El dúo de productores afincado en Berlín, compuesto por Sierra Sam (Sammy Goosens) y Pascal Hetzel, lleva ya unos años de pareja de hecho y sus criaturas en forma de hardware de creación musical, del que poseen un inmenso arsenal, han dado a luz un larga duración en el que los sintetizadores y las cajas de ritmo nos enseñan un nueva visión del electro como género.
A lo largo de los 8 cortes de “Escaping Earth” recorren un amplio espectro de sentimientos y sensaciones, que dan comienzo con la introductoria “4.3 Lightyears“, que se presenta con un precioso sonido de pad al que se van sumando más capas atmosféricas que pronto se acompañan de una gordísima secuencia analógica con sabor a escuela de los 70. Al poco, los ritmos hacen acto de presencia a tempos muy lentos mientras la secuencia mecánica no para de crecer: breakdance reposado para alienígenas.
“Random Destination” continúa con el rollo marciano, con ritmo 4×4 marcial salpicado de bleeps y burbujas que pronto aporta texturas flotadoras que contrarrestan la parte aeróbica. Melodías con sabor a videojuego de los 80 toman protagonismo y le dan al tema una dimensión más naif.
“The Harpers on Mars” acelera el pulso y engorda la parte rítmica y abrupta, sumando distorsiones a los elementos sintéticos.
“No Intelligent Life” sabe a Drexciya, por lo asimétrico de los ritmos y las secuencias: electro con sabor a Detroit ejecutado a la perfección.
“Intergalactic Refugees” retoma los pads sintéticos como introducción hasta que los bombos redondos de 808 se encargan del groove, sin ritmos rotos ni florituras: ritmo raquítico de sabor vintage y la orquesta sintética como acompañante melódico.
“Moon of the Unforgotten” rebaja el tempo pero con componentes rítmicos más agresivos, de nuevo cuerdas ensoñadoras y detalles sintéticos robóticos recrean un sabor old school pero que suena moderno y futurista al tiempo.
“Planets in Peril” es quizá el ejercicio más adrenalínico de este álbum, con una base percusiva que se muestra al completo desde el primer compás aliñado con una línea de bajo ácida de 303 y retazos sintéticos reverberados. Un ejercicio directo de pista.
Cierra el disco “Stranded in the Unknown“, con cadencias armónicas melancólicas casi pop, percusiones orgánicas, sonidos ácidos reposados y sabor a documental televisivo sobre el espacio exterior.
Excelente propuesta la que nos ofrece este dúo, con música electrónica de calidad, sin enrevesamientos ni distorsiones excesivas y con un detalle sonoro que a aquellos estudiosos de los sintes y demás parafernalia les encantará. Puedes hacerte con una copia y escucharlo bajo estas líneas.