ADMX-71: The Aging Process (L.I.E.S. Records)

Adam X lleva en este negocio de la electrónica underground desde antes que pusieran la puerta. Desde que el techno es techno, este señor ha estado ahí de una u otra manera, como vendedor de discos en tiendas, como organizador de fiestas, como gestor de sellos, como dj, como activista… hasta como grafitero en sus días mozos.
Pertenece a ese selecto club de artistas que son personas normales, sin ínfulas ni divismos, un tío con el que te puedes sentar a cenar y hablar de la vida y las cosas sin problema alguno. Con los 50 palos recién cumplidos, ya no tiene que dar explicaciones a nadie y puede situarse en la parte del espectro sonoro que le plazca, sin temor a ser etiquetado de oportunista.

Con su alias ADMX 71 se dedica a explorar la parte más cruda del techno, la que se choca con el industrial y la EBM, pero siempre desde una abstracción nada popera.
Este larga duración que publica el sellísimo L.I.E.S. vuelve a mostrarnos la cara más amarga de su sonido, que se debe degustar bien uniformado de parafernalia fetichista en un club donde el humo y el estrobo sean la única decoración.
A lo largo de nueve cortes viaja por todo tipo de velocidades, comenzando con los ambientes flotantes y grises de “Speaking via Telepathy“, continuando con beats lentos y cementados en “Sensor – Tised” y “Walking through walls“. Hasta llegar al esplendor EBM de “They’ve instilled fear in us“.

Catch me if you can” es gabber sin complejos, BPM disparadas, distorsión y macarrismo exacerbado (muy Pont Aeri): los vocales no tienen desperdicio.
Atlantis Rising” regresa a los breaks distorsionados a velocidad controlada, salpicados de texturas industriales y rugosidad.
Leading the Way” se mantiene en los tempos contenidos y aporta un discurso más despejado de crudeza que los anteriores, EBM, pero más sintética que metálica.
Dormant DNA Activation” proporciona relajación en lo musical pero contrastada con un bombo masivo que se reproduce ralentizado al tiempo. Un mantra gris.
The Code Decipher” es la despedida de este discurso del riesgo, quizá con la rebanada más limpia, ausente casi de beats y cocinada a base de tensas líneas de sintetizador que la hacen ideal para ser utilizada como herramienta de mezcla para los más valientes.
Un muy buen álbum, personal y de sonido de autor, que es lo que uno espera cuando revisa el trabajo de veteranos con la solera que tiene sir Adam.