El cántabro Marcos Leiras lleva ya una larga temporada exiliado en Berlín, lugar en el que ha encontrado su hábitat natural en el que puede pulular por el underground a su gusto y a su ritmo, dotándolo de una independencia envidiable y que que disfruta en plenitud por debajo de las señales de los radares más obvios.
Él se lo guisa y él se lo come en su propia etiqueta Ownlife, que con una periodicidad digamos anárquica edita vinilos de exquisito artwork y amor por el soporte.
Esta última entrega aporta cinco trabajos de techno gimnástico y sudoroso, pensados a conciencia para remover los aspectos físicos del club a la vez que los receptores neuronales del personal, sea cual sea el combustible que utilicen para reforzarlos.
Un trabajo de precisión, fiel a las líneas de estilo más puras y atemporales, sin obviedades, ni zapatilla gratuita ni olor a rave antigua. Techno con vocación de permanecer en la historia ajeno a Instagram y otros postureos celulares.