Completada su lenta pero segura transición hacia un techno más puro y underground, Coyu es hoy un artista más feliz, más a gusto con sus raíces y con la música que quiere compartir en el mundo. Lo que no ha cambiado, eso sí, es su positivismo y vitalismo, su entusiasmo y entrega en la pista de baile, su carácter de trabajador empedernido y, por supuesto, sus ganas de no morderse la lengua. Le pese a quien le pese, porque haters aún sigue teniendo muchos (algunos de los cuales hace quizá una década que no le siguen la pista ni se han enterado del sonido que factura hoy, pero eso ya es otra historia). El capo de Suara, en fin, está atravesando un gran momento, y después de dejar atrás la cueva de la pandemia se encuentra estos días girando por Latinoamérica y Estados Unidos con una gran plétora de proyectos bajo el brazo. Así de culo inquieto es él. Le pillamos entre vuelo y vuelo para que nos hable sobre comenzar desde abajo, dieta vegana en el fitness, el activismo que le ha llevado ahora a ayudar a Ucrania y mucho más.
Eres la viva representación del ‘started from the bottom’. Fuiste forero de Clubbingspain, has hecho tus pinitos como periodista, hiciste de runner… nadie te ha regalado nada para que hayas llegado donde has llegado, por mucho que le duela a alguno de tus haters. ¿Crees que en esta industria la cultura del esfuerzo lo es todo?
Todo lo contrario. Hace ya tiempo que dejó de ser así. Vivimos en una época en que la música, y todo lo que la rodea, vale bien poco a ojos de la propia industria. Y con industria me refiero tanto a fans como a agentes, promotores, managers, así como prensa y el resto de actores que la conforman. Las redes se han apoderado de todo. Vale más ser un buen community manager y saber crear posts con muchos likes, que rebuscar entre las caras b de los discos de los 90s y 00s y recuperar temas que nadie pincha. Me da la sensación que hay DJs que piensan más en el vídeo que van a subir a redes al día siguiente para conseguir muchos me gustas (y por ende) más bolos, que en que el propio público que tiene delante disfrute. Los promotores ya no contratan DJs, contratan influencers.
Para mí tu proyecto Technostalgia me trae grandes recuerdos, por esos maxis de 10 pulgadas de Regular y por todo lo que evocas en tus temas, que son todo un guiño a la educación sentimental de los que tenemos 30 y tantos. Cuéntame para ti cuáles son los recuerdos nostálgicos que más asocias con el techno.
Solo los que ya tenemos una edad sabemos que el nombre de Technostalgia sale del proyecto que Regular lanzó a mediados de los 2000s. Musicalmente no tienen nada que ver, ya que su Technostalgia estaba enfocado en el proto-techno electroide de los 80s. En cambio, el mío se basa en los sonidos del techno de principios de los 2000s, ya sea hardgroove, deep techno, hard techno, tribal techno o el techno mono loop. Mis últimos 3 proyectos como Coyu, “Post Raw Era”, “Technostalgia” y “Losdosmil” beben claramente de esa época. Cuando empecé a hacer este tipo de música no estaba tan de moda como ahora. La trilogía “Post Raw Era”, así como los dos primeros volúmenes de “Technostalgia”, se editaron en 2020 pero los produje entre 2018 y 2019. En esa época lo que funcionaba era el acid techno y el techno melódico. Ahora esos géneros solo los pinchan artistas de techno big room. Si los hago es porque me gustan, me predisponen a bailar y, obviamente, me hacen recordar mis inicios, los cuales están muy asociados a esos géneros donde el groove era la base de todo.
Hablando de nostalgia, vaya títulos los temas de los dos EPs que lanzaste recientemente en Suara. ¿Qué hay detrás de todo esto?
El proyecto “Losdosmil” está enfocado al techno del sonido que acabo de comentar, y pensé que sería gracioso ponerle títulos acordes a esos años. Por eso en “Losdosmiluno” los temas tienen nombre de futbolistas españoles de la Liga de esa época, y “Losdosmildos” de personajes relevante de ese año, o el hecho de que pasáramos de la peseta al euro.
Ya son más de cinco años desde que pusiste la directa hacia el techno. ¿Qué dirías que te ha dado este lustro? ¿Qué te aporta el techno que no encontrabas en el tech-house y el sonido que manejaste al principio de tu carrera?
En realidad al inicio de mi carrera yo pinchaba techno. Especialmente techno minimalista. Säkho y Basic Channel eran mis sellos favoritos, y me flipaban Jeff Mills, Plastikman, Mika Vainio o Dan Bell. Es más, mi primera producción se editó en Discos De Lata, sello de Xpansul, con remix de Jonas Kopp. Lo que pasa es que cuando eres joven tiendes a experimentar mucho, y yo vengo de la cantera de Nitsa, donde un día traían a Umek pinchando q 145bpms y al siguiente a Todd Terry. Además, en esa época pasé de trabajar en la revista TRAX a DEEJAY. Vaya, que dejé de hablar sobre el live de Mathew Jonson o entrevistar a Ángel Molina, a tener que estar pendiente de una paleta de artistas mucho más amplia. Ya fuera David Guetta como Chris Liebing. Eso me influyó mucho. Pero al principio era “techno-head” a morir. Recuerdo hacerle un warm up a Âme en la sala BeCool a mediados de los 2000s, y pinchar muy duro para lo que pinchaban ellos en ese momento. Eso es algo que ahora nunca haría. El DJ de warm up debe crear el ambiente perfecto para que el artista principal pueda desplegar todo su arsenal. Y pinchar technazo antes de Âme es un sin sentido. Pero tenía 20 años. En 2016 decidí dar un golpe de timón. Tanto en Suara como en mi carrera. Teníamos mucho éxito. Éramos el sello que más vendía en Beatport después de Spinnin. Yo tenía más fechas que nunca. En los primeros 3 findes de Octubre de 2016 hice 13 actuaciones. Tenía más trabajo del que podía aceptar. Pero no era plenamente feliz. Nunca he estado en la música por el dinero. Así que pensé que era el momento de hacer una transición lenta pero segura hacia sonidos más underground. Primero manteniendo nuestra cualidad de sello multi género, y poco después editando únicamente techno. Lo mismo con mis sets. Ahora mismo tengo un número menor de actuaciones, pero soy más feliz pudiendo ser yo en todo momento.
Lo que está claro es que no te quieres cerrar a ningún sonido y para eso están otros alias que tienes como Hassler y Esprit Divers.
Tengo un problema. En realidad dos. Primero: soy un culo inquieto. Segundo: me gusta en exceso la música como para pinchar/producir solo un género. Así que como no puedo parar de crear, y no siempre me sale hacer techno, pensé que lo mejor sería dividir los proyectos. Hassler para house y disco. Esprit Divers para techno melódico al principio, y sonidos más electrónicos e indie ahora. Además tengo otros dos proyectos que he mantenido en secreto, ambos de techno. Uno más enfocado a sonidos minimalistas y otro de corte industrial pero donde hay mucho techno roto. De momento Hassler va viento en popa. He editado 3 discos, tengo varios más para salir a lo largo del año y otros muchos listos para firmar. Con Esprit Divers voy más lento. Edité en Kompakt hace año y medio y en Mayo editaré el 2º disco con remix de Third Son en Duro, el sello de Theus Mago. Además, en verano edito un edit para Liaison Dangereuses en Italo Moderni, sello de ítalo y EBM, donde comparto vinilo con Silent Servant. Cuando comencé ser ecléctico era una calidad muy preciada. Por desgracia eso esté mal visto hoy en día. Pero no voy a dejar de hacer otros géneros. No quiero dejar de ser yo, aunque sea negativo para mi carrera y me cierre puertas.
La última entrevista que hice para Beatburguer fue con Ben Sims, que me decía que para él el techno era “tracks electrónicos para clubes con visión de futuro, funk y groove, con su corazón en Detroit, es Techno”. En un momento en el que el género está más cuestionado, sobre todo esa idea de futuro, excitación y novedad que transmitía en su apogeo, ¿para ti cuál es el estado de la cuestión techno?
El techno y el house nunca morirán. Son la base de todo. Siempre estarán ahí. Actualmente el techno goza de muy buena salud. Es un género muy resiliente. Ha sabido adaptarse a cada momento. Además, las generaciones están muy influenciadas por él. Tanto como yo a principios de los 2000s. Hubieron años donde estaba desplazado por el house electrónico, el electroclash, el minimal o el tech house. Eso dentro de una escena “underground”. Pero es que incluso en los mainstages de los festivales más comerciales tienen artistas techno. El techno ha ocupado un espacio que perdió durante más de una década. Aunque eso no quiere decir que lo que se edite hoy en día sea innovador. Al contrario. Tenemos que poner la vista en el pasado para encontrar la felicidad, ya que todavía no ha surgido nada que reemplace el techno de los 90s y principios de los 00s. Poco se habla de este fenómeno, pero una parte importante del techno actual bebe de sonidos que originariamente estaban desterrados de los clubs, al menos de aquellos que estaban bien vistos por la industria. Hablo del happy hardcore, de la mákina, el techno trance, el psy trance o incluso el hard techno. Esos géneros pertenecieron inicialmente a las raves y a los clubs de extra-radio. Curiosamente hoy en día esos sonidos se conciben como “cool” por las nuevas generaciones de clubbers.
También me hablaba de un cierto intrusismo en la escena. ¿Compartes la sensación?
Vuelvo a lo que dije al principio de la entrevista. Los artistas han quedado desplazados por los influencers. Alguien relevante de la escena me dijo hace algún tiempo: “los promotores prefieren bookear instagramers que a DJs de calidad; son más baratos y llenan más”.
siempre se ha hablado del peaje físico y emocional de la vida en la carretera del DJ. No es todo champán, lounges vip y aviones privados, como dice el tópico. ¿Fue este el motivo por el que te lanzaste con tu aventura fitness?
Siempre me gustó el deporte. Antes de enfocarme en la música jugué muchos años a futbol y basket. Una vez entrado en la profesionalidad he pasado por épocas de todo tipo, pero siempre he tenido presente el running o el fitness. Actualmente estoy más centrado en lo segundo. Me ayuda mucho mentalmente. En el gimnasio desconecto de todo. Además, hace que esté más centrado en mí alimentación y la cantidad de horas de sueño, lo cual es básico para el ritmo de vida de un DJ. No es sencillo llevar una vida sana viajando tanto. Menos si eres vegano, ya que las opciones se reducen, pero es importante no dejarse llevar por la noche y la fiesta. Disfrútala, pero que no sea la base de tu divertimento. Dicho esto, estoy respondiendo esta entrevista después de 3 noches sin haber podido dormir por estar de gira por Sudamérica, donde los routings no son fáciles. Tengo unas ganas locas de volver a reencontrarme con mi cama.
Estás destrozando mitos e ideas preconcebidas sobre la supuesta inutilidad de la proteína vegetal versus la animal para el crecimiento de masa muscular. ¿Cómo es tu dieta y cómo vinieron los primeros resultados?
Hace ya algún tiempo que quedó demostrado que no hace falta consumir productos animales para llevar una vida sana y equilibrada. Puedes conseguir proteína de calidad en muchos productos vegetales. Además, está sobrevalorada a la hora de muscular. No consumo tanta como la gente puede imaginarse. Los carbohidratos son la base de mi dieta. Eso sí, intento que la cantidad de azúcar sea moderada. Podría tener un cuerpo más bonito durante todo el año si me restringiera la cerveza, el pan y demás alimentos vacíos. Pero hago fitness para sentirme bien, no para demostrar nada a nadie. Eso sí, para lograr ciertos resultados debes ser constante. Tanto con la alimentación como en el entrenamiento. No pasa nada si no puedo ir al gym dos o tres días seguidos por estar de gira. Eso sí, una vez de vuelta intento no fallar. En ocasiones uno debe forzarse a ir.
¿Qué escuchas mientras entrenas?
Nada. Prefiero estar concentrado en lo que hago. Entrenar en silencio es mí de forma de realizar “mindfulness”. El hoy y el ahora.
Veganismo. Amor por los animales. Ahora a tope con Ucrania. ¿No hay techno sin activismo de cualquier tipo?
Existe un debate muy interesante alrededor de este tema. ¿Debería una persona con cierta visibilidad dar su opinión sobre temas de corte social, económico, político o cultural? Mi postura es clara: no es que pueda, es que debe hacerlo. Aquellos que tenemos un altavoz tenemos que usarlo para hacer el bien. El mío es pequeñito, pero aún y así intento utilizarlo de la mejor manera. Ya sea para tratar sobre temas animalistas, ecológicos, de opresión hacia ciertos colectivos o ahora sobre la invasión de Putin. No me gusta la equidistancia. Y menos de parte de aquellos que se posicionan con el viento a favor solo para quedar bien hacia su público, que hay muchos. Yo he perdido muchos seguidores por dar mi opinión. Pero muchos. ¿Pero por qué voy a querer que me siga alguien que disfruta con el maltrato animal?
Cuéntame sobre el recopilatorio de Suara “Techno Against War”.
“Techno Against War” salió a la venta el miércoles 30 de marzo. Aunque hubiéramos querido sacarlo un poco antes, hemos trabajado contrarreloj durante 5 semanas para tenerlo listo. Ha sido uno de los proyectos más intensos de mi carrera, pero a su vez me emociona ver cómo gran parte de la escena techno se ha unido para una misma causa. He logrado juntar a algunos de mis artistas favoritos. Mucha música, mucho talento y muchas ganas de ayudar. Espero que la gente compre el disco y podamos donar mucho dinero.
Al hilo de esto del activismo también te quería preguntar sobre tu proyecto con NFT. Es una tecnología bastante polémica, con opiniones de todo tipo, algunas de ellas bastante críticas sobre su impacto en el medioambiente. ¿Es algo que te ha preocupado en algún momento?
Está demostrado que la tecnología blockchain es mucho menos contaminante que muchas otras. Además, su poder transformador es enorme. Creo que los músicos nos podremos aprovechar enormemente de ello. No obstante, estamos en los albores de la adopción. Faltan años todavía para que descubramos todo su potencial. Una vez se popularice el modelo de negocio cambiará radicalmente.
Llevamos tiempo viendo la luz al final del túnel después del COVID y la que ya se puede decir que ha sido la crisis más grande que ha atravesado la industria. ¿Cómo ves la escena ahora mismo? ¿Qué expectativas hay?
Todas las fechas de 2020 que se me han quedado colgadas y no se podrán recuperar son de pequeños y medianos promotores. Algunos no han podido aguantar tanto tiempo sin actividad y se han quedado por el camino. No obstante, allá donde voy veo los clubs llenos. El público tiene tantas o más ganas que nosotros. Barcelona es un buen ejemplo. No recuerdo ver tantos afters desde hace 15 años. Y los clubs mayoritariamente están a reventar.
Por último, quería saber qué es lo que encuentras en los gatos como para identificarte tanto con ellos.
Me identifico con los animales en general, y con los gatos en particular. Pienso que deberíamos de tratar a los seres sintientes por igual. La sociedad está evolucionando positivamente en empatía, pero aún queda mucho trabajo por hacer. Es un proceso lento que un día culminará con el 100% del planeta siendo vegano. Comprar en el Mercadona burgers de vacuno a 2e o medio kilo de pollo a 3e no solo no es sostenible, sino que es inmoral. Hemos creado un infierno para los animales, y en breve ese infierno llegará a nosotros a través del cambio climático. Nos lo hemos ganado a pulso. Se ha comprobado que el sistema híper capitalista en el que estamos todos subidos requiere de destrucción para poder seguir creciendo. En vez de proteger el planeta para que lo puedan disfrutar en su plenitud las próximas generaciones, la codicia nos lleva a explotarlo hasta llevarlo a su muerte. Y aquí no se salva prácticamente nadie. Todos somos culpables.