
El malagueño Daniel Blacksmith, acaba de lanzar “Impulsos”, se trata de un proyecto a medio camino entre la tradición y la actualidad: desde música orquestal con influencias del romanticismo y el folclore, hasta elementos del Post Rock, bandas sonoras, minimalismo y electrónica. Hay también un enfoque existencialista, filosófico y hasta autobiográfico.

“Impulsos” es la recopilación de canciones que han surgido de manera espontánea siguiendo la inercia de la creatividad, como en un proceso de escritura mecánica. La obra nace durante momentos de ensayo, probando nuevos instrumentos, melodías que provienen de sueños o simplemente del aburrimiento en un proceso de experimentación. Incluso, aparecen melodías como las que el artista desarrolla en “Vals para C” que le han perseguido durante años.
Finalmente decide usarlas explorando nuevas variaciones de la misma idea. Este proceso tampoco es algo extremadamente inusual. Es una técnica habitual entre muchos compositores, pero en el caso del malagueño si es algo novedoso. Daniel Blacksmith es un artista de método que parte de una idea clara, aunque le atraiga la improvisación, amolda su música para que tenga sentido con el concepto que quiere transmitir o sobre el que quiere reflexionar. En este caso, no ha sido así, de ahí el título “Impulsos”. En cierto modo, es un viaje a su subconsciente musical, una creación sin filtros, sin intencionalidad.
El día de la grabación no había una hoja de ruta clara acerca de lo que se iba a grabar o los instrumentos que formarían parte de cada canción. Todo pensado con la intención de no imponerse a las composiciones y llegar al estudio con las ideas que surgieron en su momento, pero con el propósito de transformarlas. El álbum se grabó en un solo día, a pesar de que había varias sesiones reservadas, todo se gestó rápido y se tomaron decisiones de manera ágil. Más por impulsos que por premeditación.
Para la grabación y mezcla se contó con Paco Loco. Anteriormente Daniel Blacksmith se encargaba de toda la producción puesto que durante años trabajo como técnico de sonido. Para él era importante tener el control de la parte estética de su música. Con “Impulsos” prefiere tener la visión de otra persona y trabajar con alguien que complemente su método de trabajo, puesto que Daniel como productor es muy pulcro, contenido y técnico. Paco Loco, en cambio, se caracteriza por ser más emocional, sucio y experimental. Hay cierto salto al vacío y dejarse llevar en todo el desarrollo de este disco.

Al álbum le acompaña un corto documental que muestra el proceso de grabación, testimonios del artista sobre la obra y entrevistas al productor y otros músicos implicados en el proyecto. Esta pieza testimonial ha sido llevada a cabo por la creadora audiovisual Yolanda Montiel quien también registró en soporte fotográfico lo sucedido en el estudio.
“No me gusta que mi música exprese ideas muy claras y concisas para los oyentes. Quizá para mí sí que está todo claro cuando compongo, pero al no tener letra y crear emociones que se mezclan entre ellas pretendo que cada persona saque sus conclusiones y experimente distintas sensaciones con una misma canción. Todo depende su momento vital o preocupaciones. En cierto modo es algo reflexivo, un paisaje sonoro. No es música para exteriorizar como la música de baile, es más bien para internarse en uno mismo”, dice Daniel.



