Amelie Lens es el fiel reflejo de lo que le pasa actualmente al star system de los DJs de “techno” (sí, entrecomillamos la palabra): una de las agendas más apretadas de la industria, -pincha casi diariamente por todo el mundo-, reclamada en festivales y clubs, es conjuntamente con Nina Kraviz, la mujer más solicitada de la industria de la música de baile. Tremendamente activa en lo profesional como en sus redes sociales, le caen palos a diario por como enfoca su trabajo, dentro y fuera de las pistas de baile.
Richie Hawtin le dió un palo a la belga en una de sus stories: “¿Es realmente necesario compartir todos y cada uno de tus momentos -día y noche-? ¿Qué estás vendiendo o promocionando”. Alba Nogueira ya reflexionó sobre este tema en la pieza Cuando las redes sociales hablan mucho, la música se calla que puedes leer aquí
A Amelie Lens le llueven palos cada día de esta índole en las redes sociales: “No tienes ni puta idea de pinchar”, “No ensucies la palabra techno poniéndola en tu boca”, “Eres muy pesada, como la música que pinchas”, “Menos Instagram y más música” y otras perlas que no reproduciremos porque están cargadas de odio y machismo. A mi personalmente la música que hace y que pincha Lens no me da frio ni calor, tampoco la voy a defender por el hecho de ser mujer, pero vamos, que precisamente por este hecho sea criticada tan duramente me parece vomitivo. He leído algunos comentarios, todo hechos por hombres, que solo les faltaba rematar con un “Amelie, deja la mesa de mezclas y vete a fregar a la cocina”. Y claro, no es de extrañar que Lens haya explotado en su cuenta de Twitter.
“Me gustaría que el público no me dijese qué tengo que pinchar… Preguntándome si tengo que pinchar cosas más “duras” o no. Como DJ me tomo mi trabajo muy seriamente para entreteneros: miro al público, el clima, al DJ que pincha antes y después que yo y trato de hacer mi trabajo en consecuencia. Me presiono duramente a mi misma, intentando entender al público que tengo delante, a cada uno de ellos les gustará un tipo de música u otro, tendrán una predisposición o estado anímico diferente. Es mi trabajo y lo intento hacer lo mejor que puedo. Os lo juro: os estoy observando todo el tiempo, intentando conectar con vosotros”.
Para gustos los colores, pero vamos, yo soy del parecer de Oscar Mulero “El techno no debería ser tan amable”. Jeff Mills, que pese a no estar llevando muy bien su vejez, a veces tiene más razón que un santo, y recientemente declaró a la televisión pública francesa que, el techno, había caído en manos de burgueses blancos y que, por eso, se había desvirtuado del todo, convirtiéndose en algo blandito para cuerpo y alma.