Gilbert, desde Bristol, nos presenta un EP muy elegante con cortes IDM y house profundos y nostálgicos, en uno de nuestros sellos de cabecera: MOS recordings.
Un servidor, que se ha criado en la electrónica de los ochenta y los primeros noventa del siglo pasado, no puede ser parcial ante discazos de este tamaño y categoría. Sin lugar a dudas, la parte del techno que más me gusta es aquella que se roza con el house tradicional y la IDM de los primeros años de Warp, y eso precisamente es lo que suele publicar este impecable sello holandes, MOS Recordings.
En esta ocasión cuentan con el tal Gilbert a los mandos, quien a lo largo de cinco precisos cortes se explaya en la parte más preciosista de la electrónica cruda, sin grandes alardes tecnológicos ni excesiva producción digital. que compensa sobradamente con alma y melodía.
Su sonido es crudo y clásico y sin duda se perciben en él las herramientas utilizadas: cajas de ritmos x0x, sintes igualmente antiguos y procedimientos de grabación rudimentarios seguramente, que no le restan un ápice de sentimiento a las sensaciones que se perciben al escucharlo y porqué no bailarlo.
High Rising comienza con un beat despejado con una pizca de reverb que corre en solitario durante algunos compases hasta que las cuerdas con sabor a los primeros Transmat aparecen sobre el mismo. Sucesivas capas sónicas se van sumando a la ecuación: bajos FM, secuencias sintéticas … un gustazo de tema que bien podía ser de hace 30 años o de dentro de 30 años.
Reflections no difiere mucho en cuanto a los componentes, comenzando de forma flotante en lugar de rítmica nos sitúa en un mood futurista en cuanto el ritmo electro completa los componentes acuosos.
Venus Phase da un paso más en este viaje por el espacio exterior en modo Lo fi, de nuevo un uso magistral de las cuerdas sintéticas y los sonidos de sintetizador añejo.
Building Spaces es totalmente clasificable como IDM y bien podría haber estado incluída en cualquiera de los recopilatorios de la serie Artificial Intelligence de Warp.
Por último Transit Phase despide este disco perfecto en parámetros muy similares a la anterior, dejándome un exquisito sabor de boca que hacía siglos que no sentía en estos tiempos de techno vano e intrascendente en los que que la música parece ser que se degusta más con el intestino grueso que con los oídos.