El pasado sábado despedimos el verano bailando al ritmo de SNTS, Jeff Mills, Loco Dice, Marco Carola, Enrico Sangiuliano y Ben Sims, entre otros grandes nombres del panorama internacional de la música electrónica. Crónica de la primera edición del festival madrileño, que se saldó en sold out.
Surgido de las cenizas del 4every1 Festival que se realizó en Madrid desde el 2014 al 2016, el festival Amanecer Bailando se celebró en el Parque del Prado Ovejero de Móstoles a pesar de los obstáculos políticos a los que se enfrentó la organización, llegando al cambio de ubicación para poder realizar el evento.
Tras un año sin tener noticias de ellos, vuelven con una iniciativa nueva y para todos los públicos al renovar su imagen y contar con conciertos de música urbana como una de sus propuestas artísticas; no ha sido común últimamente ver mezclas de estilos tan diferentes los últimos años en la capital.
Este año contaron con cuatro escenarios: Amanecer, en el que podías disfrutar del tech-house más pistero; escenario Family, que recibía su nombre en honor a la mítica discoteca Family Club de Sonseca (Toledo); Caviar, donde se mezclaban djs de música urbana con conciertos de trap y rap; y escenario Misa, que contaba con hardstyle nacional e internacional a partes iguales.
Para gustos, colores; o en este caso djs. Sin embargo, nosotros teníamos muy claro cómo y con quién queríamos disfrutar del festival. Contábamos con música hasta las 10 de la mañana del domingo.
En las primeras horas del festival nos encontramos a los platos a djs locales y residentes del festival como Angel Beguer, Fitsco & Erick Navas, Roll-Dann, Mzdz, Luis MF y Raul Pacheco, quienes supieron abrir el recinto repartidos en los escenarios Amanecer y Family, para dar paso a los invitados internacionales a partir de las nueve de la tarde.
Siguiendo con grandes artistas internacionales, la cosa se ponía caliente con Egbert van der Gugten, o mejor conocido como Egbert; quien realizó su Live que tan bien encaja en las primeras horas del escenario Amanecer. Mientras, en el escenario Family sonaban los primeros golpes de altavoz con Antigone, el joven dj y productor de techno francés que debutó con su EP titulado Forbidden Works, el cual salió por el sello Construct Re-Form que dirige su amigo Zadig. Más tarde acabaría siendo residente en Concrete uno de los mejores clubs de la escena de París.
No queríamos faltarle el respeto a quien formó parte de la llamada “segunda ola” del techno en Detroit, Stacey Pullen, quien tenía el escenario Amanecer para él solo desde las diez de la noche a las once y media. Dejando su estilo habitual de lado para ofrecer un tech house minimal que para nuestro gusto fue muy acertado, cerrando su hora y media de sesión con varios temas de house obsequio de la casa que los acompañaba una vocal aguda como marcan las reglas de Chicago.
En el mismo horario, Family contaba con Truncate, llamado en el pasado Audio Injection, pero el cual se cambió de nombre artístico al dar comienzo a su etapa como productor y comenzaron a salir sus discos en sello de culto como Modularz, Mote-Evolver, 50 Weapons y su propio sello homónimo.
A medianoche se volvió a realizar el cambio para dar paso al residente del festival desde la primera edición y dj local, Victor D, que pinchó en el escenario principal calentando la cabina al querido Cuartero. El joven productor ha sabido ganarse a su público sesión tras sesión gracias a su carisma que le permite conectar con todos nosotros, y aquella tarde pasó una vez más. Junto a un horario más que acertado mientras hacía sonar temas de Enrico Chirchiello, su sonido groove and bass y los diferentes cortes de vocales que tanto le gustan y caracterizan. Tras él, los pesos pesados de los line up de los festivales de todo el mundo cogían la cabina para hacer bailar al escenario Amanecer durante tres horas: les tocaba el turno a Marco Carola y Loco Dice en formato B2B.
Divertidos, conectando con la pista como nunca y pinchando juntos de nuevo después de seis años en Madrid, los dos artistas hicieron disfrutar a gran parte de las veinti cinco mil personas que asistieron al festival. La influencia del sonido hip hop con tech house del alemán Loco Dice se vio reflejada en la sesión al sonar “Klubrsum” de Der Dritte Raum mezclada con la vocal de “I love it” de Kanye West & Lil Pump, o al notar cómo iban apareciendo temas de su propio sello, Desolat. Mientras, el aporte de Marco Carola lo pudimos escuchar en temas como “Poke” de Italoboyz, aportando minimal a la sesión y guiños al pasado ya que cuenta con más de veinte años de carrera a su espalda.
Defendiendo el estilo más purista del techno mientras tanto en el escenario Family, tras Truncate se abrían paso Octave One, compuesto por los hermanos estadounidenses Lenny y Lawrence Burden para aportar a la noche el sonido detroit que llevan defendiendo desde 1990, año en que sacaron su primer EP, I believe.
Tras este buen sabor de boca, le tocaba el turno a Speedy J, héroe de la escena techno de Rotterdam y veterano del género a nivel mundial. Aunque comenzó en el hip hop, rápidamente se vio atraído por los sonidos ácidos y el techno de Detroit, convirtiéndose en un icono del género de los 90s. En su sesión pudimos escuchar temas propios como “Electric deluxe”, lo cual tomamos ya como una costumbre.
Siguiendo los set times de la noche, solo una hora necesita SNTS para arrasar allá por donde pasa. El esquivo y misterioso productor enmascarado se ha reinventado y consolidado como uno de los reclamos más potentes para el público underground fuera y dentro de nuestras fronteras. Su directo junto a su ordenador y su TR-8 nos cala por dentro de una manera rotunda y contundente.
Las cuatro de la madrugada daban paso a Jeff Mills, quién más recibió las quejas del público esta vez. Como DJ no ha cambiado mucho su repertorio en estas últimas dos décadas: este hombre tiene una técnica y un concepto más matizados de lo normal, inimitables para el resto de los profesionales del sector. A tres platos, un arsenal de vinilos y su caja de ritmos Roland, el también llamado The Wizard transforma cada sesión en su propia exhibición de poder técnico. O le quieres o le odias, ya que muchos detractores critican que no es preciso con sus mezclas y esa impureza tiene una explicación: un set de Mills cuenta con mezclas old school al colocar la aguja en el surco, modificando el pitch del plato, cuadrando el bombo y soltando el disco para empezar a ecualizar, por lo que se producen pequeños desajustes que Mills solventa sin problema. Sin embargo, una vez has visto a Mills, ya sabes cómo será la siguiente ocasión.
La sorpresa de la noche fue sin duda Paula Cazenave que nos conquistó al hacer vibrar la pista al sonar temas como el remix de Avision a “Gaist” de Sector, “Torsion” de Gary Burrows o “Die Augen Des Teufels” de SHDW & Obscure Shape a cuatro platos.
Al comenzar la claridad en la noche, en el escenario principal comenzaba el set de Enrico Sangiuliano, afianzado en el famoso sello de Adam Beyer, Drumcode. Su último EP, Biomorph, ha conseguido darle un salto a su carrera y el italiano quiso dejar recuerdo de este éxito con el tema que forma parte del EP, “A Further Existence”. También pudimos reconocer el guiño que hacía a su compañero en el mismo sello, Julian Jeweil, al hacer sonar “Space”.
Siendo ya de día, en el mismo escenario principal nos despedía el festival el otro B2B aclamado de la noche: Andrés Campo, residente de la mítica discoteca Florida 135, y Ramiro Lopez, parte de la plataforma de Suara. Tras escuchar el tema de Gary Beck, “Barefoot Sunday”, supimos que habían conquistado aquel festival para dejar un último recuerdo imborrable para sus asistentes.
Por otro lado, el amanecer del escenario Family contaba todavía con dos artistas para terminar la maratón. Ben Sims en cabina se hace querer. Mientras desarrollaba su set, el inglés supo transmitir agresividad con su sonido impactante y a altas revoluciones. Al final de su sesión nos sacó un par de pasos de baile de más al escuchar “Upper 281” . Dejándose llevar y sacando su repertorio más bailable al combinar temas más hardgroove y actuales, hizo vibrar la pista con clásicos como “After Dark” de James Ruskin.
Tras subir el listón de esta manera, el artista francés Shlomo ponía el broche final del festival con su Live plagado de temas que saca por su propio sello, Taapion Records, y en el que usa herramientas como Nord 1, Korg MS20, Roland TR-8, Mikrokorg y Korg Mono / Poly. Su directo nos dejó claro porqué es uno de los nuevos valores del techno underground en alza.
Tras más de diez horas bailando, visuales trabajados y un sonido que te hacía retumbar el pecho, solo podemos pedir volver a amanecer bailando para despedir el verano el año que viene.