Onur Özer: electrónica sofisticada y sugerente

El experimentado selector de Estambul, Onur Özer, pasó los primeros años de su carrera sin apenas meterse en el estudio. Fue en 2005, con su reconocido EP en Vakant, “Envy”, cuando por primera vez pudimos escuchar su sofisticado, minimal y sugerente house-techno. Esta referencia, que podría haber sido simplemente una toma de contacto con la industria, fue en realidad la demostración, desde el primer momento, de que el sonido de Özer era enormemente inconformista y original; a pesar de la imposición sobria de su estilo.

Después, en el “Freakdisco EP” y en “Twilight”, exploró espacios más contemplativos y relajados, sin renunciar por ello a esa pequeña experimentación y a sus percusiones minimal repletas de sutilezas. Pero no fue hasta 2008, con su primer y único disco al uso, “Kaşmir”, cuando el sonido del turco alcanzaría definitivamente una consumación, después de y gracias a una hiperactividad total en lo que a lanzamientos se refiere en cursos anteriores. Entonces, pudimos empezar a reconocer el matizado y progresivo estilo de baile que, desde ese momento, se convirtió en su seña de identidad.

La recombinación de todos estos detalles y de la noción de progresión mezclada con samples venidos de cualquier parte (cultura popular, irreconocibles, cotidianos) y con samples de música popular turca, convirtieron a partir de entonces el sonido de Onur Özer en todo lo que podía ser. Una propuesta que merecía admiradores e imitadores, pero que no podía reproducirse porque parte una idiosincrasia extraordinaria. Fue ya a partir de la década de los 2010 que el turco relajó la cantidad de lanzamientos, para dedicarse, de manera épica, aunque no exclusiva a tocar y pinchar por el mundo entero. A pesar de esa faceta centralizada en el tour, como productor siguió dándonos algunas alegrías:

Su sonido, cada vez más psicodélico y suntuoso, siguió desplazándose sin olvidar por eso las marcas propias del minimal: progresión, sutileza y pequeñas píldoras sorprendentes. Y de este modo llegamos a su última gran referencia, el “Akmar” EP de 2018 (en Denial, un EP, ejem, de 50 minutos); que continuó ese sonido más variado y con toques ácidos de un productor habituado al cambio y a la progresión.

Como selector, en cambio, lo que le caracteriza es la constancia y la capacidad de adaptación a distintos contextos. No podemos olvidar que Özer llegó a pinchar directamente en el Love Parade de 2006, cuando apenas tenía un par de referencias discográficas. Aquella sesión, de la que podemos ver un fragmento en este vídeo, nos recuerda que, aunque las tendencias estéticas y de vestimenta entonces fuesen algo dudosas, sobrevive una forma de hacer música que sigue pareciéndonos sofisticada y electrizante.

Del mismo modo que puede animar una fiesta multitudinaria y diurna, este selector era capaz en 2011 de meterse en una cabina tres horas con Dorian Paic y preparar un set hipnótico; que ya hacía entrever su psicodelia incipiente. Este es un buen ejemplo de ese minimal basado en pequeños samples de piano y en una repetición mareante, como el de “The Field”; que tan buena acogida han tenido por parte de un público más generalista gracias a sellos como Kompakt.

Pero es esa capacidad de combinar el hedonismo con la contención, la que más destaca dentro de los sets de Özer. Capaz de b2bs con Ricardo Villalobos o de pinchar a pleno día y poner al público en trance, el turco demuestra que más sabe más el diablo por viejo… Y que una sesión con él es sinónimo de acierto; como también somos conscientes en este país; al que ha venido con Sigh pero que lleva visitando más de una década.

Onur Özer estará esta semana en Sigh (Madrid), dando un set de 4 horas. Tendrá de acompañantes a donRafael y DJF y el lugar del crimen es la Sala Cadavra, viernes 18 de febrero.