Desde que Livity Sound adoptase esa estética casi suprematista para presentar sus lanzamientos, sin comerlo ni beberlo, ha preparado un sarao importante. Lo cierto es que el sello de Bristol, creado por Peverelist y que tiene ya diez años de rodaje, ha facturado algunos de los EPs más interesantes del 2020 (DJ Plead) o de 2019 (Laurel Halo, Hodge, Leif). Para ya finales de año, en esta ocasión le ha vuelto a tocar a un músico de Bristol, Hodge, tratar de unir formas con un francés, Simo Cell. Un prometedor adelanto, “Medusa”, hacía presagiar otro acierto del sello británico, pero nada más lejos de la realidad; “Drums From the West” es uno de los trabajos menos atractivos que hemos podido escuchar de ellos.
Simo Cell, que este mismo año ha sacado su debut después de un lustro lanzando EPs (“Yes.DJ”, TemeT) se centra bastante en la producción de unas percusiones rampantes y sintes distorsionados y duros. Parecía que esta especie de ethos agresivo podía complementarse de forma alentadora con la sofisticada, pero en ocasiones inane propuesta de Hodge; el resultado, desgraciadamente es que el inglés y el francés potencian mutuamente sus defectos. Durante las cuatro pistas que forman este “Drums From the West” apenas acontece nada, salvando el inicio. Un bass indolente y poco concluyente, una producción con algún sample vocal e incluso marítimo (¿Ballenas?), algún break que tira hacia un rito tribal en torno al final (muy Plead)… ¿Y? Una demostración de absoluta intrascendencia.
Lo más triste de todo este EP es precisamente el animado primer corte. Demostrando en ese “Medusa” que tanto Simo Cell como Hodge podrían sincronizarse formando una pareja bastante interesante y divertida -con esos graves profundos y juguetones y los samples que parecen resbalar sobre ellos- resulta inexplicable lo que sucede después: nada. Triste porque en sus trabajos largos en solitario, que tampoco es que sean espléndidos, demuestran tener buenas herramientas y un gusto por timbres peculiares… Y, ¿dónde queda todo eso aquí?