Cuando reviso mi buzón de promos, no puedo dejar de fijar mi atención en este disco: por el mero hecho de ser de Madrid ya me pica la curiosidad. Si añado el título cliché que lleva la cosa, el artwork super freak creado por el artista madrileño Punzón y el nombre del sello, no puedo hacer más que abrir el enlace y comprobar qué está pasando y qué me estoy perdiendo.
Me encuentro con un track solitario de tres escuetos minutos como reclamo, nada de EPs ni mini álbum, un tema pelado y mondado. Leo la hoja de info que acompaña al release y para mi sorpresa veo que esta gente es de Bélgica, lo que genera más picor en mi curiosidad.
El tema en cuestión está lleno de sirenas, samples vocales y breakbeats clásicos que según reza la nota de prensa están sampleados de una colección de muestras que se regalaba con la todavía activa revista Future Music en los 90 (un cordial saludo desde aquí ) lo que le da más carga kitsch al asunto.
Musicalmente se trata de una celebración del espíritu de las primeras pastillas (de esas que valían 5000 pesetas) y las ropas fluorescentes, rave puro y duro: alegría para los pies en una pista que imagino en un barrizal en las campiñas británicas mucho antes de que yo viniese al mundo.