Parece que ha pasado bastante desapercibido el regreso de nada menos que uno de los productores más importantes de los noventa. Tom Middleton, que produjo el “Analogue Bubblebath” o que formó el mítico dúo de ambient Global Communication con Mark Pritchard, ha vuelto bajo un nuevo seudónimo: GCOM. Con este nuevo nombre, ha lanzado “E2-XO” (!K7), un álbum que tomando como referencia la reedición de “76:14” el disco –más o menos justamente- más relevante que hizo con Pritchard para Warp, piensa en vez de en una comunicación global (nuestro presente) en una comunicación universal (nuestros sueños húmedos espaciales).
La premisa es clara: un sonido extremadamente cinematográfico, hasta un punto novedoso en la carrera de Middleton, con arreglos emotivos y efectistas… Y unas percusiones en ocasiones mucho más deshumanizadas, como de quien hiciera sonar las entrañas de una máquina. De este modo, “E2-XO” imagina un mundo en el que la aleación humano-máquina es una realidad (en verdad nuestro presente) y en el que los viajes interestelares y la conquista del universo también lo son; un positivismo de ciencia ficción que en ocasiones se transforma, desgraciadamente en el soundtrack del filisteismo futurista.
La posición de Middleton durante todo el álbum es ambigua: reflexiona sobre fenómenos relevantes como el antropoceno o el cambio climático, pero su respuesta está volcada formalmente sobre un futuro idealizado; no sobre un presente alterable, cuando la mayoría de los “avances” de los que habla y que utiliza en la producción son coetáneos nuestros. En ese sentido, “E2-XO” es un disco con grandes temas, pero que aporta por sí mismo pocas cosas a esa narrativa cósmica que tan bien desarrollaran B12 en su día o incluso Middleton con otro de sus proyectos con Pritchard: Reload. “A Collection of Short Stories” nos sigue pareciendo uno de esos álbumes dispuestos a imaginar futuros presentes, -esto es: nuevas formas de relacionarnos con nuestros medios materiales- con más arrojo en el recorrido de la electrónica, el dantesco IDM o como gusten de llamarlo. Con Su proyecto GCOM, Middleton nos demuestra que la esperanza de imaginar sigue ahí: ¿Lograrán llevarla a cabo otros músicos sin atravesarla de la narrativa viciada y repleta de clichés contemporánea?