Península ibérica, finales de los 70 principios de los 80, cuando los punks descubren los sintes se genera una nueva ola que da un giro a la música de la época. En esta playlist os mostramos el sonido de esos grupos. De cuando este era un país moderno y la noche era joven.
El Aviador Dro y sus Obreros Especializados: “La ciudad en movimiento” (DRO, 1985)
Una de las formaciones fundamentales de la electrónica alienígena y primigenia en nuestro país fue el Aviador Dro. De este germen nacieron también otros pioneros de la música industrial a nivel mundial como Esplendor Geométrico. En sus comienzos eran más punks y más gamberros, pero a mediados de los 80 crearon joyas melódicas y futuristas como ésta.
Líneas Aéreas: “Benelux” (Discos para desayunar, 1983)
Aunque la movida madrileña se llevó la gloria, en Barcelona también se hacía música moderna. Líneas Aéreas fue uno de los grupos seminales de aquella escena y este single limitado -que ahora es una joya en Discogs- fue su debut. Música del futuro, de cuando aún se veía la tele en blanco y negro y sólo había dos canales.
Esplendor Geométrico: “Moscú está Helado” (Esplendor Geométrico, 1981)
Si hay un proyecto longevo, arriesgado, innovador y respetado a nivel mundial, ese es Esplendor Geométrico. 40 años de ruido y militancia que comenzaron de una manera muy amateur y una actitud absolutamente transgresora. Este es una de sus primeros trabajos y aún hoy suena futurista. La letra no tiene desperdicio.
Los Iniciados: “La marca de Anubis” (DRO, 1982)
Cajas de ritmos primitivas, síntes tocados con un dedo, idiomas inventados y psicodelia cañí. Una obra maestra de pop oscuro que sigue sonando en la actualidad como de otro planeta. Hubo un tiempo en el que en España se hacía música de vanguardia.
Oviformia SCI: “Fashion Magazines” (Elefant Records, 2014)
El grupo madrileño Oviformia SCI fue uno de los más prolíficos del pop electrónico nacional. Si hubieran nacido en Alemania seguramente estaríamos hablando de una leyenda. A mediados de los 80 mutaron en Heróica, un proyecto más cercano al pop. Se hicieron famosos porque en el grupo estaba la hija de un entonces ministro. Cosas de aquí, donde a la prensa le importa más la novia de un futbolista que el futbolista en sí. Este fantástico tema es de 1981.
Heróica: “Vivir por vivir” (Extravaganza, 1988)
Hablando del rey de Roma… aquí tenemos el sonido de Heróica, de cuando querían ser los New Order patrios.
Azul y Negro: “Technovision” (Mercury, 1983)
El dúo del tipo con barba y el hombre muy alto saltó a la fama haciendo la banda sonora de varias ediciones de la vuelta ciclista a España. Su música totalmente electrónica -con melodías que se podían silbar por la calle- los llevó al Olimpo de los charts, aunque ellos seguían siendo muy underground. En esta clínica y fría canción fusionan las influencias de
Kraftwerk con el funk y el disco de manera magistral. De nuevo, si no hubieran sido españoles hubieran estado codo con codo con Yello o Jean Michel Jarre, así de claro.
Video: “La noche no es para mí” (Zafiro, 1983)
Desde Valencia, en plena efervescencia de lo que luego se conoció como Bacalao, este grupo con vocalista femenina al frente llegó a los primeros puestos de las listas de ventas nacionales. Si hubieran sido ingleses el hit hubiera sido mundial.
El último sueño: “El silencio de los cisnes” (Grabaciones accidentales, 1984)
Una especie de Spandau Ballet del foro, con formación clásica (guitarra / bajo / batería + sintetizador) sonaban a Europa pero en español. Funk oscuro y Lo-Fi que sigue sonando modernísimo.
La Mode: “La teoría de la relatividad” (Nuevos Medios, 1982)
Otro de los estandartes de la modernidad musical española fue La Mode, grupo que llegó a tener una gran repercusión mediática aunque su discurso musical no era nada fácil ni previsible. Con unos instrumentistas de gran calidad, entre ellos el grandísimo Mario Gil: maravilla de pop galáctico.
Glamour: “Imágenes” (Polydor, 1981)
Otros valencianos que venían de lo que entonces era otro planeta en términos de música avanzada, en esos días en los que la movida madrileña se llevaba las flores, pero Valencia era el verdadero epicentro de lo moderno. Un himno generacional que llegó a acariciar los charts.
Derribos Arias: “A flúor” (Grabaciones Accidentales, 1982)
El histrionismo y la locura llevados al máximo exponente en la mente del
grandísimo donostiarra Poch y su séquito en Derribos Arias. El grupo más moderno de los modernos, el más salvaje, el más inclasificable. De nuevo maravilla musical atemporal.