y pese a la importancia seminal de los nombres anteriores- esta es la mejor de todas las reediciones que hizo. Un maxi de principios de los noventa de un travestido llamado Reverendo Chris Korda que operaba en Boston con su Iglesia de la Eutanasia personándose en manifestaciones pro vida con pancartas que rezaban Los Fetos No Son Personas, Ni Siquiera Son Pollos. Algo así como el autobús de Hazteoír solo que con otras intenciones, pues Chris usa la ironía de corte Malthusiano para transmitir un mensaje sobre el deterioro constante del entorno, la subida de la temperatura en los polos terrestres y la asimetría en distribución de la información, no quiere significar literalmente el enunciado de sus pancartas. Este maxi de sonido belga –cuyo título es el principal eslogan de su Iglesia- no lo publica Hell en su momento y nos hubiésemos perdido todo lo que sacó a resultas de que Helmut le otorgase visibilidad en lo musical. Y eso sería habernos dejado sin su canción sobre las Torres Gemeliers, hito de la provocación.

FOREMOST POETS – MOONRAKER

Una pieza así ambient hasta que a los treinta segundos se corre la aguja y entra una acappella de Johnny Dangerous que ni pintada al hilo de lo que hace Chris Korda usando la electrónica como canal válido para abrir conciencias: ”esto es una prueba, solo una prueba. De alguna forma, mientras la fiesta se desarrollaba, una frecuencia inidentificada ha estado sonando en el sistema por algún tiempo”. Y Johnny sigue hablando sobre una base house acerca del peligro de esta frecuencia subliminal mientras afirma la intención de sustituirla por otra que preconice la ausencia de prejuicios y la única jurisprudencia del alma. Es decir, reflexiona sobre la validez de la música de baile para inocular mensajes y obrar un cambio de mentalidad en la gente, explica las maniobras de Korda pero también las de Underground Resistance y las de los himnos liberadores LBTG de Rozalla y demás divas del libreamor.

DAVE CLARKE – COMPASS 

El maestro de la trucha siempre se ha significado muy mucho para con Gigolo. Ahí anduvo para ayudar a hacer sostenible el sello ya desde sus inicios con su impepinable remezcla para el I´m A Disco Dancer de Christopher Just, por ejemplo. Su defensa del Kernkraft 400 también le supuso enemistarse para siempre con Richie Hawtin cuando éste último le quitó el maxi del plato en una pinchada a pachas en un festival. Y su único maxi para Gigolo, el puente entre el Archive One y el Devils Advocate, es una joya de funcorro del bueno: si en Southside decidió devolver a los Daft Punk el guiño que le hicieron en Teachers aquí ya directamente homenajea a los eps de Thomas Bangalter en Roulé y a Chicago con las voces sacadas de un Dance Mania. Un tema con el bombo de redoble pétreo y el sonido de cortacésped marca de la casa y el añadido de un cencerro del todo impensable antes en Clarke pero que ya luego sería relativamente común para remezclas más houseras tipo la de Underworld o la del Soul Heaven.

FISCHERSPOONER – EMERGE

A Warren Fischer y Casey Spooner todavía hoy es difícil saber si lo suyo era en serio o un troleo ultra sofisticado. El uno músico clásico y el otro artista de performance cuando salió el Emerge habías de posicionarte: o genialidad o one hit wonder inaguantable. El caso es que sigue siendo una canción fascinante, sobre todo por ese tramo final que es crescendo desmadrado y euforia desbocada. De soslayo con la venta de su licencia por medio millón de libras se rumorea aquello supuso la quiebra del departamento discográfico de Ministry Of Sound, asi que su mera existencia no dejó de suponer el fin de una industria con forma de burbuja en apariencia inexplotable. La sobreexposición al tema en cuestión en realidad fue más cosa de esos creativos que la licenciaban para las cortinillas de Cuatro que de los propios Fischerspooner, y del sinfín de remezclas y versiones que se hicieron la mejor, de calle, fue aquella de La Rubia Montoya sobre Winona Ryder robando en Carrefour. Feels good, looks good, sounds good, looks good, feels good too. 

DOPPLEREFEKT – MYON NEUTRINO

Sucedía con Gigolo que además de cancaneo turulato editaban electro. Y muy bueno, además. DMK Krew, Ozone Layer, The Advent… y encima a todo aquel beligerante a la rama mamarracha del sello Helmut le ponía difícil odiarle porque el muy cabrón consiguió editar varios proyectos de Gerald Donald, uno de los Drexciya; un tío más difícil de comprar que Mad Mike Banks. Además de los eps de Der Zyklus, el Virtual Geisha de Japanese Telecom y las remezclas a comisión de Heinrich Mueller, todo seudónimos de Gerald, editó varios artefactos de su grupo de electro irónico y supremacista de broma Dopplerefekt. Unos discos de electro melódico hardcoreta no demasiado lejanos de Kraftwerk o John Carpenter que son impepinables del género.

ZOMBIE NATION – UNLOAD

Igual el mejor maxi de todo Gigolo Records. Lo de Florian acá fue cosa de rendir tributo a algunos de sus héroes (Moroder, Donna Summer, Divine, Bobby Orlando) actualizando el disco y el Hi-NRG a los parámetros vigoréxicos del revival EBM y el un disco guarreras. Florian es un tío que de no haber sido productor de electrónica a buen seguro regentaría una expendeduría de gallinejas, y a guarro no le gana nadie. Eso sí, llevar la camisa llena de lamparones no está reñido con tener un tino excepcional para la clase, y aquí lo que obra es fundir el disco de diva de vozarrón inapelable con el ensuciarlo todo para que resuene marrullero y a la manera de esas películas de cine quinqui que ponían a bailar música disco a excluídos sociales de toda condición y pelaje. La versión del Step By Step de Divine es uno de los homenajes más sentidos a la diosa que se hayan dado jamás.

VITALIC – PONEY EP

El común de los mortales pasamos por la vida haciendo más o menos ruido y luego ya morimos y a lo sumo se acuerda de nosotros nuestra nieta o nuestro administrador concursal. Pascal Arbez no. Este buen hombre, por intermediación de The Hacker, le mandó unas maquetas a DJ Hell y ya el resto es historia. Con la mano en el corazón es difícil afirmar que en lo que va de siglo haya salido un maxi con mayor cantidad de himnos todos igual de válidos para poner patas arriba cualquier pista de baile. Sí, vale, hay algún Border Community o algún Perlon más importante para el curso de la historia venidera, pero de cuatro temas, de cuatro, ninguno. Decir algo nuevo a estas alturas del Poney EP es imposible, así que eso: desde el desenfreno de La Rock 01 a la bizarrísima –y a la vez conmovedora- dupla del poni aquí sólo queda instar al mecanismo compensatorio de fuerzas denominado karma que a Vitalic se le dé igual de bueno y en la misma medida que él ha entregado a la raza humana.

LINDA LAMB – HOT ROOM

La presencia femenina en Gigolo no se reduce a Miss Kittin, sino que es más acusada de lo que suele ser habitual en los sellos de electrónica. Romina Cohn, Kim Peers, Mutsumi Kanamori… y este maxi, a la sazón el único que editase Linda Lamb. Una demo editada tal como se grabó en un cuatro pistas y un teclado Yamaha PSR 330. Nada más necesitó Linda para elaborar una igual de extraña que hipnótica cantinela electro-country que lo mismo habla sobre la imposibilidad de medir la libertad que se pregunta a si misma si ya mencionó lo de las albóndigas en la lumbre, a la Stephin Merritt haciendo el cabra. La cara b era una remezcla más fácil de mezclar a cargo del ubicuo Tiga, otro señor que le debe su posición actual a un par de referencias que le editó Hell.

DAVID CARRETTA – VICIOUS GAME

¿Existe un sonido Gigolo? Sí. Y ese sonido no es otro que el de lo que iba sacando David Carretta en el sello, que en buena medida lo creó Helmut para editarle sus pepinazos. Con un poquito de bombo EBM, sus líneas de bajo moroderianas  y sus líneas melódicas guarreras este buen hombre con pinta de John Holmes era inconfundible en cuanto a lo de atribuirle cualquier tema a su persona sin saber antes de oírlo en realidad era suyo. La cara b, Punishment Song, está comandada por diálogos extraídos del film contracultural Punishment Park de Peter Watkins, en otro de los muchos puntos tangenciales que presenta Gigolo Records con la cultura transversal y contestataria.  

MOUNT SIMS – NO YELLOW LINES / RESTLESS

Matt Sims fue un chico que sus discos largos terminaban empachando pero cuando te hacía un tema redondo en la vida lo olvidabas. Un gran infravalorado de la escena al que años después The Knife llamarían para pedirle ayuda con su ópera sobre el Origen de las Especies de Darwin y que dejó una maqueta con Vitalic y Linda Lamb jugando a hacer post- punk que se meaba en todo aquel revival de Editors, Interpol y similares chustas de baratillo. No Yellow Lines era un buen ejemplo de su talento, pero lo de la cara b, Restless, es ya excepcional. Matt exacerbaba el podo chungo inherente a todo tema italodisco con una letra obsesiva que bien pudiera ser el reverso neo-romántico de la misma mente enferma que esperaba horas la vuelta de alguien en el Stalker de Green Velvet. Y, causalidades de la vida –que no casualidades-, el ”I try to dance you out of my head” que plañe Mount Sims aquí Stephin Merrit lo revisa en su reciente Hustle 76 con un ”everybody dance your life away” de idéntico significado dentro del contexto de una y otra canción.

HIDROGENESSE – ASÍ SE BAILA EL SIGLO XX

Un Gigolo apócrifo, eso fue el primer single de los Hidrogenesse. Fue publicado en el sello Piérdete de Sergio Aguilar, un sello con unas intenciones parejas del todo al espíritu Gigolo de los años tarambanas; esto es obvio cuando las referencias basculaban del kitsch de la artista conocida por Tamara a su primera referencia, el ep de las Biscuits Salés. Así se baila el siglo XX tiene su vocoder a lo Christopher Just, su piano medio house medio eurodance y su letra en una primera lectura mamarracha y ya de la segunda en adelante aperturista a contraculturas tales que las de las Baader Meinhof. Ahora sólo queda esperar que Helmut coja una racha como la que pilló antaño y en una de esas decisiones que asume él reedite el ep de La Veneno.