Rose Robinson aka Tigerbalm vuelve al legendario sello de San Francisco con un EP que demuestra que el house made in USA está más vivo que nunca.
Tras inaugurar recientemente su cuenta en Ubiquity Records con el brillante single de inspiración balinesa “Kete”, Rose Robinson regresa como Tigerbalm con otro take a su próximo álbum de debut, ”International Love Affair”. Al igual que su predecesor, Robinson difumina los límites entre la música de club contemporánea y su devoción por los ritmos y las culturas musicales del mundo. Y eso, amigues, es algo a celebrar.
Y es que todos los temas de “International Love Affair” se inspiran en lugares que Robinson ha visitado antes y después de la pandemia. “Waiheke” no es una excepción, ya que el productor empezó a trabajar en él tras un inspirador viaje al festival Flamingo Pier, en la isla de Waiheke (Nueva Zelanda). Una vez más, el track se basa en el profundo amor de la productora, DJ y multiinstrumentista londinense por la música disco del siglo XX. Un tema que hace gala de reminiscencias al house más orgánico y los sonidos de club, combinados con percusiones y vocales de origen africano, Robinson es capaz de crear una amalgama afrocósmico, rico en sintes y ritmos cálidos.
La versión original de “Waiheke” está respaldada por una serie de remezclas, cada una dotada de la personalidad y savoir faire del productor encargado. Así, la más destacada es la de Alma Negra, de tintes world dance, y cuya interpretación está dominada por una línea de bajo de reminiscencias afro-disco capaz de despertar a las audiencias más perezosas.
Por otra parte, la interpretación -más suave, atmosférica y onírica- de Bananas For Breakfast se acerca a un medio tiempo de corte baleárico, perfecto para atardeceres -o amaneceres- en la la Isla Blanca. El fundador de Semi-Delicious, Demi Riquisimo, uno de los rookies de la escena deep de Londres, ofrece una revisión espacial y táctil, que te envuelve entre capas de líneas de sinte que parecen sacadas de una antigua peli de ciencia ficción: acordes intergalácticos y fragmentos vocales cantados sobre un groove house con un toquecito de ácido. El house, una vez más, demuestra que está más vivo que nunca gracias a su capacidad de apatación y su espíritu mutante y altamente promiscuo.
Por su lado, Quartz opta por una flexión new wave-goes-dub-disco que suena como una cara B perdida de un single post-punk de principios de los 80.
Uno de los sellos de house norteamericano con más personalidad de todos los tiempos demuestra que no hace falta traicionar a tus principios primigenios. ¡Bravo por ellos!