Entrevistamos a la artista con más talento dentro de la escena electrónica nacional: Cora Novoa.
La productora gallega ha lanzado este mes de diciembre el EP “Rituals”, una oda de altas revoluciones a las pistas de baile, no exenta de emotividad y momentos muy sensitivos. Hablamos con Cora, que actualmente reside en Barcelona, sobre su sello Seeking the Velvet y sus proyectos para 2023, de su deriva analógica en la producción, de la escena nacional o de los límites con el uso de las redes sociales.
Eres nativa digital de producción por así decirlo, porque empezaste a producir con ordenadores y últimamente has hecho una transición hacia herramientas más analógicas. Quería preguntarte por cómo ha cambiado tu perspectiva en los últimos años con respecto a la producción, desde aquel momento hasta ahora y qué te aportan las nuevas herramientas; qué pierdes o ganas.
Al final las herramientas que usas afectan también al ritmo de trabajo, a la fluidez. Y por suerte o por desgracia yo tuve que comenzar con un setup digital ya que no tenía mucho presupuesto para invertir en equipo para el estudio. Por aquel entonces era una adolescente viviendo con mis padres y sin ninguna fuente de ingresos, así que me sumergí de lleno en el mundo digital. Pero la realidad es que yo siempre quise experimentar con un setup analógico, así que el primer sueldo que tuve lo invertí en comprarme equipo de audio para el estudio.
Lo analógico a mí me gusta mucho porque al final sí que es cierto que el sonido es diferente y es todo más artesanal, tocas más las cosas, puedes aprender de una forma más didáctica y práctica el funcionamiento del audio, las rutas del sonido, tipos de síntesis…
Supongo que es una relación más orgánica con el sonido analógico.
Sí, totalmente. Tú lo has definido perfectamente (risas).
Y entonces ahora que ya tienes este setup híbrido, estás haciendo cosas distintas con él y has estado trabajando durante 2022… Este ha sido el año en el que digamos que definitiva o aparentemente se ha reactivado el tejido musical en nuestro país. Quería saber cómo has vivido tú eso, si eres optimista con respecto a las cosas que se hacen…
2022 fue raro al principio porque aunque ahora lo vemos súper lejano, el COVID cambió totalmente las reglas del juego. Durante la primera mitad los clubes todavía estaban abriendo/cerrando, no había una fluidez; se seguían posponiendo y reprogramando bolos que ya había, otros se cancelaban… Pero como hace como 6 meses las cosas empezaron a cambiar, y llegó todo el trabajo de golpe.
En algún momento de la pandemia en mi cabeza se plantearon cosas como “no vamos a volver a conocer el club como antes” o “que el circuito de clubbing desaparecería”, pero me hace muy feliz ver que no ha sido si, y que lo que ha supuesto es el resurgir de nuevas comunidades, nuevos géneros, nuevos promotores y nuevos oportunidades.
Actualmente la escena nacional la veo con muchísimo talento, tanto productores, sellos colectivos y sobretodo con mucha más diversidad a nivel musical. Propuestas por ejemplo, más urbanas como puede ser la gente de Mareo y Chico Blanco o incluso “Fuego” de Razzmatazz, que ahora ya están programando todos los viernes completos y que reúne a muchos proyectos creativos como Blex69, Nitro o Diverso, hacen que la escena se enriquezca. O en Madrid con “Dexphase” y el proyecto de “BlackWorks” que empezaron en plena pandemia y ahora están girando con el proyecto por toda Europa.. Y luego están artistas más reconocidos de techno como Héctor Oaks, JASSS o Regal que de repente han pasado a estar en primera línea internacional, y eso es genial porque hacen de embajadores de España en la escena electrónica
La verdad es que has dicho una cosa que me parece muy importante que era la de que hace unos seis meses de pronto ya definitivamente todo volvió repentinamente y a la vez. Eso me interesa porque yo trabajo en un club y la gente está preocupada, porque hay una cantidad ingente de promotores nuevos, de fiestas nuevas, de propuestas nuevas, de artistas y de inflación. Y yo veo a las personas de industria muy preocupadas, porque no hay gente para tanto ocio.
Sí, sí totalmente de acuerdo. La realidad es que no hay gente para tanto ocio, y en la etapa de festivales lo hemos visto claramente con la cancelación de muchos festivales, o propuestas que se quedaban a medio gas por que en ese mismo fin de semana estaban compitiendo 4 o 5 macro festivales.
Me estabas hablando de las nuevas generaciones y me he acordado de cuando sacaste una referencia en Turbo, el sello de Tiga y vi una entrevista en la que decías que para ti era importante el no autoeditarte siempre para sentirte acogida por artistas a los que admiras. Que así participas y formas parte de comunidades en las que se hacen ciertas cosas. Quería preguntarte cómo interactúa ahora Seeking The Velvet con la escena nacional o el cómo ayuda a otros artistas y proyectos.
Mi sello discográfico Seeking The Velvet estuvo muy activo antes de la pandemia, pero luego paramos un poco el ritmo porque para mi suponía mucho trabajo tener que materializar muchos de los proyectos que hacemos, como las colecciones de ropa, eventos, etc y esto por desgracia supone tener que priorizar y renunciar a cosas, por lo que durante una temporada estuvo la cosa bastantes tranquila. Pero se avecina un 2023 para el sello repleto de novedades y con muchos lanzamientos. Por una parte lanzaremos el EPs de los artistas Mechudo, Mehses, Cora Novoa & The Artifacts y el ACT 3 de mi trilogía de EPs Mental Diary.
También otra de las ideas es volver a retomar los showcases del sello que solíamos hacer en Barcelona, donde nuestro objetivo principal era que la experiencia de club fuera diferente a la que solemos encontrar en las discotecas, siempre tratando de que fuera un poco más inmersiva y siendo siempre fieles a nuestro propio lenguaje creativo.
Y con respecto a Seeking the Velvet también, me interesa la descripción que haces a través de tres pilares que son la creatividad, la música y la tecnología. A mí siempre me intriga esta idea en la que os metéis algunos artistas de querer abarcar cada vez más y hacer una “obra de arte total” al interesaros por varias facetas artísticas distintas y querer hacerlas converger. Quería preguntarte a ti de dónde sale ese interés y qué es lo que te llama la atención de esa idea.
En realidad yo es que veo todo unido. A mí me gusta crear mundos, crear experiencias, crear cosas. Y hacer sólo música no ocupa todo lo que yo quiero exponer, todo lo que yo quiero contar. Así que por eso para mí es muy importante el lenguaje visual, o hacerlo todo un poco más complejo; lo único malo es que tienes que invertir mucho tiempo y dedicación. Normalmente los sellos discográficos no hacen esto porque es un mucho trabajo. En realidad la excusa de crear Seeking the Velvet fue esta: “quiero tener la libertad de construir todo lo que quiera y de poder hacerlo a mi manera”. Entonces, por ejemplo, con la trilogía de EPs de “Mental Diary”, el diseño de producto, las camisetas cápsula que hicimos, los eventos… los creamos a medida, y eso hace que todo sea único y diferente.
¿Es más complejo? Sí. Pero a mi me gusta ver así el arte, es todo más enriquecedor y dejas tu legado. Para mí es pensar también en qué quieres dejar aquí en el mundo. Yo quiero dejar cosas de las que me sienta orgullosa. Y ese es mi legado, mi pequeño granito de arena en este mundo.
Y supongo que también es una forma de mostrar mayor cariño hacia lo que estás haciendo, porque te implicas a muchos más niveles en vez de delegar, o lo que sea.
Sí, es cierto totalmente, tienes razón.
Por fin te voy a hacer una pregunta de tu nuevo lanzamiento, “Rituals”, que es cómo terminaste trabajando con Second State y si hay algún concepto o idea central detrás, dada tu concepción expansiva de los trabajos.
La oportunidad de trabajar con Pan-Pot fue gracias a que durante el COVID tuve una residencia artística en Berlín, que era una residencia creada por Sónar Festival y Factory Berlín, allí tuve la oportunidad de conocer a mucha gente. Entre esas personas conocía a los chicos de Pan-Pot, y de forma natural surgió el p oder hacer algo juntos. A ellos les gustaba mucho lo que yo hacía y a mi me gustó mucho el trabajo que estaban sacando adelante con su sello “Second State”, así que le dimos forma y salió este EP de “Rituals”
El concepto que hay detrás de “Rituals” es básicamente eso, la simobolgía y la carga emocional que tienen los rituales, y el subrayar la cultura de club o clubbing, como uno de los máximos rituales que he conocido. El clubbing es un ritual que une bajo una serie de símbolos, indumentarias, prácticas, bailes,… a personas de todo el mundo, da igual el género, lugar, cultura o dinero, cuando estás en la pista de baile o te preparas para ir a un club, estás formando parte de la lituargia del clubbing, y eso es algo que me fascina
También como me gusta mucho este concepto, este año estoy girando con el “Rituals Tour” donde sobretodo estoy tocando mi nuevo A/V Live que estrenamos en Mutek Montreal o Fabric Londres, y que continua su andadura para este 2023.
De hecho “Im going to kill you, King Romano” tiene un sonido muy litúrgico, por así decirlo.
Sí, totalmente, exacto. Yo siempre intento que en todos los EPs haya una connotación de mitología, historia, simbolismo, alquimia… conceptos paganos, pero es que es algo de lo que leo mucho, y me inspira a crear y poder contar historias.
Y, no por hacerte un examen, pero: ¿Qué cosas te han interesado así de este tipo últimamente?
Ahora mismo, sobre todo estos últimos años, -de hecho tengo aquí un par de libros pendientes, como el de “Hola Mundo” (Hannah Fry) que es sobre algoritmos- me interesa el cómo funciona la tecnología y del poder y el control al que estamos sometidos. Con el tema del COVID, las cámaras de reconocimiento facial están instaladas en grandes establecimientos, o en el metro (en este caso en España no, pero si en los vagones del metro de Brasil). La gente no tiene ni idea de esto, yo creo que debería ser ilegal, pero como hay un vacío en la leyes… Las grandes corporaciones como Google, Amazon, etcétera están aprovechando ese vacío legal. Van mucho más por delante a nivel de desarrollo tecnológico y están llegando a nievel de control económico-social que da miedo.
Me encanta la tecnología, tengo fascinación por ella pero me parece muy interesante ser autocríticos con nosotros mismos y con nuestros gobiernos para tener una sociedad más segura y respetuosa.
Es que el tema de la tecnología es muy interesante porque la ley va constantemente detrás.
Totalmente. Y menos mal que en Europa estamos más protegidos como sociedad que en otros territorios y mercados como el Americano o Chino. Aquí se ha legislado antes que nadie protegiendo los datos de los usuarios con la ley de protección de datos, o por ejemplo exigiendo a las empresas tecnológicas de móviles que se use un único cargador standard para cualquier móvil. Este tipo de cosas son muy buenas para la sociedad, para protegernos como ciudadanos y marcan un precedente dentro de esos escollos legales y tecnológicos.
A mí siempre me ha parecido que en tu música, aunque es muy diversa, hay como un tratamiento muy emotivo de las melodías, en casi todo. Te he oído hablar mucho de cómo cuando empezaste a salir escuchabas más electro y yo por ejemplo llevo dos o tres meses bastante obsesionado con el electro por “motivos personales” (risas). Me hace mucha gracia entonces que tú relaciones el punto en el que estás ahora de tu proyecto en el que haces música más oscura, introspectiva y melancólica con la morriña. A mí me parece que las herramientas y las texturas del electro tienen una dimensión muy emocional y me gustaría que me hablases de eso en relación con tu propia música y lo que te interesa de esa melancolía y de representarla.
Sí que es cierto que yo al principio hacía música más melodica, no producía tanto electro o cosas tan oscuras. Pero siempre mi máxima influencia ha sido el electro, el techno y el electroclash en especial. Yo he vivido la época del Coppelia 101, que fueron un poco los que trajeron a la escena nacional a todo el mundo, desde The Hacker a Jeff Mills, Ladytron, Tiga… Desde ese momento hasta ahora han pasado muchas cosas y ahora sí que es cierto que estoy haciendo la música que siempre he soñado, muy influenciada por todos mis orígenes. Para llegar hasta aquí empecé el camino con sonidos más melódicos usando únicamente un entorno digital, para a posteriori ir experimentando e incorporando poco a poco sientes analógicos, modula de Fx, tintes modulares,… Y ahora me siento muy cómoda y me siento muy orgullosa del sonido que tengo ahora mismo.
Ahora cuando escucho música antigua mía digo “cambiaría todo completamente”, pero forman parte de mí, están ahí y sin ellas nunca hubiera llegado a aquí.
A parte de esto hay parte de mi discografía que no la vas a encontrar en Spotify. Alguien que ha seguido mi trabajo desde hace muchos años sí que podrá tener CDs míos antiguos, que no encontrarás en Spotify, AppleMusic o Tidal. Y de echo me gusta que sea así. Me gusta la magia que supone descubrir cosas, como si fueras un arqueólogo musical explorando en medio del desierto.
A mí me parece estupendo, yo personalmente tengo un problema ideológico con el streaming. Procuro no consumir música en esas plataformas.
Yo a veces lo uso pero no, no pago, prefiero comprarle directamente la música a los artistas o a los sellos a través de Bandcamp.
Yo también lo creo. Cuando Ilian Tape borró su catálogo de Spotify, Skee Mask, que es el más reconocido de los habituales del sello invitó a la gente a que piratease su música si no quería o no podía comprarla.
A mi me parece una tomadura de pelo que un artista por cada reproducción cobre solo 0,0027, pero es la realidad que hay detrás de estas plataformas, y con algo con lo que tenemos que lidiar.
Y justo con respecto a esta política de convivir con el mundo digital te quería preguntar sobre las redes, porque te he visto también por ahí decir que desde que existen las redes sociales los consumidores son también productos, que a mí es algo que me resuena mucho con el concepto del prosumer y quería saber qué te parecen las redes sociales, si te da la impresión de que ayudan, etcétera.
Nos guste o no hay que estar ahí. Si te puedes permitir el no estar y no te apetece estar, hazlo, porque es un placer no tener que estar invirtiendo tiempo en elaborar contenido o preparar una estrategia para redes. Yo por suerte no me encargo de esto, y puedo delegar estas tareas en la personas que se encarga de llevarme la prensa y comunicación, pero aún así a mi me gusta saber cómo funcionan las plataformas, estar al día en todo: si cambian el algoritmo de TikTok, las nuevas funcionalidades que se incorporan para intentar competir con otras plataformas, etc. Es un mundo realmente fascinante.
A mí me da cierta sensación de que estamos todos algo alienados con ellas.
Sí, sí. Es un amor odio, pero me encanta estar al día y ver todos los cambios que se van haciendo, las desesperaciones que hace, por ejemplo Mark Zuckerberg para sobrevivir. Me refiero a las desesperaciones de actualizar el Frankenstein que tienen creado, es decir: sale un competidor y van a intentar desbancarlo copiando sus novedades, como hicieron en un principio con Instagram, para luego comprarlo, o con Snapchat. Por ejemplo con Club House, que era una aplicación de radio streaming que en su momento fue hype, Twitter creo para competir con ellos las “Salas de Charla” y ejemplos como este hay mil. Ahora el competidor que tienen entre ceja y ceja es BeReal, así que vamos a ver qué sucede en este juego de tablero tecnológico.
Claro, es que a mí no me da la sensación de que se democratice, sino que se vuelve una jaula de la que la gente intenta escapar obteniendo visibilidad. Por eso te quería preguntar si con estas propuestas que a veces habéis hecho en Seeking the Velvet o en lo que tú hiciste con Turbo, por ejemplo, en que la camiseta promocional tenía el QR… ¿No te preocupa que de algún modo también aliene a tus oyentes?
¿Por el uso de la tecnología en los proyectos?
Sí, bueno porque al final ellos son prosumers que crean su propio contenido y están produciendo… Es una pregunta con un poco de inquina, lo sé (risas).
No, no, qué va me parece genial. Yo creo que no. Al final eso va a depender mucho del uso y del modelo creativo que tengas, si tú le das un mal uso y tu objetivo es robar los datos y atrapar a la gente como puede ser el objetivo de Facebook, o TikTok; o en este caso Twitter que ya no lo sé porque se le ha ido de madre. El uso de la tecnología en Seeking The Velvet es creativo, es comunitario y algo que intenta sumar y no restar. A mí me gustan mucho los proyectos transmedia en los que implicas la actividad de tu audiencia y de tus seguidores, que forman parte del proyecto… Ese tipo de cosas sí que me gustan, igual que ahora todo el tema de la web3, que está enfocada a las DAOs, a descentralizar la tecnología y la cultura, el arte; eso me interesa muchísimo. Yo creo que las herramientas todo depende de cómo las uses y de quién esté detrás. Pueden ser maravillosas o pueden ser un infierno y algo adictivas. Entonces yo voy más por el lado creativo.
Tienes razón. Cuando surgió la web 1.0 la idea era la del código compartido, abierto, las comunidades invisibles en las que la gente no estaba determinada por la identidad etcétera…
Total, es que es esto. O sea, creo que todo depende del uso que le des.
Entonces en relación con esto y el tema de la honestidad, que defiendes como algo que te representa, quería saber qué es para ti la honestidad, en relación con las tecnologías y cómo se es honesto en nuestro tiempo.
Buena pregunta (risas). Para mí ser honesta es intentar ir de cara, a pesar de que a veces se mete la pata. Yo misma cometo muchos errores, pero me gusta ser honesta y decir “lo siento, te pido perdón, disculpa” y mejorar como persona y artista. También es importante ser honesta con tus seguidores, con los clubs o marcas con las que trabajas, llevar esa honestidad en tu día a día. No somos robots, no somos perfectos y siempre hay tensiones. Y es lo que más me importa, esto es lo que hago. Mucha gente muchas veces me dice, “no me esperaba que fueras así, pareces de otra manera” en redes sociales o por las apariencias. Todos tenemos prejuicios, yo también, pero intento que no ganen la partida e intento no juzgar a la gente ni juzgarme a mí misma. Entonces es eso: intentar seguir equilibrándome procurando ser honesta, e intentar que en lo que yo pueda ayudar a crear cosas pues ahí estoy. Y eso es un poco el cómo veo la honestidad.