Oscar Mulero desentierra su alias más profundo (Trolley Route) en su nuevo álbum para Semantica: Vibrant Colours.
Oscar Mulero nunca para, siempre tiene proyectos rondándole la cabeza, siempre tiene un lugar y un momento para mostrar sus diversas caras artísticas y sus distintos acercamientos a la electrónica de todo tipo y condición, casi siempre dentro de los márgenes de lo que se suele denominar techno.
Trolley Route es un alias de Oscar que está directamente conectado con cable de fibra óptica transatlántico con la ciudad del motor, Detroit. Una planta que tiene sus raíces bien cogidas en el núcleo de lo que define el sonido techno en sus tablas de la ley. Una de las raíces se mete en el fondo del deep techno primigenio de Basic Channel, otra se sumerge en el mecanicismo con alma de los primeros trabajos de Kenny Larkin o B12.
A lo largo de un tracklist extendido en la versión digital hasta nada menos que 15 temas y en la versión física reducido a 8, el asturiano de adopción se explaya en su discurso con temas que han sido creados en un rango de tiempo largo, algunos de los cuales con varios años de solera en los discos duros de Oscar hasta que se ha visto el momento y el motivo de reunirlos todos en esta colección que suena cohesiva y compacta, no dá para nada la sensación de provenir de un espectro temporal tan amplio.
Para no llenar esto de texto me voy a ceñir a la versión física del disco, a los 8 cortes que se han escogido para ir planchados en plástico, que comienza en la cara A con Vertical Formats, pulsión rítmica profunda e hipnótica con sólidos acordes de sabor dub por encima, música para clubes pequeños con actitud. El diseño de sonido, como el de todo el álbum, es impecable.
Accurate Description corre sobre una introducción rítmica profunda y acuosa, con la dosis necesaria de frecuencias subsónicas sobrevoladas por secuencias mecánicas salpicadas de eco. Obsesiva y penetrante.
New Layers abre la cara B con sus frecuencia gomosas y elásticas, techno mutante, moderno y clásico al tiempo.
Overlapping Shapes baña los acordes de reverb y espacio y rellena por completo el espectro auditivo de liquidez y profundidad. Me la imagino sonando en la primera de un Berghain que va cogiendo el pulso de la noche. Clásica desde ya.
Artificial Materials me transporta a la época dorada del techno con matices, un tema que bien podría ir firmado por cualquier productor glorioso de los 90 en un sello como por ejemplo Peacefrog. Jazz electrónico de primera categoría en esas secuencias asimétricas que recorren el arreglo, para mí de lo mejor del disco.
Radiating Against one Another vuelve a usar los acordes clásicos y las bases percusivas académicas del mejor Detroit en un ejercicio de enciclopedia de lo que debería ser deep techno.
No 18 supone la rebanada más frenética de este trabajo en los primeros compases, aquí la velocidad aumenta, la distorsión aparece y la cosa se pone más dura hasta que los pads ensoñadores rebajan la atención que pronto se recupera de forma dinámica tras el break espiritual. Techno con estructuras cambiantes, de ese que es difícil de encontrar en estos días de poco seso. Me viene a la cabeza el mejor Dave Angel.
Vibrant Colours cierra el tracklist físico en modo scifi, los arpegios burbujeantes y cósmicos van creciendo desde la nada componiendo una sinfonía electrónica casi totalmente ausente de ritmo hasta los minutos finales que es este caso sirve como despedida y en la versión digital para anunciar el despegue.
Un trabajo que no tiene ni un pero de principio a fin, que transpira experiencia y conocimiento de la tradición, con un punto personal e intransferible que lo hace único y que confirma a Oscar una vez más como un productor versátil y con amplitud de miras que pone todo el cariño del mundo en todo lo que hace y que nunca pega tiros al aire como la mayoría de esos personajes que viven en instagram y sólo venden humo y baratijas.