Amir Alexander presenta su nuevo EP en el sello germano Smallville, un ejercicio atemporal de house de profundidad.
Siguiendo mi fijación por las portadas de discos absurdas y/o llamativas me dispongo a la escucha atenta de este disco firmado por una leyenda del house, Amir Alexander. Dedicado al barrio más gamberro de la ciudad de Nueva York, este escueto EP es una comprobación empírica de lo que el buen house debe ser: tranquilo, profundo y lleno de alma.
Eso es precisamente lo que contiene el primer corte de este plástico, que es el que da título al Ep. Un pesado groove de caja de ritmos antigua, un bajo sintético ultrafunk y unos vocales repartidos por el espacio sónico con una maestría envidiable. Especial mención a esa línea de bajo retorcida y analógica que se echa tanto de menos en otros estilos como el techno. Una puta maravilla de tema, vamos.
El segundo corte, The Deepness surge desde las profundidades del filtro hasta que el redondisimo bombo aparece y pone los pies en su sitio, los componentes van subiendo desde las mismas profundidades hasta que se muestran por completo, y de nuevo la aparición de un vocal ultra espiritual le pone la guinda a este otro pedazo de delicatessen auditivo.
Por la cara B y en solitario, That Feeling!, que sabe a primeros años de house de Chicago con esos sintes locos con eco y esa 909 de manual. El trabajo con los sintes es de nuevo supremo, y por tercera vez, los vocales dan el clavo para llenar de alma este ejercicio de house de alta fidelidad.
Seguramente el mejor disco de house que me he echado a la cara en muchos meses.