Alfred Czital: Reality Check (Harmony Records)

El fin de semana ha sido intenso, estoy recuperando mi actividad lúdica tras estos años de estar en casa dándole lustre al pijama, despreocupada de mi aspecto y sin ganas de nada. Ahora voy como una moto de carreras en cuanto el viernes se vislumbra en el horizonte y no hago ascos a nada, ni me dosifico ni me administro, de hecho éstas líneas las estoy escribiendo tras cerrar las celebraciones en Cassette Club.

La realidad es que físicamente no podía sostenerme y me hice una despedida a la francesa a las 3:30AM más menos, lo que se ha traducido en escasas horas de sueño y un pitido en los oídos considerable.

Qué mejor que atacar a estos desagradables acúfenos con música de estar atenta y tranquilita, como la que creo me va a proporcionar este disco que tengo entre mis manos. Desde la remota República Checa me envían este precioso trabajo, física y musicalmente, compuesto por Alfred Czital.

Alfred Czital (en el centro)

Comienza la terapia con “Reality Check“, título que combina a la perfección con mi momento actual: sonidos de agua, cuerdas lejanas y voladoras, agudos especiales contra el tinnitus, melodías sutiles… exactamente lo que necesitaba.
Con un ojo puesto en la infusión que tengo en la tetera y el otro todavía cerrado por las legañas, percibo los primeros compases de la siguiente pieza: “Transit“: colchones sónicos y graves profundos acompañados de sonidos líquidos en el comienzo que pronto se sazonan con retazos rítmicos que van aumentando en presencia, tanto que consiguen moverme del sofá
y levantarme a por la manzanilla, sin bailar, eso sí.

Window Seat” comienza a salir por los altavoces cuando suelto el primer grito al quemarme con la puta infusión de lava volcánica que me he hecho. Aquí la sección rítmica se manifiesta casi desde el comienzo y a los flotadores pads se suma un break perfecto y reminiscencias de drum’n’bass
líquido.
Hermannstrasse 176″ me demuestra que este disco va en crescendo y que el propósito inicial de sedarme al sol que entra por la ventana no va a ser posible. De nuevo breaks del futuro y flotación combinadas con maestría a lo largos de 10 minutos de viaje.
Passenger” me confirma en mi sospecha de que esto va para arriba: los breaks se muestran desde el principio, la liquidez y los sonidos acuosos siguen presentes y el resultado final es una suerte de electro de meditación que me ha resultado super agradable.
Stay” se tira al bombo directamente y es el primer 4/4 que escucho desde anoche, techno profundo y detallista de excelsa factura que no me sienta tan mal como pensaba.
Timestretch” retorna al break, vía electro, sonidos de caja de ritmos clásica, bajos analógicos pulsantes y baile inteligente.
Cierro la escucha con “Ghosted“, eléctrica y melancólica al tiempo, himno perfecto para mi resurrección como persona en este lunes primaveral sacado de lugar y que ocurre en febrero.
Espero que a Putin no se le vaya mucho la olla y lleguemos al viernes que viene de una pieza.