Satori es uno de esos artistas que por mucho que te esfuerces es imposible de encasillar y de categorizar. Y eso en estos días de música “fast food” es una gran noticia, ya que la sorpresa y el asombro son dos valores que nunca deberían faltar. Un ejemplo de la versatilidad que hace gala Satori es su último trabajo “Dreamin’ Colours“, un álbum que salió a la venta el 22 de abril de 2022 en el prestigioso sello Crosstown Rebels, coincidiendo con el Día de la Tierra.
“Dreamin’ Colours” fue creado durante la pandemia y se nota, ya que es un remolino etéreo, rico en texturas, colores e imaginación sin filtro y sin orden establecido. Satori recorre con elegancia los elementos digitales y analógicos de la música, y el resultado es una hermosa colección de músicas del mundo (aunque se respira en especial su herencia balcánica y las influencias de Europa del Este), impregnada de raíces electrónicas y que abarca una multitud de géneros, desde el blues y la electrónica indie, la ópera, el folk y muchos otros. Además en “Dreamin’ Colours”, Satori se aleja del uso de filtros y softwares retomando técnicas de grabación de generaciones pasadas, lo que le hace aún más especial. Según Satori este es su trabajo más personal hasta la fecha.
Desmenuzando Dreamin’ Colours nos encontramos con verdaderas joyas y con pequeños placeres para paladares exigentes. El álbum comienza con “Colourful Dream” un tema instrumental con un deje trip hop que te golpea pero que fluye perfectamente en la estructura de la canción. A continuación “Lalai” no rompe con lo anterior, se mantiene en el mismo espectro. “Tuti” es un ejemplo perfecto de trip hop melódico con vocales densas y ambientes abstractos. En “Moj Dibere” nos adentramos sin complejos en un sonido house tribal y down tempo atrevido y evocador. Con “The Gin Song” damos un giro a lo escuchado hasta ahora, ya que destaca la utilización de guitarras y un sonido más pop y rock. “Yellow Blue Bus” marca un ritmo 4 x 4 melódico en el que se cuela guitarra arpegiadas. Otro giro de timón llega con “Troublemaker” un track más techno, perfecto para romper la pista y aderezado con sintetizadores Moog. “Condor” es un tema evocador, folk, con una presencia vocal de influencia balcánica que emociona y que se te mete en las tripas. Para finalizar el álbum Satori nos presenta Lonelu Boy (Redux), una pieza de trip hop experimental que en ocasiones recuerda a Massive Attack por eos ritmos lentos y espesos.
“Dreamin’ Colours” es uno de esos trabajos más que disfrutables, un viaje lleno de bifurcaciones que te transportan a estados de ánimos diferentes sin caer en lo pretencioso.
