El productor sueco nos presenta su tercer LP en solitario. Un breve cúmulo de ideas con aspecto inacabado y algunas sutilezas.
Hoy llega al mercado el tercer LP del sueco Kornél Kovács. El productor, una de las cabezas visibles del sello sueco Studio Barnhus, ha lanzado “Hotel Koko” en esta misma plataforma, donde su compañero de batalla, Axel Boman, sacó hace unos meses “LUZ/Quest for Fire”, un álbum que te recomendamos en esta web. El caso de Kovács, en cambio, es algo distinto. Capaz de saltar en “The Bells” por encima de la reacción al minimal o de plantear una paleta extraordinariamente pop y sensitiva en “Stockholm Marathon”, en su nuevo disco, el DJ localiza muy pocos elementos destacables.
House con groove, muchas colaboraciones, la propuesta algo risible y psicodélica de Barnhus… Kornél, que hace unas semanas tuvo un par de fechas en nuestro país, parece acoger un rango diverso de ideas, que desarrolla en poco tiempo y con muy poco riesgo. Cortes como “Szakad” o “Get Goofy” (con Mish Catt) se pierden en un breve espacio de variaciones que parecen más un testeo que una propuesta musical en sí. Otras canciones, como “Szörp” y “Usch”, a pesar de no poseer grandes riesgos, tienen ritmos e ideas tonales más estimulantes, pero no logran ir más allá de una propuesta de garage discreto y fino.
Por sacar un punto positivo, el séptimo tema, “Var Dub”, posee esas características rítmicas, de tono psicodélico, bailable y sereno que sí que se corresponden con el espíritu Barnhus; pero sobre todo que suenan más originales que los elementos de sus compañeras. Todo ello resulta triste, dado que Kovács nos tiene habituados a hacer una propuesta que, aunque siempre idiosincrásica, provee de múltiples lecturas y estímulos novedosos dentro de su discografía. Ese no es el caso de “Hotel Koko”, que aunque divertido y en algunos instantes sugerente, no logra remontar cierta sensación de indiferencia e indeterminación.