Alva Noto: Hybr:ID (NOTON)

Archiconocido por su serie de “Xerrox” Alva Noto, productor alemán, es en realidad un habitual de las galerías, instalaciones, centros de arte… Su recorrido musical, que ya supera los veinte años, es bandera de un sonido industrial y experimental pocas veces aprehendido, aunque permanentemente buscado. Hace un par de días, Carsten Nicolai volvía con su sello NOTON, para lanzar una recopilación de la música que compuso para una coreografía de Richard Siegal en 2019. La primera parte del lanzamiento en cuestión, “Hybr:ID vol. 1” es una de las ejecuciones más concisas y contundentes que ha realizado Alva Noto en los últimos años.

Si bien empieza con una ya habitual sucesión informe y abstracta de soniquietes digitales, el nuevo álbum de Nicolai tarda mucho menos que sus antecesores en atrapar al oyente; en inyectarle la síntesis maquínica que termina por epatarlo: como si de una aleación transhumana se tratase. Aunque en “Oval hadron II” ya tenemos muestras de ese ritmo sobrecogedor modulado por unos bajos con un reverb y un espacio irreales, no es hasta que llegamos a la mitad del LP que empieza la parte más intensa. Todo lo que parecía un ambient que sonaba en una amplitud inmensa, pero con una saturación minimalista, empieza a colapsar a partir de “Oval spin“, hacia un IDM crítico de sofá pero con infarto cerebral asegurado.

En la segunda mitad del “Hybr:ID vol.1” Noto nos recuerda, -cómo no- a Sakamoto, pero a aquel todavía amigable con cierto ritmo industrial y pesado; al de “Riot in Lagos” y sus beats más afables y menos abstractos; como con la Yellow Magic Orchestra. ¿El por qué de esta transición hacia un espacio más accesible? Un misterio. Pero lo mejor es que en este tramo más suelto y gozoso, Carsten Nicolai sigue siendo absolutamente marcial en la producción. Su música, que en ocasiones es considerada como cinemática, aleja de sí las etiquetas y metáforas que tratan de cargársele para connotar y humanizar su sonido… Y el resultado es algo mucho más que humano, que trasciende esa simpleza descriptiva y habla al cuerpo. Eso sí, con resonancias alquímicas e inexplicables.