Llega el verano y apetecen cosas fresquitas, luminosas, que inviten a soñar. Olas de calor aparte, ya volveremos a meternos en oscuros basements a poner cara de oler mierda cuando suene un bombo a negras más de tres temas seguidos. Anhelamos un poco de luz y buen rollo; sonrisas y trozos de sandía en la piscina; rolletes de verano como los que teníamos cuando éramos adolescentes e íbamos quince días al pueblo. En definitiva: se antojan producciones como “El Crit” de Adelaida.
Adelaida no es nueva en esto de sacarnos la media sonrisa a base de canciones en apariencia sencillas, que no simples, pero dotadas una espectral belleza. Si en “La Primavera” nos llevaba de paseo a un bosque mágico y enigmático, y en “La Pregunta” viajamos a un universo acuoso, lleno de interrogantes, en “El Crit” nos presenta un ejército de voces implacables que portan un mensaje delicado pero contundente.
Coproducido junto a la DJ y sonidista Anna Lanau (LANAV), la joven cantante y productora juguetea una vez más con el pop, pero lo hace manteniendo su lenguaje personal a base de loops vocales que conforman estructuras sólidas que funcionan a la perfección.
A la melodía pegadiza de “El Crit” se le suma una capa percusiva que se mantiene a lo largo del tema, y que se te mete en la cabeza para -¡aleluya!- no salir jamás. Todo un himno estival, lleno de luz y esperanza a ritmo de marcha militar con el que, una vez más, Adelaida abre la puerta a un mundo fantasioso que, si nos fijamos, deja entrever una historia agridulce sin necesidad de contarla. Adelaida es tu banda sonora de verano, pero tú aún no lo sabes.
