El peor defecto de la primera película que la australiana Jane Campion estrena en doce años y con la que se alzó con el premio a la mejor dirección en el pasado festival de Venecia es parecerse demasiado a “There will be blood” (“Pozos de Ambición“) de Paul Thomas Anderson y a “Días de cielo” de Terrence Malick, aunque probablemente también sean estas, su mayores virtudes.
Con la primera comparte la elección del músico Jonny Greenwood de Radiohead para crear una atmosférica y sensorial banda sonora. Con la segunda, ese carácter lírico y misterioso que lo aleja de los parámetros del Western al uso vinculando el film con otros títulos esenciales del cine norteamericano cómo podría ser la descomunal y devastadoramente bella “La puerta del cielo” dirigida por Michael Cimino en 1980.
De lo que no cabe duda es que estamos ante una película extraordinaria, un título esencial en lo que va de año. Una película perturbadora, enigmática y poderosamente hermosa que merece la pena ser disfrutada en pantalla grande.
El cine, en este 2021, continúa principalmente debatiendo sobre la masculinidad y Jane Campion utiliza el western, un género fundamentalmente masculino para adaptar a la gran pantalla una novela de Thomas Savage publicada en 1967.
La historia de dos hermanos, Phil y George, copropietarios de un enorme rancho en Montana en la década de los años 20 del pasado siglo y el conflicto que se produce cuando George se casa con Rose, una joven viuda con un hijo adolescente, es el punto de partida de una película que divagará sobre masculinidades tóxicas, personalidades castradoras, deseos reprimidos e imposiciones de tipo social.
La contraposición entre el rudo carácter de Phil y la sensibilidad de su hermano George junto con el ataque a la masculinidad que supone la llegada al rancho de una figura femenina empoderada y la tormenta interior que provocan las visitas del hijo de esta en el magullado pero temible personaje interpretado por Cumberbatch serán los ejes sobre los que se construya la retorcida trama.
Este ambiente enfermizo y opresivo será retratado de manera elegante y muy pausada por la directora de “El Piano”, que se tomará su tiempo para desarrollar de manera eficiente a sus personajes.
Las contradicciones que alberga su personaje protagonista quedarán expuestas en pantalla con el uso, en contraposición, de una luminosa fotografía de amplios paisajes realizada con maestría por la directora de fotografía Ari Wegner.
En “The Power of the Dog” nos encontramos ante uno de los más acertados castings de los últimos tiempos. El trabajo actoral es sobresaliente. Todos los protagonistas sobre los que se asienta el drama están brillantes: el polivalente y omnipresente Jesse Plemons (¿se le puede denominar ya cómo el mejor de su generación?) se complementa a la perfección con la que es, en la vida real, su pareja, esa descomunal actriz que es todo un elogio a la fragilidad pero también a la fortaleza femenina llamada Kristen Dunts.
El jovencísimo australiano Kodi Smit-Mcphee (al que vimos en el remake americano de “Déjame entrar” y en el papel de Rondador Nocturno en la saga X-men) se confirma como uno de los más imponentes nuevos rostros del cine contemporáneo y en el caso de Benedict Cumberbatch nos encontramos con una interpretación que roza lo sublime. Su encarnación del ranchero Phil Burbank es histórica y será complicado no verlo entre los nominados al Oscar este año a mejor actor. Cumberbatch construye un complejo y turbio personaje de villano repleto de matices que sería algo así cómo el reflejo antagónico del personaje al que daba vida James Dean en “Gigante” (George Stevens, 1956), otra de las películas de las que “The Power of the Dog” toma referencias. Una figura contradictoria que atemoriza y ejerce su violencia patriarcal en un micro-cosmos opresivo, viril y en ocasiones insoportable.
Una de esas películas que no hay que perderse por nada del mundo. Compleja, seductora, turbia y de una belleza descomunal. Se queda a muy poquito de ser una absoluta Obra Maestra, si es que no lo es.
“The Power of the Dog” llegará a las pantallas de toda España este viernes, 19 de noviembre y a Netflix el próximo 1 de diciembre.