A principios de los noventa del siglo pasado y de manera simultánea desde diferentes puntos de la península, se produce la entrada en tromba del techno como lo conocemos hoy día en las pistas de baile y las maletas de los DJs.
Las primeras ediciones del festival Sónar en Barcelona y la incipiente escena de club de la ciudad Condal con clubes como Nitsa y Moog, se suman a la labor que ya se venía haciendo desde finales de los 80 en clubes como La Sala del Cel o Rachdingue, la arriesgada programación de clubes del norte de España como La Real, el Cd mix de Oscar Mulero ‘About Discipline & Education’ con lo mejor del techno incipiente europeo y americano en su interior y la germinación de pequeños clubes super underground como por ejemplo el Soma en Madrid, suponen entre otras la etapa de oro del movimiento Techno en nuestro país.
Este artículo no pretende ser una enciclopedia de precisión en la que se mentan todos y cada uno de los sitios en los que el Techno estuvo presente. Es un ejercicio de perspectiva en diagonal, ya hay muy buenos documentales y material que estudian a fondo este aspecto.
Las muchas tiendas de música de importación que había por entonces en activo tenían ya línea directa con las distribuidoras principales del material más puro, ya fuera proveniente de Estados Unidos o de UK y Alemania. No llegaban discos en cantidades ingentes pero el mensaje ya estaba entregado. En paralelo, una escena nacional de sellos independientes como Boozo Music, Minifunk o Elephant Dance comienzan a asomar la nariz fundamentalmente desde Barcelona y Madrid.
Al mismo tiempo, pequeños fanzines se convierten en revistas como por ejemplo la madrileña Undersounds o las catalanas Disco 2000 y SELF y la radio pública, con el programa de Radio 3 Siglo 21 a la cabeza comienzan a dar aire a esos mismos sonidos.
Toda esta avalancha musical es acogida por un público muy jóven con devoción y la escena de club comienza a solidificarse en toda la península, con el nacimiento de clubes en prácticamente todas las provincias, permitiendo que los dj’s nacionales comiencen a realizar giras constantes cada fin de semana sin salir del país y amasando un estatus de culto del que luego disfrutarán en su madurez de forma internacional.
Son años de prosperidad para el techno en España, con los primeros espadas a nivel internacional visitando con asiduidad nuestras cabinas y festivales, con muchos ya contrastados dj’s y productores nacionales asentados en la escena de forma estable.
No voy a hacer un catálogo de nombres porque seguro que me olvido a alguien importante y ya hay varia literatura al respecto sobre todo en los últimos años de la que aún echo en falta una visión más local que internacional, pero algo es algo y os invito a investigar.
Todo eran alegrías en el techno hasta que las fórmulas comienzan a repetirse, comienzan a surgir copias de copias y el sonido se comienza a polinizar con influencias ajenas como por ejemplo el rollo tribal y conguero que visto desde la perspectiva del tiempo mermaron drásticamente la calidad del producto y lo llevaron casi hacia la extinción en favor de lo que luego se llamaría erróneamente mínimal y la decadencia de los formatos tradicionales en favor de la ganga digital y su torpedeo del mercado discográfico, que supuso el comienzo de una nueva forma de entender el negocio si es que alguna vez lo hubo. Pero de esto ya daremos cuenta en la tercera parte de esta serie.