Sansibar: Sans Musique (Kalahari Oyster Cult)

Sansibar

Apenas unas semanas antes de que termine el año, Sansibar ha vuelto. El productor de Finlandia, cara visible de una escena “Underground” de baile de Helsinki, lanzó uno de los EPs más sonados del año pasado y en esta ocasión se ha pasado a Kalahari Oyster Cult para lanzar su segundo largo: “Sans Musique”. El sophomore de Sansibar es un trabajo tremendo. Ritmos de trance alterados, unas bases de subgraves profundos y opulentos acompañados de sintetizadores psicoactivos… ¿Cuánto va a tardar en convertirse en una de las figuras más importantes del electro de Europa? Esa es más bien el tipo de duda que deja el LP.

Portada de “Sans Musique”

Con apenas siete temas bastante prolongados, “Sans Musique” tiene un carácter hedonista y sensual que sólo se desvanece un poco en el tercero, “NRJ”. En cambio, canciones como el adelanto “Aurora Eclipse” o “Teal’c” demuestran un anhelo de pista de baile sudorosa e intensa sin parangón. En ellas, Sansibar expone que sigue igual de interesado que antes por los ritmos más movientes y extasiados… Pero es en “Send It” y “Fantasmas” donde empieza a expresar un nuevo interés por los breakbeats y un aire más cercano al jungle. Como si un Skee Mask hubiese logrado emerger a la superficie de su inmersivo sonido para conectar con las paredes de un espacio más definido.

La comparación que en su sello le han hecho con early Prodigy tampoco es arbitraria. Sansibar tiene la capacidad de mezclar una propuesta bastante agresiva y algo oscura con unas sonoridades por lo general accesibles y seductoras, lo que convierte su música en un caramelito para todo tipo de oyentes. Su producción es, a pesar de su limpieza, muy física y somática… Y es esa fisicidad pulida (un Brâncuși sonoro) la que da una coherencia enorme a un LP tan variado como lo es “Sans Musique”. Con él Sansibar baja el telón a un 2021 que se cierra casi con la misma incertidumbre con la que empezó. Y esto cabe recordarlo porque, a pesar de sus ambientes hipnóticos y sobrecargados, el disco parece específicamente hecho para la pista de baile; que parece volver a alejarse de nosotros una vez más. ¿Otra vez sin música?